Miguel Méndez Rodulfo Caracas 15 de febrero de 2013
Vamos
a poner claro que los mensajes, sean políticos, electorales o referidos a
políticas públicas, que enviemos desde la oposición no deben tener como
destinatarios al sector que adversa al oficialismo, sino a los llamados NINI y
al chavismo light, ya que lo otro sería una pérdida de tiempo y esfuerzo. Pero
es que no solamente debemos dirigirnos deliberadamente a ese sector, sino que
tenemos que hacerlo estratégicamente; es decir, refiriéndonos a sus problemas,
criticando la inefectividad del gobierno para resolverlos, destacando como se
perjudica la gente de los sectores populares por la incapacidad gubernamental y
detallando didácticamente nuestra fórmula para resolver esos problemas. Pero es
que además debemos ponerle emociones y
corazón al discurso, ser inclusivos y sobre todo cuidar de no ofender a quienes
queremos convencer.
En
la oposición nos quejamos mucho de que nuestro discurso no cala a pesar de la
realidad que golpea a los sectores populares y que generamos desconfianza,
cuando debía ser lo contrario; sin embargo cuando analizamos, por ejemplo,
algunas de nuestras críticas a iniciativas del gobierno, tal como en el caso de
los médicos para Barrio Adentro, nos encontramos que descalificamos a estos
profesionales por su mala formación y nos quedamos ahí, mientras el gobierno
replica diciendo que nos parecen malos porque son para el pueblo. Si hubiésemos
criticado la formación de los galenos, pero hubiésemos añadido que era
necesario complementar su aprendizaje con un programa tutorial de 2 años, nos
hubiesen entendido mejor y no hubiésemos generado desconfianza.
Esto
viene a colación porque recientemente tanto en prensa como en televisión, el
personero más importante del área de Desarrollo Urbano y Vivienda de la MUD,
calificó a los refugios como centros de “promiscuidad”. Que yo sepa en los
refugios conviven venezolanos que lo han perdido todo y que llevan más de dos
años viviendo hacinados en espacios inhumanos, sometidos a una disciplina
abusiva y que han sido víctimas de violencia y de violaciones. Por otra parte
cuando explicó el problema de los barrios no llegó a exponer detalladamente en qué
consistiría la solución que proponemos, cosa que es crucial para que nos
entiendan, nos compren la idea y poder vender nuestro mensaje. Pero además
terminó diciendo que el problema no es la vivienda, sino la ciudad, algo que es
verdad, pero que lo comprende un grupo reducido entre los cuales no están con
seguridad quienes deseamos que capten nuestro mensaje. El problema inmediato de
los ciudadanos de los barrios es de vivienda y difícilmente tendrán claro que
la solución pasa por el concepto de ciudad, cosa que a lo mejor compran mejor
los habitantes de las urbanizaciones.
Adicionalmente
se añadió que el problema no era de vivienda, sino de trabajo, pero puso dos
ejemplos que se contradijeron con respecto a esa afirmación: en el primer caso
un “toero” dijo que pudo hacer su casa en otra época cuando el salario rendía
más, cosa que es cierto, pero en el segundo caso un mensajero con trabajo fijo
y beneficios sociales, logra comprar un apartamento, que luego tiene que
vender, porque no lo podía sostener. ¿En qué quedamos entonces? Hay trabajo
pero eso no garantiza la vivienda, como se afirmó al principio, luego hay una
contradicción evidente. En definitiva el sustrato que se deja es que el
problema de vivienda, no es de vivienda, cosa que es grave y contradictorio
para los fines del mensaje. Además añadió que los edificios de la misión
vivienda no cumplen con las normas antisísmicas. Personalmente he hablado con
varios grupos de ingenieros inspectores de esas obras y ninguno me pudo
aseverar que tal cosa no se cumplió. Presumo, conociendo la irresponsabilidad
con que trabaja el gobierno, que estas normas no se aplicaron pero como nadie
de adentro me lo ha asegurado, no lo puedo aseverar.
En
resumen nuestro discurso debe ser respetuoso, claro, sin ambigüedades ni
contradicciones, debe atacar la ineficiencia gubernamental, explicar cómo se
perjudica la gente por los yerros del chavismo y sobre todo graficar nuestra
propuesta de manera que el sector objeto de nuestro discurso la imagine, se
sumerja en ella y se involucre. Sólo así podremos convencer.
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