Juan Marcos Colmenares*, 18/10/2015
En estos últimos años Venezuela ha llegado a
ser el país con el peor desempeño económico y la peor economía del mundo. El
“Índice de Miseria Internacional” del Cato
Institute y la lista de la agencia Bloomberg,
colocan a nuestro país en el primer lugar. Y la directora ejecutiva del FMI,
Christine Lagarde, afirma que la economía venezolana está grave, afectada por
varios problemas económicos, por la caída de los precios del petróleo, la falta
de capacidad productiva y una inflación en riesgo de hiperinflación.
Ciertamente nos enfrentamos a varios
problemas, pero el económico es el peor de todos. Tenemos tres años
consecutivos con la inflación más alta del mundo (este año prevista en 285%),
causada por imprimir dinero inorgánico y por la falta de sanas políticas
fiscales. Una crisis alimentaria debido a la contracción del aparato
productivo, por las expropiaciones y los controles. La caída del precio del
petróleo y escasez de divisas que han afectado las importaciones. Y una
desastrosa devaluación monetaria: En 1999 Bs.574; en 2002 Bs.1.418; en 2003
(control de cambio) Bs.1.600; en 2005 (devaluación) Bs.2.150; en 2008 (quitan
tres ceros y crean el Bolívar Fuerte) BsF. 2,15; en 2010 BsF.4,30; en 2013 BsF.
6,30 – Sicat BsF.11,30; en 2014 Sicat II BsF.50 (50.000 de antes); en 2015 -
paralelo BsF.782 (782.000 de antes). Pero el ministro de economía Rodolfo Marco
Torres asegura que a pesar de lo que digan las calificadoras de riesgo,
Venezuela está muy bien porque tenemos las mayores reservas petroleras del
mundo y contamos con los recursos para cumplir con todos los compromisos
financieros.
Hoy, en la era del conocimiento, los recursos
naturales no garantizan el crecimiento de los países. La prosperidad depende
cada vez más del sistema educativo, sus científicos y sus innovadores. Los
países más exitosos no son los que tienen más petróleo, más reservas de agua o
más oro, sino los que desarrollan las mejores mentes y exportan productos con
mayor valor agregado. Un programa de computación exitoso o un nuevo medicamento
valen más que millones de barriles de petróleo. Por eso, los países que crecen
y reducen más la pobreza son los que producen innovaciones tecnológicas.
Israel es un pequeño país sin recursos
naturales, con una superficie de 22.145 km² (menor que el Estado Falcón), una población
aproximada de 8 millones de habitantes y está a la vanguardia mundial en
investigación y desarrollo. Su capital Tel Aviv es considerada como el segundo
Silicon Valley, tiene la mayor cantidad
de empresas tecnológicas per cápita del mundo (una start-up por cada 1.844
habitantes), cuenta con más empresas de tecnología en el índice Nasdaq que todos
los países europeos juntos y es récord en premios Nobel.
Pero en Venezuela el régimen hace todo lo
contrario: Recorta el presupuesto de las
universidades, deprime sus salarios, elimina la investigación, destruye
el capital humano y promueve la fuga de cerebros; poniendo en peligro el
conocimiento y el desarrollo académico de la nación, por el éxodo de investigadores y profesionales. Esta
ha sido una deliberada política de estado para destruir los centros del pensamiento,
a las universidades, a los empresarios y a la clase media profesional y
preparada.
Sin embargo, a pesar de todo, nóveles
emprendedores están dando pasos en la constitución de empresas innovadoras o start-up
que buscan solucionar problemas, creando y desarrollando programas y software.
Un ejemplo es Blanclink C.A. una start-up de tecnología, especializada en el
desarrollo de aplicaciones móviles y software, calificada en el 2015 entre las
50 Top Start-Up por su primer producto, “BlancRide”; y que actualmente desarrolla
“Nekso” en Maracaibo, una aplicación para contratar taxis a través de los
teléfonos inteligentes.
Para que Venezuela pueda avanzar al siglo XXI
y salir del atraso a donde nos ha retrocedido este régimen militarista y
mafioso, es urgente y necesario un cambio radical de nuestro sistema de
educación e invertir en investigación, tecnología
y desarrollo. Y eso solo podremos lograrlo con un cambio de rumbo, de modelo
económico y de gobierno, lo más pronto posible.
*Abogado
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico