MUD 13 noviembre de 2015
@UnidadVenezuela
La vinculación de personas
pertenecientes a los más altos círculos del poder político con el delito
horrible del narcotráfico genera justa indignación en todo el país. Nuestro pueblo, y en especial los sectores
más humildes, los más desprotegidos, saben que la violencia criminal que
asesina a los ciudadanos y en particular a los jóvenes tiene su origen, su
combustible y la raíz de su poder en el tenebroso negocio de la droga. La sola
posibilidad de que algunos de los capos de esa maquinaria de muerte circulen
por el mundo con pasaporte diplomático venezolano y amparados en la pertenencia
a entornos familiares de exclusivos círculos de poder es algo que hoy une a
todo el país en la vergüenza y el repudio, a
pesar de que la censura y la autocensura intentan escamotearle a los
venezolanos su derecho a saber los pormenores de esta gravísima situación
No estamos en presencia de “un
incidente” que por primera vez ocurra en años recientes en nuestro país. En otras ocasiones se han conocido ya
denuncias sobre la vinculación de personeros vinculados a la cúpula gobernante
con turbios negociados. Pero en esta oportunidad,
según la información suministrada por medios internacionales, dos personas presuntamente pertenecientes al entorno
familiar de la pareja presidencial fueron detenidas en flagrancia, tras una
investigación de ocho meses de duración, a lo largo de la cual se recabaron
elementos probatorios en fotografía y video.
Esta circunstancia es la que da pie a la imputación de estas dos
personas de apellido Flores ante un Gran Jurado en el Estado de Nueva York,
enfrentando cargos que pudieran implicar
una condena a cadena perpetua, de acuerdo a las leyes de ese país. No es
ésta, pues, una “novedad anecdótica”. Es
la confirmación de que existe un problema profundo en nuestro país,
caracterizado por la existencia de nexos entre círculos de poder político y
oscuros ámbitos delincuenciales.
Tampoco es éste un “hecho aislado”.
Ese par de jóvenes no podrían, solos, mover casi una tonelada de drogas,
utilizando para ello un barco y desplazándose en un moderno avión para hacer la
negociación. El pueblo venezolano tiene
derecho a saber de dónde salió la droga, adonde llegaría el dinero, que
intereses y de que naturaleza proveyeron el barco y el avión. El pueblo
venezolano tiene derecho a conocer la trama completa de esta red de drogas,
poder y corrupción, generada en gran parte por la amplia impunidad de aquellos
que abusan del poder en virtud de sus conexiones con la cúpula gobernante.
Esa cúpula debe al país respuestas
claras a muchas preguntas: ¿Porque estas dos personas de apellido Flores,
presuntos parientes cercanos de la pareja presidencial, hoy imputados por el
delito de narcotráfico, tenían pasaporte
diplomático y gozaban de sus beneficios, cuando ninguno tiene rol oficial
dentro del gobierno? ¿Quién es el propietario del buque y de la aeronave
implicada en este delito? ¿Hay más altos funcionarios o familiares de altos
funcionarios implicados en esta trama de corrupción? ¿Hay alguna instancia
nacional investigando esto con seriedad? Si no es así, ¿Por qué?
Estas y muchas otras preguntas se la
está haciendo hoy todo el pueblo. Y como
sabe que este gobierno jamás responderá con la verdad, este pueblo ha decidido
cambiar. Y ese cambio empieza el próximo
6D, que dotará al país de una Asamblea Nacional que si investigara hasta sus
últimas conexiones esta trama de crímenes, complicidades, vergüenzas y
silencios.
El cambio viene, y nada lo detiene:
¡ESO ES LO QUE VENEZUELA QUIERE!
Por el Comando Venezuela Unida de la
Mesa de Unidad Democrática
Jesús Chúo Torrealba,
Julio Borges, Freddy Guevara, Henry
Ramos Allup y Enrique Márquez
Caracas, 13 de Noviembre de 2015, a
23 días del triunfo del pueblo democrático

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