Pablo Pérez 18 de noviembre de 2015
@PabloPerezOf
El tiempo y las decisiones de este
Gobierno terminaron dándonos la razón a quienes hemos defendido el proceso de
descentralización en Venezuela. Chávez se equivocó y eso lo está confirmando
Maduro al revertir buena parte de las decisiones centralizadoras que se tomaron
y le causaron mucho daño a las regiones.
Con la reciente decisión de regresar
a la Gobernación del Zulia el manejo del Aeropuerto Internacional La Chinita y
el Puerto de Maracaibo, se ratifica la posición que asumimos con aquel nefasto
proceso de centralización. Ese no era el camino, pero se empeñaron en manejar
todo desde Caracas y el desastre causado es enorme.
Esas decisiones centralizadoras nunca
debieron ocurrir, porque se acabó con un trabajo constante y planificado que
permitió realizar las inversiones necesarias para mantener en óptimas condiciones
a esas instalaciones. Se apropiaron de lo que se había manejado con criterios
de eficiencia, para abandonarlo.
Hoy, por ejemplo, tenemos un
aeropuerto sin aire acondicionado, con graves fallas de mantenimiento a su
infraestructura y hasta sucio; lo que deja muy mal parada la imagen de
Maracaibo para todos los visitantes. Aunque dudamos que la actual gestión
regional pueda mejorar ese desastre, porque ellos no se caracterizan por ser
eficientes.
La descentralización permitió atender
la infraestructura del estado. Nadie puede negar los beneficios, por ejemplo,
que dejaron los peajes no sólo con carreteras en buen estado, sino con
vigilancia y servicios al viajero. Igual ocurrió con el puente sobre el lago.
Todo eso se perdió. De nada sirvieron los argumentos esgrimidos para parar
tales medidas.
Hoy le devolvieron los peajes a la
Gobernación, pero sólo cobran porque no hay servicios al viajero y las
carreteras no están en buenas condiciones. En el caso de la Lara-Zulia armaron
todo un alboroto para quitarnos la obra y después de tantos años han sido
incapaces de avanzar con seriedad en la autopista, cuando nosotros en seis
meses transformamos 10 kilómetros de la misma.
Todas estas son evidencias que las
decisiones tomadas para despojar a la Gobernación de Zulia de sus competencias,
tuvieron una motivación política y no para beneficiar al ciudadano, que más
bien terminó siendo el real afectado por un Gobierno que no piensa en el
beneficio colectivo, sino en el grupal.
Es grave que aún sigan tomándose esas
decisiones con criterios políticos, porque dudo mucho que Maduro proceda a
revertir todo lo centralizado en el estado Miranda, para que sea manejado por
la actual gestión de Henrique Capriles. Este es un Gobierno que todo lo mancha
con acciones políticas sin pensar en las secuelas que traerán para el pueblo.
A partir del cambio que iniciaremos
en la nueva Asamblea Nacional, vamos a trabajar al lado de nuestros diputados
para revertir legalmente la centralización que tanto atraso ha traído para los
venezolanos. Descentralización es progreso. Derrotemos el sectarismo.
@PabloPerezOf
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