Diez y ocho de diciembre de 2016
La
Conferencia Episcopal Venezolana emitió un mensaje dirigido a los venezolanos
en medio de la crisis que afecta al país entero.
En el
texto, la presidencia de la CEV llama la atención del gobierno y dirigentes
políticos por la situación en la que se encuentran los venezolanos, en especial
los más pobres y excluidos, a raíz de las recientes decisiones tomadas por el
Ejecutivo Nacional.
A continuación
el comunicado emitido por la Conferencia Episcopal Venezolana:
MENSAJE
DE LA PRESIDENCIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA.
Caracas,
17 de diciembre de 2016
1. Las recientes medidas de carácter económico y monetario implementadas por el Gobierno Nacional han agudizado la crisis que golpea a nuestra nación y a todos los ciudadanos. Las palabras del profeta Jeremías salen a nuestro encuentro para describir la situación que en estos días ha vivido nuestra gente: “Mi dolor no tiene remedio, mi corazón desfallece. Los ayes de mi pueblo se oyen por todo el país…Sufro con el sufrimiento de mi pueblo, la tristeza y el terror se han apoderado de mí” (Jer. 8,18-19.21)
2. Poner fuera de circulación, en este momento
del año, el billete de más alta denominación (Cien bolívares) y la manera
apresurada de implementar la medida han causado graves molestias a toda la
población y han provocado indignación, rechazo y violencia. Lo que quizás desde
las altas esferas del Gobierno se pensó que sería una medida para ir
resolviendo la crisis económica se revirtió contra el pueblo más sencillo. Los
pobres, como siempre suele suceder, han sido los más perjudicados y los más
indefensos con las decisiones tomadas. De hecho, también amplios sectores
populares –campesinos, obreros, jefes de familia- por no tener cuentas
bancarias han sido enormemente perjudicados y dejados a la “buena de Dios”.
Existe una gran incertidumbre en la gente al no saber que pasará con su dinero
y con sus ahorros. Esto, además de afectar y a muchas personas, puede generar
violencia y disturbios.
3. Por eso, queremos elevar nuestra voz para
que sirva de eco a los clamores de nuestra gente, en especial las grandes masas
populares, que de la noche a la mañana se han quedado prácticamente sin recursos
ni poder adquisitivo a fin de poder conseguir los insumos necesarios para su
alimentación, transporte, medicinas y para cubrir los gastos necesarios de la
cotidianidad.
4. La gente, que en largas colas con un mínimo
de esperanza aguardaban alguna respuesta o caminos de solución se ha sentido
desprotegida por todos los dirigentes políticos. El Gobierno ha llevado a cabo
medidas terribles y precipitadas que perjudican a todos, sin tener en cuenta
que son servidores de un pueblo que de verdad está sufriendo el menosprecio de
todos los dirigentes políticos. Por otra parte, salvo algunos dirigentes
individuales, la oposición tardó mucho en pronunciarse colectivamente al respecto.
Al caminar por las comunidades escuchamos muchas críticas hacia todos los
dirigentes políticos del país, lo cual resulta enormemente peligroso. Muchos
hombres y mujeres no dejan de expresar sus sentimientos de frustración y de
abandono por parte de quienes debían estar dando la cara y promoviendo
soluciones justas.
5. A esto se une el aprovechamiento de quienes
quieren sacar ganancias de la crisis que vive el país. Lamentablemente existen
grupos y mafias que acaparan, colocan sobreprecios y ahora pretenden ser los
primeros en ser atendidos para lo referente al cambio y depósito de la moneda
que está siendo sacada de circulación. Al tener un oído en el pueblo y otro en
Dios, como pastores de nuestro pueblo, queremos ratificar nuestra cercanía
hacia él y nuestra decidida opción por los más pobres: lo hacemos desde el ejercicio
de un discernimiento evangélico, donde se intenta reconocer —a la luz del
Espíritu— «una llamada que Dios hace oír en una situación histórica
determinada; en ella y por medio de ella Dios llama al creyente» [E.G. 154].
6. A nuestra gente, en particular los más
pobres y excluidos, queremos hacerles sentir nuestra cercanía. Para ello, les
invitamos a ser protagonistas de su propio desarrollo. El sujeto social –es
decir, el pueblo- es el verdadero protagonista de la democracia. Sin acudir a
la violencia, deben manifestar pacíficamente su descontento así como exigir el
derecho de ser escuchados y atendidos.
7. A todos los dirigentes políticos, económicos
y sociales, de cualquier signo y color, les invitamos a ponerse del lado del
pueblo y a buscar, en sintonía con el mismo, soluciones que beneficien a todos.
No es momento para darles la espalda o para hacer oídos sordos a sus clamores.
Al Gobierno Nacional, en todas sus instancias, particularmente el Ejecutivo,
les pedimos que de verdad escuchen los clamores de la gente y resuelvan los
gravísimos problema que han provocado con esas improvisadas y nocivas medidas.
8. A todos los cristianos católicos y hombres
de buena voluntad en Venezuela les invitamos a mostrar la fuerza de la caridad
y de la solidaridad en este tiempo de preparación a la Navidad. La imagen de
José buscando posada para María y el Niño por nacer, al ser rechazado donde la
pedía, expresa muy bien lo que está viviendo nuestra gente. Pedimos que en
todas nuestras parroquias, comunidades eclesiales, comunidades de vida
consagrada y hogares católicos se puedan abrir las puertas para que quienes
verdaderamente lo necesiten encuentren un consuelo y ‘puedan compartir desde un
poco de alimento hasta la auténtica alegría que nos da el nacimiento del
Salvador. No nos dejemos robar ni la alegría ni la esperanza ni la Paz.
9. María de Belén, nuestra Señora de la
Coromoto, junto con San José y el Niño Jesús nos acompañen y que, al celebrar
el misterio de la Navidad podamos sentir la fuerza que viene de lo alto, con la
cual podamos mirar el futuro del Reino de Dios, que lo es de justicia, paz y
amor.
Con
nuestra afectuosa bendición.
+Emmo.
Sr. Cardenal
Jorge Urosa Savino
Arzobispo de Caracas
Presidente de Honor de la CEV
Jorge Urosa Savino
Arzobispo de Caracas
Presidente de Honor de la CEV
+Emmo.
Sr. Cardenal
Baltazar E. Porras Cardozo
Arzobispo de Mérida
Presidente de Honor de la CEV
Baltazar E. Porras Cardozo
Arzobispo de Mérida
Presidente de Honor de la CEV
+Diego
Rafael Padrón Sánchez
Arzobispo de Cumaná
Presidente de la CEV
Arzobispo de Cumaná
Presidente de la CEV
+José
Luis Azuaje Ayala
Obispo de Barinas
1° Vicepresidente de la CEV
Obispo de Barinas
1° Vicepresidente de la CEV
+Mario
Moronta Rodríguez
Obispo de San Cristóbal
2° Vicepresidente de la CEV
Obispo de San Cristóbal
2° Vicepresidente de la CEV
+Víctor
Hugo Basabe
Obispo de San Felipe
Secretario General de la CEV
Obispo de San Felipe
Secretario General de la CEV
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