MAOLIS CASTRO 21 de agosto de 2019
El
plan económico del Gobierno de Nicolás Maduro no logra evitar la voraz pérdida
de valor de la moneda
Nicolás
Maduro prometió hace un año un gran proceso de recuperación histórica. Su
principal apuesta era una reconversión monetaria, subir el salario mínimo y
aplicar un “sistema de precios acordados” para 25 productos de la canasta
básica. Pero el plan, sostenido en 10 líneas, comenzó con mal paso: durante la
implementación de la medida, el bolívar, ahora bautizado como soberano, perdió
el 95,8% de su valor. Y 12 meses después, el alivio económico parece
inalcanzable.
Los
expertos señalan a las políticas del Gobierno como principal factor en la raíz
del problema. José Guerra, economista y diputado opositor en la Asamblea
Nacional, concluye que la eliminación de cinco ceros al bolívar fue inútil: no
logró detener la hiperinflación. "No se estabilizó la moneda y tampoco se
salvó el poder adquisitivo", explica. El 22 de agosto del año pasado, dos
días después de que Maduro pusiese en marcha su plan económico, la tasa oficial
había valorado el dólar en 60,27 bolívares soberanos, pero desde entonces el
billete verde se ha disparado hasta los 14.483 bolívares. Su precio es incluso
superior en el mercado paralelo, que todavía es referencia para las
transacciones hechas en el país.
El
fracaso fue inocultable. En junio de este año, el Banco Central de Venezuela (BCV),
el órgano rector de la política monetaria, estrenó nuevos billetes. El más
alto, de 50.000 bolívares, multiplicaba por 100 el valor del de mayor
denominación emitido en agosto de 2018. Sin embargo, hoy solo sirve para
comprar un kilogramo de carne o de leche en polvo.
Una
moneda "inservible"
Desde
el comienzo del programa gubernamental todo se encareció en un 20.000%, una
cifra difícil de poner en su justa dimensión fuera de las fronteras
venezolanas, y la circulación de divisas extranjeras se afianzó con la debacle:
las operaciones en dólares, pesos colombianos y euros son ya comunes en
territorio venezolano, especialmente en los estados fronterizos. Muchas
personas sobreviven a la hiperinflación gracias a las remesas enviadas por sus
familiares en el extranjero. Los migrantes emplean distintas vías dinero al
país, pese a que Maduro ha flexibilizado el control cambiario imperante desde
2003. “El bolívar es una moneda inservible, producto de la hiperinflación y la
propia devaluación. Si se ignoran las reconversiones de 2018 y 2008, realmente un
dólar americano equivaldría a más de un billón de bolívares”, agrega el
economista.
Antes,
el expresidente Hugo Chávez había eliminado tres ceros a la moneda y
cambiado su nombre a bolívar fuerte. Fue en 2008, un año donde la inflación se
imponía en Venezuela. La fortaleza del bolívar no duró mucho tiempo y en menos
de una década ese cono monetario perdió valor. Maduro aplicó la misma fórmula
con una hiperinflación y una débil estrategia que pulverizó su plan en unos
meses. Sin embargo, el mandatario nunca admitió errores. En contraste, un mes
después de implementado su programa económico alabó la “articulación” de su
equipo económico. “Hemos dado un paso gigantesco, bien apuntado hacia la estabilidad
de nuevos equilibrios económicos de una economía martirizada, agredida y
afectada por la guerra económica, la guerra criminal, las sanciones, la
persecución y el bloqueo”, dijo en septiembre de 2018.
Ronald
Balza, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), piensa que
dolarizar al país no sería una buena solución a la crisis. Para él existe otra
solución. "Hubiera sido preferible actualizar el cono anterior, que
introducir nuevos billetes de una calidad menor, se entendería que debía ser
desechable en un proceso de hiperinflación y proceder a corregir el problema
cambiario: subir el precio de la gasolina, sustituir el financiamiento
monetario de Pdvsa [la petrolera estatal] por el ingreso de la
gasolina, tener un presupuesto creíble, confiable y verificable. Y poder
conseguir préstamos internacionales para sostener el tipo de cambio",
explica.
Nunca
antes, en sus 140 años de historia, el bolívar estuvo más amenazado que hoy. Su
circulación prácticamente se limita a lo electrónico y las monedas metálicas
solo tienen valor emocional. Daniel Lahud, también de la UCAB, recuerda su
época dorada: "En la década de los sesenta el bolívar era profundamente
sólido, competía con la libra esterlina o el dólar". Pero el primer
Gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979) se nacionalizó el banco central,
que antes solo pertenecía en un 40% al Estado, y comenzó a utilizarse como
instrumento de financiación". Ahí comenzó, en opinión de Lahud, el daño a
la moneda. "[El bolívar] apenas demoró 10 años en devaluarse, nunca fue el
mismo".
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