San Josemaría 24 de agosto de 2019
Como
quiere el Maestro, tú has de ser –bien metido en este mundo, en el que nos toca
vivir, y en todas las actividades de los hombres– sal y luz. –Luz, que ilumina
las inteligencias y los corazones; sal, que da sabor y preserva de la
corrupción. Por eso, si te falta afán apostólico, te harás insípido e inútil,
defraudarás a los demás y tu vida será un absurdo. (Forja, 22)
Muchos,
con aire de autojustificación, se preguntan: yo, ¿por qué me voy a meter en la
vida de los demás?
–¡Porque
tienes obligación, como cristiano, de meterte en la vida de los otros, para
servirles!
–¡Porque
Cristo se ha metido en tu vida y en la mía! (Forja, 24)
Si
eres otro Cristo, si te comportas como hijo de Dios, donde estés quemarás:
Cristo abrasa, no deja indiferentes los corazones. (Forja, 25)
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