San Josemaría 09 de enero de 2021
@sJosemaria
“Iesus
Christus, perfectus Deus, perfectus Homo” –Jesucristo, perfecto Dios y perfecto
Hombre. Muchos son los cristianos que siguen a Cristo, pasmados ante su
divinidad, pero le olvidan como Hombre..., y fracasan en el ejercicio de las
virtudes sobrenaturales –a pesar de todo el armatoste externo de piedad–,
porque no hacen nada por adquirir las virtudes humanas. (Surco, 652)
Enamórate de la Santísima Humanidad de Jesucristo.
–¿No te da alegría que haya querido ser como nosotros?
¡Agradece a Jesús este colmo de bondad! (Forja, 547)
¡Gracias, Jesús mío!, porque has querido hacerte
perfecto Hombre, con un Corazón amante y amabilísimo, que ama hasta la muerte y
sufre; que se llena de gozo y de dolor; que se entusiasma con los caminos de
los hombres, y nos muestra el que lleva al Cielo; que se sujeta heroicamente al
deber, y se conduce por la misericordia; que vela por los pobres y por los
ricos; que cuida de los pecadores y de los justos... ¡Gracias, Jesús mío, y
danos un corazón a la medida del Tuyo! (Surco, 813)
En esto se concreta la verdadera devoción al Corazón
de Jesús: en conocer a Dios y conocernos a nosotros mismos, y en mirar a Jesús
y acudir a El, que nos anima, nos enseña, nos guía. No cabe en esta devoción
más superficialidad que la del hombre que, no siendo íntegramente humano, no
acierta a percibir la realidad de Dios encarnado.
Jesús en la Cruz, con el corazón traspasado de Amor
por los hombres, es una respuesta elocuente ‑sobran las palabras‑ a la pregunta
por el valor de las cosas y de las personas. (Es Cristo que
pasa, nn. 164-165)
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/nos-anima-nos-ensena-nos-guia/
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