Por Fernando Pereira
Titulo tomando prestado
el nombre de un reciente documento publicado por dos agencias de la ONU, UNICEF
y PNUD: El cementerio invisible del COVID-19: pérdidas
intergeneracionales para los jóvenes más pobres y acciones para afrontar una
pandemia del desarrollo humano.
El informe advierte
sobre el triple impacto que la crisis sanitaria representa para los niños,
niñas y adolescentes: cierre de escuelas, confinamiento y pérdida de recursos
económicos para sus familias.
Aumento de la violencia
hacia la niñez
Beatriz Mora,
presidenta del Instituto Tachirense de la Mujer, alerta sobre el aumento de
casos de violencia hacia niños, niñas y adolescentes en la entidad, entre los
meses de enero y mayo del presente año. Se refiere a las causales: la
situaciones económica de precariedad; niños que quieren seguir comiendo; niños
dejados atrás con familiares y vecinos, pues, sus padres migraron; niños
procedentes de otros estados que aspiran a migrar hacia otros países y
permanecen en condiciones límite.
La realidad del estado
andino -salvando los aspectos propios de ser fronterizo-, sin duda, es espejo
de las condiciones que se está viviendo en las distintas regiones del
país. El documento de Naciones Unidas -que antes mencionamos- describe
los impactos negativos de la pandemia especialmente sobre los hogares más
pobres. La combinación del reducido acompañamiento, por parte de los padres más
pobres que no pueden teletrabajar, la brecha digital y la ausencia de
condiciones para el aprendizaje a distancia, la privación que representa el
cierre de las escuelas sobre la alimentación, las fuertes privaciones
económicas, la violencia doméstica y el compromiso de la salud física y mental,
se conjugan para crear lo que denominan “la pandemia de la desigualdad”, que
compromete las perspectivas de crecimiento y desarrollo inclusivo y sostenido
de la región.
“Las acciones políticas
deben apoyar a los padres, promover la crianza de los hijos por razones de
género y proporcionar apoyo financiero. Simultáneamente, son esenciales las
acciones políticas para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que apoyen el
aprendizaje formal, centrándose en la impartición de una educación accesible y
segura y abordando las inevitables pérdidas (pasadas, presentes y futuras) en
el contenido de los planes de estudio”, proponen los expertos.
Desde la realidad de nuestro país cuesta descifrar las medidas a tomar ante la falta de recursos y la desinstitucionalización, que ha minado el tejido social del país. Solo a través de un acuerdo político se podrán establecer medidas de emergencia, para abordar la pandemia y su desigualdad.
“Darles amor y
atención”
Nancy Close, doctora y
profesora del Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Yale,
certifica el retroceso observado en niños durante la pandemia: en su lenguaje,
en rutinas diarias como dormir e ir al baño, en su comportamiento, estar
tristes, por no poder ver a sus compañeros.
“Nos hemos dados cuenta
de que la regularidad y la previsibilidad son muy difíciles de conseguir
durante esta pandemia. Por este motivo, los niños pueden sentir más ansiedad y
frustración y, como consecuencia, sufrir alteraciones en su comportamiento”.
Advierte que los
adolescentes también están teniendo rabietas, ante las dificultades y ansiedad,
que supone el momento actual, para los proyectos y búsqueda de la autonomía
propia de esta edad.
Ante la preocupación y
ansiedad que genera pensar si podrán ponerse al día académicamente recomienda:
“Intenten aprender y crecer juntos. Y tengan siempre en cuenta que lo mejor que
pueden hacer por sus hijos es darles amor y atención”.
Ante la incertidumbre
por la falta de respuestas oficiales, en nuestras manos debe estar preservarlos
del cementerio invisible.
03-06-21
https://efectococuyo.com/opinion/el-cementerio-invisible-del-covid-19/
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