Por Ángel Oropeza
“Cuando hablas, solo estás repitiendo
lo que ya sabes. Pero si escuchas, siempre aprenderás algo nuevo”.
Dalai Lama
Las
investigaciones de opinión pública siguen mostrando en Venezuela un fenómeno de
particular interés e importancia para entender la dinámica de la correlación de
fuerzas en la actual coyuntura. Por una parte, el rechazo a la tragedia que
significa la continuación del fascismo madurista en el poder es casi total en
el país. La inmensa mayoría de los venezolanos clama por un país distinto,
donde la vida cotidiana sea algo más que sufrir precariedades e intentar a
duras penas sobrevivir. Si hay algún consenso hoy en Venezuela, es el deseo por
superar el calvario cotidiano que significa hallarse bajo el dominio de una
dictadura inhumana. Pero, por otra parte, existen diferencias tanto en la
colectividad como entre las fuerzas políticas y sociales democráticas sobre
cómo alcanzar ese objetivo común.
Hemos
insistido que la unidad superior de todos quienes aspiran a la liberación
democrática en nuestro país es una condición imprescindible para el éxito de la
lucha por la independencia de Venezuela y para hacer viable una necesaria
transición política. Porque mucha gente no es lo mismo que una mayoría eficaz.
Desagregada, dispersa, sin orden ni direccionalidad, esa mayoría no es más que
simple superioridad numérica, insuficiente en una dictadura para constituirse
en una amenaza creíble a la oligarquía.
Se puede dar
así el escenario ya visto en otros países, y que ciertamente refleja una de
nuestras debilidades fundamentales en términos de comparación relativa de
fuerzas, de un inmenso país oponiéndose a una minoría explotadora, pero sin que
esa mayoría logre los niveles necesarios de articulación y coordinación para
construir una fuerza de poderosa eficacia política.
Se impone
entonces, como tarea ineludible en la tarea por la liberación, detener cuanto
antes el peligro de la división opositora e intentar construir una ruta de
aproximación y confluencia entre sectores y organizaciones que aspiran a lo
mismo. De lo que se trata en este momento es de pasar cuanto antes del estadio
actual de dispersión y descoordinación de las fuerzas democráticas a un nuevo
estadio donde frenemos esa tendencia y logremos reencontrar a la mayoría de las
fuerzas sociales y políticas del país en espacios mínimos de consensos
estratégicos y rutas comunes de lucha.
A partir de
esta segunda semana de junio, y como contribución a esa tarea, el Frente Amplio
Venezuela Libre ha anunciado el inicio de un ciclo de más de 140 encuentros
regionales en todo el país, para sentar juntos a sectores tan importantes de la
sociedad como el de las universidades, el de la salud, el sector laboral y
obrero, las comunidades organizadas, organizaciones no gubernamentales y los
partidos políticos.
Estos encuentros a realizarse en todos y cada uno de los 24 estados buscan, por una parte, promover la consolidación de espacios de coincidencia entre actores sociales y políticos distintos que necesitan encontrarse y generar acuerdos que permitan avanzar en el objetivo común de la liberación de Venezuela y, por la otra, ayudar a construir una estrategia conjunta orientada a movilizar a los sectores sociales y políticos para lograr una mejor articulación de sus acciones.
“Las ideas de
todos”, que es el nombre que se le ha dado a este ciclo de encuentros en todo
el país, no son asambleas de ciudadanos ni tampoco jornadas de activismo
político. Son unos ejercicios ordenados de escucha activa e interacción efectiva,
siguiendo una metodología diseñada especialmente para estos encuentros y una
facilitación homogénea a todas las sesiones de trabajo. Lo que se busca es
brindar una oportunidad única para que distintos sectores sociales y políticos,
a partir de sus vivencias, acciones, percepciones y sugerencias, puedan
identificar y encontrar razones comunes por las cuales articularse entre ellos,
más allá de sus naturales diferencias de naturaleza y criterio.
No solo estos
encuentros permitirán el intercambio y acercamiento entre distintas fuerzas
democráticas de importancia, sino que los resultados de tales intercambios,
recogidos siguiendo igualmente una metodología de relatoría y acopio
específicos, constituirán al término de los mismos un muy valioso insumo –construido
desde las bases– para identificar factores mínimos comunes sobre cómo avanzar y
contribuir en la tarea por la salvación de Venezuela.
Al final, el
objetivo de este ambicioso proyecto de “Las ideas de todos” es ayudar a la
construcción de un tejido social más fuerte y amplio por medio de la creación
de espacios de encuentro entre factores de la alternativa democrática
venezolana, con la finalidad de promover una negociación integral exitosa que,
como acuerdo político nacional, contemple la realización de elecciones libres y
justas, única forma de alcanzar una transición política y social viable,
exitosa y permanente.
A pesar de su
extensión nacional, “Las ideas de todos” es un esfuerzo todavía parcial. Se
requiere acercar y lograr la articulación de muchos más sectores y
organizaciones sociales a quienes les une el sueño de salvar a Venezuela y la
lucha por conseguirlo. Este es apenas un primer paso en la dirección correcta,
pero que debe ser ampliado y estimular para que continúe y extienda. Porque siendo
sin lugar a dudas la inmensa mayoría, ni la historia ni nuestros hijos nos
perdonarán el no haber dejado de lado nuestras diferencias y construir una
poderosa fuerza social y política de transformación a partir de lo que nos une.
10-06-21
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