Por Marino J. González R.
El reporte de la
variante Ómicron de covid-19 en Suráfrica, tal como lo señaló el Director
General de la OMS, ha puesto nuevamente de relieve que la pandemia no ha
terminado. Este hallazgo se suma al aumento de casos experimentado en muchos
países europeos en las últimas semanas, a los reportes de bajas coberturas de
vacunación incluso en países con alta disponibilidad de dosis, y al nuevo
criterio de que la vacunación completa implica la tercera dosis o refuerzo.
En América Latina solo tres países (Chile, Cuba, Uruguay)
han alcanzado a la fecha la meta de 70% de cobertura completa contra covid-19. De acuerdo con las tendencias del ritmo de vacunación
diario, es poco probable que otros países alcancen la cobertura esperada antes
de que termine este año.
En consecuencia, sin
asumir los efectos que pudiera tener la nueva variante Ómicron, es bastante
claro que 2022 será otro año de pandemia. Esto significaría al menos tres años
de efectos en los países de la región, algunos de ellos con grandes
restricciones de políticas públicas agravadas por la pandemia.
Con el propósito de
identificar las condiciones de las personas luego de año y medio de pandemia,
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco
Mundial realizaron una encuesta en 24 países de América Latina y
el Caribe. En el grupo de países se encuentran 18 de
América Latina (no están Cuba y Venezuela). Las encuestas se realizaron en
hogares a través de llamada telefónicas entre mayo y julio de 2021.
Dentro de los hallazgos más resaltantes de la encuesta se
señala el deterioro en la calidad del empleo en la región, con el aumento de la
informalidad. La mitad de las personas no ha recuperado el nivel de ingreso
previo a la pandemia, a pesar de haber recibido transferencias regulares o de
emergencia por parte de gobiernos y del sector privado.
La inseguridad alimentaria se ha duplicado en la región en la pandemia, especialmente en aquellos países con mayor desigualdad y pobreza. También se ha reducido la actividad educativa en 12% con respecto a la tasa de cobertura anterior a la pandemia. Las mujeres experimentan mayores restricciones para retener los empleos o para reingresar al mercado laboral. El rechazo a la vacunación contra covid-19 también es significativo (8% de la población en el agregado de la región), especialmente en los grupos de menor nivel educativo y en las zonas rurales.
La persistencia de casos
y muertes por covid-19, y el hecho de en muchos países no exista un registro
adecuado, significa que la incertidumbre continuará siendo un factor crítico
para las políticas públicas. Las decisiones que afectan la actividad económica
y educativa, serán completamente dependientes de la persistencia de la
pandemia. Esto es
especialmente preocupante en aquellos países en los cuales la cobertura de
vacunaciones completas no alcanza a la fecha ni siquiera el 50% de la población
(nueve países).
La prolongación de la
pandemia en 2022, que es el escenario más probable, profundizará el deterioro
en las actividades rutinarias de los sistemas de salud, y hará mucho más
difícil acometer los nuevos retos, tal como están expresados en los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030. Al ritmo actual, el 70% de
cobertura se alcanzará en muchos países en el primer semestre de 2022. Ahora
bien, sabemos ya que ese porcentaje seguramente será insuficiente para
controlar definitivamente la pandemia. Esto puede significar, a menos que se
tomen medidas extraordinarias para aumentar rápidamente las vacunaciones, que
la pandemia de covid-19 puede ser la mayor restricción para el desarrollo de
América Latina en los próximos años.
Marino J.
González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro
Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina.
01-12-21
https://talcualdigital.com/en-el-tercer-ano-de-pandemia-por-marino-j-gonzalez-r/
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