Por Eddie Ramírez, 05/01/2013
Maduro y Cabello son típicos ejemplares buchiplumas. Es decir que
¨prometen y no cumplen que se las echan de algo sin poder hacerlo,
insignificantes, que dicen cosas sin valor o sin sustancia¨. Escoja el lector
la acepción del diccionario que le parezca más cercana al patético binomio.
Hasta hace poco habían mantenido un lenguaje menos arrabalero. Nicolás,
aunque no está maduro para ocupar la cartera de Relaciones Exteriores y mucho
menos la presidencia, casi llegó a expresarse como el inefable Chaderton.
Diosdado casi se creyó un regalo de Dios y asumía actitudes de gerente de sus
tiempos de Conatel.
Ahora se volvieron agresivos, descalificadores y amenazantes. Sin duda
la metamorfosis ha sido mucho más compleja que la de otros animales. De
personas más o menos comunes, aunque con más defectos y carencias que virtudes
y conocimientos, se transformaron inicialmente en reptiles, desplazándose
rodilla en tierra. Es decir arrodillados, sumisos ante el capataz mayor. Ante
las dificultades que atraviesa su antiguo jefe, cambiaron su adulancia hacia el
cubiche Raúl. Este cambio, además de ser oportunista es traición a la patria.
Inevitablemente viene a la memoria la palabra apátridas.
La penúltima transformación fue consecuencia de la necesidad de ganar
puntos con el dictador isleño. Cada uno inventa nuevos insultos para demostrar
que son más revolucionarios que el Ché y Fidel. Por ello insultan y amenazan.
No toman en cuenta que el panorama cambió y por ello deberán experimentar una
última transformación. Necesitan recordar la inexorable máxima de la naturaleza
de que quien no se adapta desaparece. Ya no está el chivo mayor con su
indudable capacidad de engatusar. El binomio buchipluma tendrá que entender que
no le queda otra opción que declarar la ausencia absoluta y convocar a elección
como contempla la Constitución. Pero eso no será suficiente. Deberán aceptar
que hay una sociedad indoblegable que no seguirá tolerando los atropellos al
estado de derecho. Para sobrevivir tienen que conversar con los actuales
dirigentes de la alternativa democrática para llegar a acuerdos mínimos sin
menoscabo de los puntos de vista de cada quien. Podrán continuar con sus ideas
trasnochadas de Socialismo Siglo XXI, pero no podrán imponerlas. Parafraseando
al binomio podemos advertirles ¡No se equivoquen! ¡No más prisioneros
políticos, ni exiliados!
Eddie Ramírez es miembro de Gente del Petróleo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico