ALFREDO MEZA Caracas 1 AGO 2013
La fiscalía le acusa de no poder
justificar las sumas de dinero que tiene en sus cuentas
Los procesos contra los editores
del grupo Sexto Poder, Leocenis García, y del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, continúan
en curso. Este martes en la noche la Dirección de Inteligencia Militar detuvo a
García por órdenes de un tribunal. El Ministerio Público le acusa de no poder justificar las
altas sumas de dinero que
mantiene en sus cuentas y en las de su empresa tanto en Venezuela como en el
exterior. Hace un par de semanas el diputado del Partido Socialista Unido de
Venezuela Julio Chávez le había acusado de blanqueo de capitales, evasión
fiscal y defraudación tributaria mostrando sus estados de cuenta.
A Otero ya le congelaron sus cuentas
personales, una medida que ya había sufrido García la semana pasada, pero aún
desconoce el delito que le imputan. Sus abogados aún no conocen el expediente.
La Sociedad Interamericana de Prensa ha condenado ambas medidas
calificándolas como una campaña de hostigamiento contra la prensa
independiente.
García pasó la noche en la sede de la
Dirección de Inteligencia Militar, pero este miércoles fue trasladado hacia un
sitio desconocido, de acuerdo con la denuncia que hizo su hermana, María Lucía
García, a través de la
cuenta de Twitter del editor.
“Responsabilizo a Nicolás Maduro de lo que le pueda ocurrir”, escribió.
Aunque con abismales diferencias de
credibilidad, Sexto Poder y El Nacional han sido firmes
opositores del gobierno bolivariano. García es un polémico columnista cuya
conducta ética ha sido muy cuestionada en el gremio periodístico. Son célebres
los fotomontajes de las portadas. Estuvo preso durante dos años, entre 2008 y
2010, después de destrozar la recepción de un medio regional, El
Periódico, con una pistola al cinto. Y en junio pasado fue hecho preso
frente a la sede de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones mientras
protestaba por la clausura de Atel televisión, una planta que pensaba sumar a
su grupo de medios.
Otero encabeza un diario opositor por
antonomasia desde su fundación en 1943. El Nacional apoyó la
llegada de Hugo Chávez al poder en 1998, pero rápidamente se separó al advertir
la deriva autoritaria de su gobierno. Aunque las cuentas del diario no han sido
afectadas por la medida, Otero considera que el fin último es doblegar su línea
editorial. “Han tomado una demanda entre dos personas para actuar
políticamente”, ha explicado sobre la acción del Ministerio Público, que busca
precisar el origen de los fondos de una supuesta millonaria deuda contraída por
el editor con el ex director del periódico, Alfredo Peña.
Tras la venta de Globovisión a
capitales cercanos al gobierno los medios de comunicación venezolanos
enfrentan serios problemas
para mantener su independencia. No sólo se trata de la crisis consustancial al
cambio de modelo de la prensa. También el gobierno los ha acorralado asignando
discrecionalmente la publicidad oficial. La empresa privada, no menos acosada
por las regulaciones, ha sido muy cautelosa para invertir en medios combativos
debido a las regulaciones impuestas por el Estado para repatriar ganancias y
obtener insumos importados para su funcionamiento. Pero los editores se niegan
a bajar la cabeza.
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