Por Antonio Maria Delgado
Pese al adoctrinamiento y al
monitoreo de los aparatos de inteligencia, las manifestaciones de descontento
contra el régimen de Nicolás Maduro han comenzado a escucharse con más
frecuencia dentro de los cuarteles venezolanos, especialmente entre oficiales
de baja graduación y a nivel de tropa, los cuales están siendo duramente
golpeados por la descomposición económica provocada por el chavismo.
Documentos entregados por
oficiales activos venezolanos muestran la preocupación de los organismos de
inteligencia del chavismo por el creciente rechazo de los militares hacia
Maduro, cuyo gobierno está siendo cuestionado abiertamente.
Los documentos
–suministrados por los oficiales al General Antonio Rivero, quien se encuentra
en Estados Unidos– también muestran que los soldados venezolanos no están
comiendo tres veces al día y que la criminalidad está afectando a los militares
dentro de los cuarteles.
En uno de los documentos
obtenidos, el Director de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército, el
General de Brigada José Miguel Jaimes Vivas, reporta pequeños actos de
insubordinación en los cuarteles, donde oficiales de baja graduación rehúsan
responder a consignas que hacen uso del nombre del fallecido mandatario Hugo
Chávez.
“Existe personal militar
profesional en los grados subalternos mayormente manifestando estar descontento
con las políticas del gobierno bolivariano”, escribió Jaimes Vivas en el
informe de Inteligencia.
“Dichos profesionales no
responden al saludo establecido y los que responden indican, ‘infórmame dónde
vive Chávez’, cosas como éstas han sembrado la incertidumbre y resquebrajado el
espíritu militar, en cierta manera esto ha desmotivado al personal militar
profesional propiciando estos comentarios”, manifestó Jaimes Vivas.
El
Tribunal Supremo de Justicia, organismo controlado en su totalidad por el
chavismo, autorizó en junio del año pasado el uso por militares de la consigna
“¡Chávez Vive!, ¡La Patria Sigue!”
Rivero, quien pasó a la
clandestinidad tras ser acusado por el chavismo de delitos de instigación
pública y de asociación para delinquir durante las manifestaciones de protesta
del año pasado, dijo que el informe de Vivas fue distribuido en el ejército y
denota el acelerado proceso de desmoralización que se está produciendo en los
cuarteles.
Los informes también
muestran que las críticas contra Maduro ya son generalizadas.
“De acuerdo a esos informes
de Inteligencia, en los cuarteles se están registrando comentarios de la
siguiente naturaleza: ‘este gobierno realmente no está resultando lo que el
comandante Chávez se planteó’, ‘Maduro es un oprobio, como Comandante en Jefe’
y ‘No nos representa realmente’”, señaló Rivero.
Manifestaciones como éstas
tradicionalmente han sido recogidas por los organismos de Inteligencia para
luego iniciar procesos de investigaciones para la toma de medidas
disciplinarias.
El problema que enfrenta la
plana mayor es que las manifestaciones de descontento se han vuelto “masivas” y
se están expresando abiertamente, dijo Rivero, quien se mantiene en contacto
con militares activos en Venezuela.
En un mensaje electrónico
enviado a Rivero por un oficial activo, éste le manifestó: “Mi General, le
puedo decir con toda seguridad que el descontento es grande dentro del Fuerte
en contra de este gobierno. Las murmuraciones ya son cada vez más notorias, y
no es como antes”, donde las críticas eran pronunciadas por un grupo reducido
de oficiales “y tropa profesional. Ya se comenta más públicamente”.
Muchas de las críticas
reflejan las difíciles condiciones por las que atraviesan los militares en
medio de la descomposición económica y social que padece el país.
Según los documentos y
testimonios recogidos por Rivero, los militares también están padeciendo de la
criminalidad desatada que sufre el resto de la población venezolana y de la
falta de alimentos, que está llevando a miles de soldados a comer menos de tres
veces al día.
Parte de esa situación puede
ser atribuida al problema de desabastecimiento que registra el país, pero
también a las prácticas de corrupción de oficiales que están vendiendo los
alimentos de los soldados en el mercado negro, dijo Rivero.
Adicionalmente, los
militares también están padeciendo el acelerado avance de la inflación.
Uno de los informes recibido
por Rivero señala, “a las tropas ya no les alcanza el sueldo y el índice de
retardo [en los pagos] es enorme”.
Muchas de las críticas están
proviniendo de oficiales de grados de subalternos. Es decir, los grados de
tenientes, primer teniente y capitán, explicó Rivero.
Esto preocupa al régimen
porque ha sido precisamente en esos grados donde se encuentran los oficiales
que han estado al centro de los mayores esfuerzos de formación ideológica
emprendida por el chavismo.
Otro de los temas de
preocupación es que estas manifestaciones son espontáneas y carecen de algún
tipo de factor de motivación política, siendo principalmente producto del
deterioro en la condiciones dentro de las instalaciones militares.
Ese proceso de deterioro
incluso afecta al Fuerte Tiuna, la principal instalación militar en las afueras
de Caracas, donde se encuentran importantes oficinas administrativas, así como
viviendas y centros de esparcimiento para oficiales, incluyendo el Círculo
Militar.
Parte de las críticas
provenientes del fuerte se debe al alto grado de criminalidad que se están
registrando dentro de las instalaciones, debido a la construcción de viviendas
populares dentro de los terrenos del complejo militar que son controladas por
los denominados colectivos, agrupaciones paramilitares armadas con vínculos al
chavismo que frecuentemente controlan las actividades delictivas donde habitan.
“Uno de los colectivos que
ingresó al Fuerte Tiuna pasó a cometer delitos dentro del fuerte, que ya tenía
problemas de criminalidad por el albergue de damnificados, y desde entonces ha
comenzado a producirse una oleada de robos, y de hasta asesinatos dentro de las
instalaciones”, dijo Rivero.
“Desde que esta gente pasó a
estar allí, se han producido robos de armamentos, robos de explosivos en
unidades y a militares, así como robos en las viviendas y en las guarniciones”,
añadió.
Los militares también están
padeciendo de la crisis habitacional.
Aún cuando algunos esperan
tener acceso a las unidades fabricadas a través de la Misión Vivienda, los
prospectos de vivir allí no son nada alentadores para otros.
“Los habitantes de los
complejos son puros delincuentes que luego amenazan [a los militares que viven
allí] y arremeten contra ellos y sus familiares. En otros casos, los efectivos
débiles se unen a las bandas armadas de la zona”, le escribió un oficial a
Rivero.
“Esto se complica más cada
día que pasa, y se está enquistando dentro de los organismos de seguridad
funcionarios militares y policiales vinculados con la delincuencia organizada”,
añadió.
Pero el descontento dentro
del Fuerte Tiuna no solo es el producto de la presencia de criminales que
pasaron a cohabitar con los militares dentro de las instalaciones.
Los oficiales también
manifiestan descontento por la percibida usurpación de políticos venezolanos y
de asesores cubanos de las instalaciones, y en especial el Círculo Militar, que
además de club sirve como centro vacacional.
“Los afiliados nunca se
pueden hospedar, ya que tienen puros políticos y cubanos que viven allí”, le
escribió a Rivero otro de los militares activos.
“En estos días un oficial se
molestó y dijo a viva voz que colocaría una carpa en la recepción para quedarse
con su familia”, señaló el texto del mensaje electrónico. adelgado@elnuevoherald.com
31-10-15
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