Julio César Arreaza B. 22 de abril de 2018
Los
buenos para nada en 20 años volatilizaron, se bailaron, comieron, bebieron y
fumaron la bicoca de un millón de millones de dólares. Se trata de la mayor
crisis histórica de la república. El chavismo-madurismo constará en un pie de
pagina de la historia de Venezuela, como la fiesta de la corrupción. La deuda
externa supera los 170.000 millones de dólares, 152% del PIB. Es la crónica de
un saqueo masivo y sostenido del narco régimen de los fabulosos ingresos
petroleros, que bien administrados lanzaban al país a la esfera del primer
mundo. Aquel timbre de orgullo, nuestra industria petrolera, el buque insignia
de la Venezuela posible, la convirtieron en una escoria, redujeron a PDVSA a un
disfuncional y corrupto ministerio de programas asistencialistas.
Los
bandidos han hecho del gobierno un lucrativo negocio para sus ocupantes dejando
en el dolor y la inopia a las mayorías. La parodia electoral del 20-M ha sido
concebida para despacharse la verdadera elección presidencial que corresponde
este año y continuar con el modelo ruinoso que los hace rico a ellos y pobre a
los demás, así funciona esa ecuación perversa.
La AN
único poder legítimo autorizó el antejuicio de mérito a Maduro planteado por el
TSJ legítimo, por corrupción propia y legitimación de capitales. Observamos
para el bien de la nación el tan deseado reagrupamiento de la oposición. La
salida constitucional del ocupante de Miraflores es lo que procede, dejó de ser
presidente, pasó a juicio, para que demuestre su inocencia en el bochornoso
negociado con odebrecht. Quedó inhabilitado para ejercer cualquier cargo
público. La FA tiene la palabra para hacer cumplir la Constitución. Si el
moreno Maikel y su banda espuria del TSJ se oponen, serán castigados por
desacato y obstrucción a la justicia.
Si Maduro
desconoce el juicio incoado contra él y asiste zafiamente a su farsa electoral,
deja de ser presidente por partida doble, pierde ante la comunidad
internacional el atisbo de legitimidad de origen que le restaba. Los países
reconocen al TSJ legítimo y desconocen el parapeto montado por la fraudulenta
ANC para el 20-M. Lo que viene son mas sanciones para los ladrones, sus
testaferros y empresas vinculadas.
La
trama de corrupción de Odebrecht versa sobre el manejo de obras no concluidas
por un monto de 1.790.366 millones de dólares. Es una de las causantes de la
crisis humanitaria y pobreza que padecemos, de la miseria, muerte, falta de
comida, medicinas, diáspora y Venezuela sin agua. Maduro nos ha dejado en una
situación de mendicidad.
Este
es el momento de creer más que nunca en nuestra lucha y no dejar la calle.
Preparémonos para dar inicio a la recuperación de la libertad y la
reconstrucción del país. La esperanza de cambio llamea a lo largo y ancho de
Venezuela.
¡Libertad
para los presos políticos y regreso de los exiliados!
Julio
César Arreaza B.
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