San Josemaría 28 de septiembre de 2019
¿Te
ríes porque te digo que tienes "vocación matrimonial"? -Pues la
tienes: así, vocación. Encomiéndate a San Rafael, para que te conduzca
castamente hasta el fin del camino, como a Tobías. (Camino, 27)
Me
dices que tienes en tu pecho fuego y agua, frío y calor, pasioncillas y
Dios...: una vela encendida a San Miguel, y otra al diablo. Tranquilízate:
mientras quieras luchar no hay dos velas encendidas en tu pecho, sino una, la
del Arcángel. (Camino, 724)
¡Cómo
te reías, noblemente, cuando te aconsejé que pusieras tus años mozos bajo la
protección de San Rafael!: para que te lleve a un matrimonio santo, como al
joven Tobías, con una mujer buena y guapa y rica -te dije, bromista.
Y
luego, ¡qué pensativo te quedaste!, cuando seguí aconsejándote que te pusieras
también bajo el patrocinio de aquel apóstol adolescente, Juan: por si el Señor
te pedía más. (Camino, 360)
La
Virgen Santa María, Maestra de entrega sin límites. –¿Te acuerdas?: con
alabanza dirigida a Ella, afirma Jesucristo: "¡el que cumple la Voluntad
de mi Padre, ése –ésa– es mi madre!..."
Pídele
a esta Madre buena que en tu alma cobre fuerza –fuerza de amor y de liberación–
su respuesta de generosidad ejemplar: «ecce ancilla Domini!» –he aquí la
esclava del Señor. (Surco, 33).
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