Laureano Márquez 13 de septiembre de 2019
@laureanomar
Es su
verdadero nombre y es un misterio el lugar de su nacimiento, lo que se sabe a
ciencia cierta, por pruebas de ADN realizadas al cadáver momificado de Josif
Stalin, es que es efectivamente hijo suyo (el parecido es evidentísimo). Claro
que usted, acucioso lector, se estará preguntando, cómo puede ser hijo del
llamado «padrecito» por los soviéticos, si éste
pasó a mejor vida en 1953, y el otro nació 1962. La respuesta es muy
sencilla y compleja a la vez, como una matrioska.
En los
últimos años de su vida, Stalin concibió un ambicioso proyecto de expansión del
modelo soviético por todo el mundo, con especial interés en promoverlo en los
países más atrasados. Al contrario de Marx, que pensaba que el socialismo venía
luego del desarrollo del capitalismo, Stalin concebía la tesis -enteramente
suscrita por el régimen de Venezuela- de
que mientras peor, mejor. El proyecto se adelantaba a su tiempo porque incluía
ideas como la clonación, la fecundación in vitro y la utilización -en vez de
células madre- «células padrecito» para literalmente, fabricar un clon de su
madre.
Para
tal fin, el médico personal del líder soviético, el Dr. Mirón Vovsi, asesinado
luego por una purga (las purgas en la URSS siempre fueron muy peligrosas, si
pican una rata y luego la rata pica al humano, se produce la peste que acaba
con mucha gente). El caso es que, antes de ser purgado, Vovsi tomó diversas
muestras del ADN de el líder de la URSS, también del esculapio mitocondrial y
por supuesto de su semen, en este último caso con el auxilio de la renombrada
enfermera Kira Argounova. Encargado del departamento de reproducción asistida
de la universidad Patricio Lumumba o Morochito Hernández (no recuerdo muy bien
cuál), Mirón guardó las muestras en una cápsula de peltre de origen colombiano
en un sótano congelado en Gorky Park, que queda saliendo del Kremlin a mano
derecha como quien va hacia el río Moscova por el llamado paseo de Catalina la
grande.
Allí,
la simiente del hijo de Yekaterina Gueladze, permaneció oculta durante muchos
años, quedando en el olvido. Cuando Stalin Fue denunciado en el XX congreso del
PCUS, Nikita desconocía la existencia
del sótano oculto, cuya entrada quedó cubierta de hiedra (hedera canariensis).
Ahora bien: ¿Qué sucedió entre ese momento al nacimiento de Nikolai? y ¿cómo
llegó el material genético al laboratorio de la universidad de La Habana?
Material que seriá descongelado y utilizado
para la fecundación de un óvulo donado por La Pasionaria durante su estancia en
la URSS y que había llegado a Cuba, años antes, a bordo de un barco chino, como
regalo de Mao al Comandante.
La
explicación es sencilla: en 1960 el hijo mayor de Fidel Castro, con mucho
esfuerzo, consiguió una beca para estudiar física y matemáticas en el Instituto
de Energía Atómica de Moscú. Trotando una mañana por Gorky Park, Fidel Castro
Díaz Balart, descubrió en una puerta oxidada un cartel que ponia: “Центральный
Парк Культуры и Отдыха”, así como lo oyen (es decir, como lo leen) Fidelito,
quedó estupefacto ante lo que decía el cartel, especialmente porque no entendía
nada de ruso, sin embargo, no pudo contener la curiosidad científica y se
adentro en el oscuro pasillo que conducía a unas escaleras que descendían a un
laboratorio lleno de frascos, frasquitos y frascasos que se agolpaban en aquel
reducido espacio congelado en el tiempo. Entre ellos, encontró algo que llamó
su atención: la cápsula de peltre con una etiqueta que ponía «Stalin» y «sólo para fines procreativos» entre
paréntesis. Fidelito guardó el hallazgo en el congelador de su residencia
estudiantil y en su siguiente viaje a Cuba para la celebración de la Semana
Santa, se lo entregó a su padre. El resto de la historia es conocida, Fidel
tuvo muchos planes para apoderarse de Venezuela, lo que no se sabía es que uno
de ellos fue el de crear una especie de clon del «padrecito» para controlar a
Venezuela, cuando las condiciones fuesen propicias.
El
resultado está a la vista. No solo es el parecido fisico, también sus acciones
políticas se asemejan. Es evidente que lo lleva en los genes. Fidel trató de
mantener en secreto su proyecto «el stalin tropical». Sin embargo, el entonces
director de la KGB, Vladimir Putin tuvo conocimiento del plan y ahora exige la
parte que a Rusia le toca en el reparto del país, porque si su nación puso la
materia prima, también tiene -según él- derecho a la materia prima venezolana.
Es lo que hace hoy como zar de todas las rusias, incluida la venezolana.
Quizá
ahora entienda el lector por qué hay soldados rusos vistiendo uniformes del
ejercito venezolano.
Laureano
Márquez
@laureanomar
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