PABLO GUIMÓN 30 de abril de 2020
@pabloguimon
El secretario de Estado asegura, en un reducido
encuentro con periodistas, que “el cambio en Venezuela está llegando”
Estados Unidos considera que “el cambio está llegando”
en Venezuela y por eso está acelerando los planes para reabrir su Embajada en
Caracas, según explicó este miércoles el secretario de Estado, Mike Pompeo, en
una teleconferencia con un reducido grupo de periodistas. “Maduro no puede
aguantar para siempre, y la presión contra el régimen es mayor que nunca”, ha
defendido Pompeo. “Estados Unidos sabe que el cambio está llegando, y por eso
he ordenado a mi equipo que empiece a pensar en cómo reabrir la Embajada de
Estados Unidos, una vez empiece la transición”.
El secretario de Estado ha explicado que, cuando
llegue al fin el día en que “el pueblo venezolano tenga la oportunidad de
restaurar su democracia”, Washington quiere asegurarse de que “sepan
físicamente que los estadounidenses están a su lado”. “Izar la bandera en la
Embajada de Estados Unidos en Caracas sería un gran símbolo de eso”, ha dicho
Pompeo, “y espero el día en que eso pueda ocurrir”.
No especificó Pompeo los plazos que contemplan para la
eventual reapertura, pero su anuncio posee una carga simbólica. Constituye un
signo más, que se suma a una tendencia durante los últimos meses, de un
renovado optimismo en la Administración de Donald Trump sobre un cambio del
tablero político en el país sudamericano.
Hace ahora un año, Estados Unidos anunció la retirada
de todo su personal diplomático en la capital venezolana. Rompía así relaciones
con el régimen de Nicolás Maduro y subrayaba su apoyo al presidente interino,
Juan Guaidó. Pero Pompeo ha asegurado que la comunicación sigue abierta con el
régimen de Maduro. “Nos comunicamos todo el tiempo, lo estoy haciendo ahora
mismo. Seguiremos comunicando nuestras expectativas y las del pueblo venezolano
a todos, incluido a Maduro”, ha asegurado Pompeo, quien no ha querido confirmar
la apertura de unas conversaciones secretas entre aliados de Maduro y de
Guaidó, en medio de la preocupación por el impacto de la pandemia del
coronavirus en el país.
Según publicó Reuters la semana pasada, las
conversaciones comenzaron, sin una agenda clara, ante el temor generado por el
coronavirus, la hiperinflación y la crisis del petróleo, y entre la creciente
presión producida por las sanciones de Washington. “No hablamos nunca de estas
cosas”, ha zanjado Pompeo. “Hemos dejado claro que la gente con la que trabajamos
en Venezuela son el pueblo venezolano y su representante electo, Juan Guaidó”.
Más de un año después de que Estados Unidos
reconociera a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela,
reconocimiento al que luego se sumaron más de medio centenar de países, Maduro
sigue aferrado al poder, apoyado por Cuba, China, Rusia e Irán. Estados Unidos
no ha cejado en su presión al régimen, y hace un mes presentó una acusación
penal contra Maduro por narcotráfico, ofreciendo una millonaria recompensa a cambio
de información que conduzca a su detención.
El 31 de marzo Washington publicó un plan para la
salida de la crisis política en Venezuela, que propone que tanto Maduro como
Guaidó se aparten para que la Asamblea Nacional nombre un Consejo de Gobierno
de transición, que se encargue de organizar a unas elecciones presidenciales en
los próximos meses. “Nos anima el hecho de que el mundo se ha unido a este
plan. Los 27 miembros de la Unión Europea, el grupo de Lima, y muchas naciones
individuales han apoyado este importante marco”, explica Pompeo. Pero Maduro,
lamenta el secretario de Estado, “rechazó en cuestión de horas nuestro marco
para una transición democrática, porque lo último que quiere son elecciones
libres y justas”. “Ninguna recuperación es posible con Maduro. La enfermedad,
la cárcel, el hambre y la miseria son las únicas cosas que puede ofrecer a un
país que se sienta sobre las mayores reservas de petróleo del mundo”, zanjó
Pompeo.
Guaidó, por su parte, ha buscado recientemente
reactivar la iniciativa en medio de la emergencia del coronavirus que, como
tantas otras cosas en el mundo, también ha sacudido la situación política en
Venezuela. El país se enfrenta a la pandemia con una grave escasez de recursos
y un sistema sanitario atrofiado por años de mala gestión, lo que llevo al
líder opositor a proponer la conformación de un Gobierno de unidad nacional sin
la presencia del líder chavista. “Maduro sabe que sus días están contados, y
los cubanos que le rodean lo saben también”, asegura Pompeo. “Estos individuos
siempre parecen invencibles hasta el momento preciso en que no están en el
poder. Dejaremos claro que Maduro no tendrá nunca jamas la capacidad para
gobernar Venezuela, el pueblo venezolano merece algo mejor que eso. Nuestro
compromiso es hace todo lo que podamos para ese objetivo”.
Pompeo confía en que en algún momento surja una
reacción contra Maduro entre sus militares. “Contamos con el ejército
venezolano, yo sé que muchos de sus miembros quieren ser parte de una Venezuela
rejuvenecida y democrática”, asegura. “Contamos con los líderes militares
venezolanos que, francamente, han sido desplazados por los cubanos. Debe de ser
humillante para un coronel o un mando del ejército venezolano haber sido
apartado del poder por los cubanos. Contamos con ellos, con esos militares que
elijan estar en el lado bueno de la historia”.
Respecto a la situación del exgeneral venezolano Hugo
el Pollo Carvajal, cuya extradición espera Estados Unidos y que se encuentra en
paradero desconocido, huido de la justicia española, las autoridades de
Washington niegan saber nada de él. Así lo ha asegurado Elliot Abrams, enviado
especial de Estados Unidos para Venezuela, en la misma teleconferencia con
periodistas. “No tenemos noticias nuevas”, explica Abrams. “No sabemos dónde
está, y el Gobierno español nos dice que no conoce su paradero. Obviamente, la
petición de extradición sigue vigente”.
Abrams ha asegurado que la comunicación con España es
fluida, aunque reconoce que existen diferencias en este asunto. “No puedo decir
que estemos de acuerdo al 100% en la situación en Venezuela, pero tenemos
comunicaciones cercanas y hablamos a menudo. Tenemos una relación muy
estrecha”, ha dicho, y ha explicado que Pompeo habla a menudo con su homóloga
española, Arancha González Laya, igual que el propio Abrams se comunica con el
embajador español en Washington, Santiago Cabanas.
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