Páginas

jueves, 7 de febrero de 2013

Desabastecimiento, acaparamiento y especulación


Por Luis Hidalgo Parisca, 03/02/2013
Boletín 122, AIPOP

Una vez más, ante el inocultable desabastecimiento de productos alimenticios, el gobierno recurre al gastado y poco creativo expediente del acaparamiento y la especulación. Para ello no ha vacilado en volver a montar los show mediáticos de los “allanamientos”, en los que grupos de “abnegados, valientes e incorruptibles funcionarios públicos”, con el correspondiente y aparatoso apoyo de las fuerzas policiales y militares, actuando en base a informaciones suministradas por la “inteligencia social” del “poder popular”, “descubren inmensas cantidades de alimentos acaparados para especular con el hambre del pueblo”.

Todo este proceder no es más que el intento de querer ocultar la ineptitud y la ignorancia de un equipo gubernamental, que después de 14 años de ejercicio del poder todavía desconoce las reglas elementales de la economía y de lo que significa saber gobernar con sentido común. En efecto, nadie puede pretender que después de haber agredido y reducido a su mínima expresión durante tanto tiempo al aparato agroproductivo nacional, ahora este se encuentre en capacidad de generar los alimentos necesarios para satisfacer la demanda de la población. El despojo sistemático de la propiedad de la tierra a los agricultores y ganaderos, la destrucción vandálica de las fincas invadidas, la “expropiación” injustificada de agroindustrias y empresas distribuidoras de alimentos para colocarlas en manos inexpertas, el desconocimiento de las técnicas de mercadeo y la baja calificación profesional de una gerencia pública que poco sabe de eficiencia y rentabilidad y si mucho de corrupción, ahora está pasando factura.

Por otra parte, la instauración de un férreo control de cambio y el mantenimiento demagógico de unos controles de precios irreales, han venido a complementar el coctel explosivo de unas absurdas políticas agrícolas y alimentarias que empiezan a descocerse, con graves consecuencias para productores y consumidores, que al final son los grandes perdedores por este desaguisado gubernamental.

Sorprendido infraganti el gobierno por la carencia de alimentos en las estanterías de los centros de consumo, ahora trata de endilgarle la responsabilidad del desabastecimiento a la empresa privada acusándola de acaparadora y especuladora; para ello ha montado esos operativos fraudulentos en los que ocupa galpones y depósitos de comida, de uso normal en el proceso de transformación y comercialización, tratando de desviar la atención del público hacia el sector empresarial privado.

Frente a esta situación se impone un llamado a la sensatez y al diálogo por parte del sector público para cambiar las políticas oficiales que desestimulan la iniciativa de los particulares. No tiene ningún sentido persistir en la aplicación de medidas y acciones de gobierno que han fracasado, no sólo en otros países, sino que también en el nuestro han demostrado su ineficacia a lo largo de la historia.

Es necesario torcer el rumbo de unas políticas económicas centradas en la estatización de las actividades de producción y comercialización de alimentos, para dejar ese campo en manos de los actores privados que han demostrado su eficiencia y experticia en el mismo. El Estado debe mantener su función de garantizar que la actividad económica se desarrolle sin detrimento del bien común de la sociedad.

Para leer completo el Boletín 122 de AIPOP, clic aquí:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico