Por
Economista Jesús Alexis González/01-02-2013
En el campo
social, y en lo específico de la economía como ciencia, pronosticar y anticipar
horizontes (y elaborar “paquetes” con espíritu mediático) no constituye una
finalidad trascendente: Siendo así, y con pleno respeto a la profesión, el
escenario que presentamos lo alejamos de cualquier vanidad como “visualizador
futurista”, y muy por el contrario lo insertamos (con la dificultad
correspondiente) en un análisis dinámico y holístico de hechos probables.
Bajo el rigor
de tal conceptualización, generamos el marco que a continuación ofrecemos:
1.- Déficit
fiscal, por un monto aproximado a los $ 66 millardos (superior al 16% del PIB
del 2012), inducido por el crecimiento menos que proporcional de la renta
petrolera y la recaudación tributaria doméstica, en relación al comportamiento
del gasto público.
2,- Ajuste
diferencial del tipo de cambio (devaluación), de al menos tres tipos: 4,30
Bs/$(Cadivi), 8,00 Bs/$ (Sitme) 11,5 Bs/$ (Mesa); con su obvio efecto
pernicioso sobre la economía especialmente de tipo inflacionario, que puede de
manera multicausal estimarse en un acumulado para 2013 del 23% (el promedio mundial
2012 de inflación fue de 5,6%, y la de Venezuela un 20%).
3.- Disminución
del gasto público, con efecto restrictivo en el campo social, en especial hacia
las Misiones y hacia el populismo sustentado en el gasto clientelar.
4.- Cierre temporal
o definitivo de empresas, especialmente medianas y pequeñas, que representan
cerca del 90% del total.
5.- Disminución
de la población ocupada y de las oportunidades de empleo.
6.- Restitución
del impuesto al débito bancario, e incremento del IVA.
7.- Bajas tasas
pasivas de la banca (por debajo de la tasa de inflación con adicional efecto erosivo sobre el ingreso
familiar), habida cuenta de la inminente emisión de títulos de baja
rentabilidad, en aras de nuevo endeudamiento interno, que serán “adquiridos”
por los bancos.
8.- Elevación
del salario para compensar su caída, observada como pérdida del poder de compra
(con otro evidente efecto inflacionario), lo cual propiciará indirectamente
distorsiones en la operatividad de la empresa y en la productividad del trabajo,
ante la inamovilidad laboral y el creciente ausentismo (18% en promedio).
9.- Disminución
del consumo privado, fundamentalmente de bienes y servicios para la familia.
10.-Restricción
en el otorgamiento de divisas por intermedio de Cadivi propiciando una
ampliación del cerco ideológico-económico. Por este mecanismo, se otorgó
diariamente durante 2012 un promedio de $147 millones, siendo que para 2013 ese
monto pudiere ser un poco más de la mitad.
11.-
Desaceleración de la actividad comercial.
12.-Control de
cambio ratificado y magnificado.
13.-Disminución
de las autorizaciones de divisas vía Sitme. Dicho organismo liquidó durante
2012 un promedio diario de $ 42 millones, mientras que para 2013 se estiman
unos $ 23 millones.
14.-Aumento en
la presión por la demanda de divisas en el mercado paralelo, hasta niveles de
máxima especulación, de hasta más de un 70% por encima del tipo de cambio
superior ajustado: 19,55 Bs/$
15.-Ampliación del
radio de acción de variados tipos de control (de precios básicamente), lo cual
tendrá un efecto restrictivo sobre la oferta.
16.-Disminución
de las importaciones, que para 2012 alcanzaron un monto superior a los $ 58
millardos. Es de resaltar, que vía Sitme se liquidó en ese año unos $ 10
millardos para tal propósito; cifra muy poco probable de alcanzar durante el
2013.
17.-Caída de la
demanda internacional de los bonos venezolanos como consecuencia de un aumento
del riesgo país; lo cual podría propiciar manejos perversos (en aras de obtener
liquidez) de las reservas en oro (incluido el no monetario), tales como ofrecerlo como garantía, venta
pura y simple y respaldar emisión de títulos.
18.-Ampliación
de la percepción de incertidumbre e inseguridad jurídica y física.
19.-
Continuación de la tendencia decreciente en la inversión privada (nacional y
extranjera).
20.-Aumento de
la pobreza (medida por la vía del ingreso); induciendo desencanto e
inconformidad.
21.-Reservas
internacionales situadas en su más bajo nivel histórico.
22.-Severas
dificultades en el flujo de caja de Pdvsa en razón a la desviación en la
esencia del negocio, a los múltiples compromisos generados por la “diplomacia
petrolera”, a las importaciones de combustible, y al elevado consumo interno.
El escenario
antes referenciado, contará con la complicidad de (1) una profundización de la
“diabólica” estrategia cíclica de cuantiosas emisiones de dinero inorgánico,
tanto para soslayar la obligante adopción de medidas correctivas a la nefasta
“política económica” actual, como para financiar el “populismo electoral” de al
menos un evento comicial en julio 2013 (sin descartar otro); (2) de un explosivo ambiente inflacionario, y
(3) de un lento crecimiento de la actividad económica (3%), con su consecuente
efecto sobre el abastecimiento y la escasez de bienes y servicios. La realidad
de los hechos, enseñará que la reactivación económica requiere de un
transparente entorno político.
En fin, pudiere
inferirse que en este año 2013 se darán las condiciones para iniciar un juicio
participativo y crítico a la “revolución en marcha”, apoyado en un diálogo nacional
con participación de una aplastante mayoría poblacional, que induciría a
refundar (por clara exigencia del poder popular) el actual “modelo”
ideológico-político-económico.
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