sábado, 2 de febrero de 2013

Escenario económico venezolano para 2013



Por Economista Jesús Alexis González/01-02-2013

En el campo social, y en lo específico de la economía como ciencia, pronosticar y anticipar horizontes (y elaborar “paquetes” con espíritu mediático) no constituye una finalidad trascendente: Siendo así, y con pleno respeto a la profesión, el escenario que presentamos lo alejamos de cualquier vanidad como “visualizador futurista”, y muy por el contrario lo insertamos (con la dificultad correspondiente) en un análisis dinámico y holístico de hechos probables.

Bajo el rigor de tal conceptualización, generamos el marco que a continuación ofrecemos:

1.- Déficit fiscal, por un monto aproximado a los $ 66 millardos (superior al 16% del PIB del 2012), inducido por el crecimiento menos que proporcional de la renta petrolera y la recaudación tributaria doméstica, en relación al comportamiento del gasto público.

2,- Ajuste diferencial del tipo de cambio (devaluación), de al menos tres tipos: 4,30 Bs/$(Cadivi), 8,00 Bs/$ (Sitme) 11,5 Bs/$ (Mesa); con su obvio efecto pernicioso sobre la economía especialmente de tipo inflacionario, que puede de manera multicausal estimarse en un acumulado para 2013 del 23% (el promedio mundial 2012 de inflación fue de 5,6%, y la de Venezuela un 20%).

3.- Disminución del gasto público, con efecto restrictivo en el campo social, en especial hacia las Misiones y hacia el populismo sustentado en el gasto clientelar.

4.- Cierre temporal o definitivo de empresas, especialmente medianas y pequeñas, que representan cerca del 90% del total.

5.- Disminución de la población ocupada y de las oportunidades de empleo.

6.- Restitución del impuesto al débito bancario, e incremento del IVA.

7.- Bajas tasas pasivas de la banca (por debajo de la tasa de inflación  con adicional efecto erosivo sobre el ingreso familiar), habida cuenta de la inminente emisión de títulos de baja rentabilidad, en aras de nuevo endeudamiento interno, que serán “adquiridos” por los bancos.

8.- Elevación del salario para compensar su caída, observada como pérdida del poder de compra (con otro evidente efecto inflacionario), lo cual propiciará indirectamente distorsiones en la operatividad de la empresa y en la productividad del trabajo, ante la inamovilidad laboral y el creciente ausentismo (18% en promedio).

9.- Disminución del consumo privado, fundamentalmente de bienes y servicios para la familia.

10.-Restricción en el otorgamiento de divisas por intermedio de Cadivi propiciando una ampliación del cerco ideológico-económico. Por este mecanismo, se otorgó diariamente durante 2012 un promedio de $147 millones, siendo que para 2013 ese monto pudiere ser un poco más de la mitad.

11.- Desaceleración de la actividad comercial.

12.-Control de cambio ratificado y magnificado.

13.-Disminución de las autorizaciones de divisas vía Sitme. Dicho organismo liquidó durante 2012 un promedio diario de $ 42 millones, mientras que para 2013 se estiman unos $ 23 millones.

14.-Aumento en la presión por la demanda de divisas en el mercado paralelo, hasta niveles de máxima especulación, de hasta más de un 70% por encima del tipo de cambio superior ajustado: 19,55 Bs/$

15.-Ampliación del radio de acción de variados tipos de control (de precios básicamente), lo cual tendrá un efecto restrictivo sobre la oferta. 

16.-Disminución de las importaciones, que para 2012 alcanzaron un monto superior a los $ 58 millardos. Es de resaltar, que vía Sitme se liquidó en ese año unos $ 10 millardos para tal propósito; cifra muy poco probable de alcanzar durante el 2013.

17.-Caída de la demanda internacional de los bonos venezolanos como consecuencia de un aumento del riesgo país; lo cual podría propiciar manejos perversos (en aras de obtener liquidez) de las reservas en oro (incluido el no monetario),  tales como ofrecerlo como garantía, venta pura y simple y respaldar emisión de títulos.

18.-Ampliación de la percepción de incertidumbre e inseguridad jurídica y física.

19.- Continuación de la tendencia decreciente en la inversión privada (nacional y extranjera).

20.-Aumento de la pobreza (medida por la vía del ingreso); induciendo desencanto e inconformidad.

21.-Reservas internacionales situadas en su más bajo nivel histórico.

22.-Severas dificultades en el flujo de caja de Pdvsa en razón a la desviación en la esencia del negocio, a los múltiples compromisos generados por la “diplomacia petrolera”, a las importaciones de combustible, y al elevado consumo interno.

El escenario antes referenciado, contará con la complicidad de (1) una profundización de la “diabólica” estrategia cíclica de cuantiosas emisiones de dinero inorgánico, tanto para soslayar la obligante adopción de medidas correctivas a la nefasta “política económica” actual, como para financiar el “populismo electoral” de al menos un evento comicial en julio 2013 (sin descartar otro);  (2) de un explosivo ambiente inflacionario, y (3) de un lento crecimiento de la actividad económica (3%), con su consecuente efecto sobre el abastecimiento y la escasez de bienes y servicios. La realidad de los hechos, enseñará que la reactivación económica requiere de un transparente entorno político.

En fin, pudiere inferirse que en este año 2013 se darán las condiciones para iniciar un juicio participativo y crítico a la “revolución en marcha”, apoyado en un diálogo nacional con participación de una aplastante mayoría poblacional, que induciría a refundar (por clara exigencia del poder popular) el actual “modelo” ideológico-político-económico.


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