Por Jesús Alexis
González, 08/02/2013
Como introito, hemos de expresar nuestra estupefacción
sobre la profundidad de la “charla
económica” recibida: la inflación se combate con producción, y esta última
mejora con la eficiencia.
Las medidas tomadas, se originan fundamentalmente por
tres razones: (1) Depreciación del bolívar, sobrevaluado en más de un 80% con
respecto al dólar USA; (2) Necesidad de mantener el elevado nivel de gasto
público (clientelar y electoral); (3) El tamaño de la deuda pública (y el
déficit fiscal).
La disyuntiva era sólo en cuanto devaluar, por ello haremos referencia a dos criterios
técnicos: (A) La sobrevaluación de un 80% de nuestro signo monetario, implica
una paridad correctiva de aproximadamente 8,00 Bs/$; (B) La relación entre la
Base Monetaria (BM) y la Liquidez Monetaria (LM) con respecto al nivel de
Reservas Internacionales (RI). En el primer caso, y con una paridad de 4,30
Bs/$ se respaldaba un 50% de la BM, y un
20% de la LM. Para cubrir el 100% de la BM, se requiere una paridad de 8,00
Bs/$; y al haber quedado la nueva paridad en 6.30Bs/$ con la aplicación de
éstas medidas, se respalda un 78% aproximadamente de dicha BM, y un 29% de la
LM.
Es de resaltar, que la LM se incrementó durante el lapso
2003-2012 en un 6.700%, al pasar de Bs. 10.600 millones a Bs. 678.000 millones.
Parece que entendieron, que continuar con esa indeseable política de emisión de
dinero inorgánico, generaría, sin duda, un mayor desequilibrio entre la LM y las
RI; es decir, el bolívar contaría cada
día con menos respaldo, manteniendo
una sobrevaluación en ambiente inflacionario. Al mismo tiempo, en la
actualidad no es factible incurrir en nuevo endeudamiento externo (ello
implicaría pagar una altísima tasa de riesgo), tampoco es prudente el
endeudamiento interno, ya que generaría un impacto adicional sobre el exceso de
LM (con su obvio efecto inflacionario).
Desde otra perspectiva complementaria, el “nuevo”
organismo superior de administración de divisas, será equivalente al recordado
Recadi, con todas las oportunidades indeseables que generará, en complemento a
un amplio espíritu de policía cambiaria. La finalidad ulterior, será
instrumentar una restricción mayor en el otorgamiento de divisas, magnificando
el cerco ideológico económico que en el año 2012 se estructuró con una autorización diaria por
parte de Cadivi de unos $147 millones diarios, mientras que Sitme (creado hace
2 años 7 meses) liquidó unos $42 millones diarios.
De los $58 millardos que se destinaron a importaciones
en 2012, $10 millardos se liquidaron a través de Sitme (17%); mientras que
Cadivi asignó $33.500 millardos (58%). Tal situación
permite inferir que la eliminación del Sitme (básicamente por la imposibilidad
de emitir nuevos bonos de deuda pública) no representa mayor trascendencia como
medida económica. ¿Será entonces una política encubierta para propiciar la
repatriación obligatoria de divisa?
Las importaciones `por habitante, durante el lapso
2003-2012, crecieron en un 175%, al pasar de $13 millardos a más de $56.3
millardos; y en lo específico del año 2012 las autorizaciones de Cadivi
clasificadas por sectores económicos: Alimentos
representó un 28%; Salud un 16%;
y Automotriz un 11%; es decir, que a
esos tres sectores Cadivi autorizó el
55% del total. Cabe preguntarnos: ¿es
posible revertir esta tendencia a corto `plazo sin la aplicación de una
coherente política económica?
En esta apretada visión escrita la misma noche del
superficial anuncio, asumimos que la inflación
(que ya mostró sus garras en este Enero 2013), pudiere aproximarse en un
acumulado 2013 entre un 23% a un 30%, mientras que la escasez pudiera ubicarse entre 22 y 33 puntos, y el desabastecimiento entre un 24% a 25%.
Finalmente, nos anticipamos en señalar que el mundo financiero internacional debe
haberse alegrado sobremanera con estas escuálidas medidas, ya que el sólo
indicio de que no habrá nueva emisión de deuda (externa fundamentalmente), les
inducirá pensar que tendrán mayor seguridad para cobrar la existente, en el
entendido que muy poco les importa los
desequilibrios macroeconómicos de Venezuela y su impacto sobre la calidad de
vida de los ciudadanos.
Siguen pensando en Estatismo, mientras ello ocurra seguiran los ciclos devaluatorios. Este articulo es, por decirlo de manera suave, mas basura socialistoidea.
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