Omar Barboza Gutiérrez julio de 2014
Para quienes oyen o ven la publicidad
oficial sobre lo que llaman una exitosa gestión de gobierno, y tienen un
conocimiento real de las calamidades por las que atraviesa actualmente el
pueblo venezolano, el impacto de esa contradicción con toda seguridad les
producirá el rechazo y la incertidumbre que genera comprobar la falta de
escrúpulos para mentir por parte de quienes tienen la responsabilidad de
gobernar hoy a Venezuela.
Son tantos los hechos que conforman la
actual crisis y sus efectos sobre la calidad de vida de los ciudadanos, que me
limito en este artículo a los que el pueblo zuliano junto a la mayoría del
pueblo venezolano está sufriendo desde hace ya algún tiempo.
Empezando por los apagones cada día
más rutinarios, extensos, sin previo aviso, después de haber tenido la empresa
eléctrica más eficiente de Venezuela como lo fue ENELVEN. Esta es una
demostración evidente de cómo una ideología totalitaria, centralista,
acompañada de la ineptitud y de la corrupción, le puede hacer daño al pueblo y
al patrimonio nacional. Al licuar todas las empresas eléctricas del país en
CORPOELEC con la finalidad de controlar, sobre todo los contratos y negocios
desde Caracas por parte de la oligarquía gubernamental, al unir sin ningún
criterio gerencial para ese proceso, a empresas malas e ineficientes con
empresas eficientes como la del Zulia, de Caracas y de Barquisimeto,
contaminaron al Sistema Eléctrico Nacional con todos los vicios de otras
empresa.
Personalidades independientes, de alta
calificación técnica y creyendo en la buena fe del gobierno, le plantearon en
1999 al Presidente Chávez la necesidad de poner en práctica, como se venía
haciendo en períodos anteriores, el Plan de expansión eléctrica 1999-2013 con
una visión de 10 a 15 años, tomando en cuenta el crecimiento esperado del consumo
en ese tiempo. Todo se quedó engavetado, mientras los cubanos y los bolichicos
hicieron grandes negocios con la complicidad de quienes han dirigido al sector
eléctrico nacional, todo ello a pesar de los miles de millones de bolívares y
la gran cantidad de dólares que se asignaron al sector para complacer las
ambiciones de los contratistas y de sus protectores, movidos por el interés de
enriquecerse ilícitamente, y no para que se prestara un buen servicio al
pueblo. Giordani, el ex Ministro de Planificación, llegó a utilizar recursos
destinados al sector eléctrico para financiar el fracasado proyecto del Eje
Orinoco – Apure. Además de las actuaciones del Comandante cubano Ramiro Valdés
promoviendo la venta de plantas ineficientes al gobierno a precios muy distintos
a los reales.
Cuando pasa el apagón y se sale a la
calle a buscar alimentos, medicinas o repuestos para cualquier cosa, lo que más
se encuentra es el “no hay”. Entonces cuando quienes están cansados de hacer
colas tratan de conseguirle una explicación a tanta escasez, se encuentran con
lo único que sobra en este país: las mentiras oficiales. La culpa según el
gobierno es de la guerra económica que dirige la oposición, después que tienen
15 años en el poder y lo controlan todo, con excepción de la voluntad de cambio
político que tiene la mayoría de nuestro pueblo. Además, agregan a esa excusa,
que el contrabando de extracción es otra causa importante de la escasez, e
inventan el chip para la gasolina y para racionar la compra de los alimentos de
primera necesidad, tal como lo hacen en Cuba.
La verdad es que es cierto que el
contrabando contribuye en buena parte con la escasez, pero se les olvida la
sinceridad para reconocer que los responsables del gran contrabando son los que
tienen la obligación en el campo civil o militar, de impedir la extracción
ilegal de bienes hacia el vecino país de Colombia. Y para proteger y tapar la
actividad de los grandes contrabandistas, guapos y apoyados, ponen en práctica
mecanismos para controlar el consumo del ciudadano común, tratando de aparentar
que están haciendo grandes esfuerzos en el control del contrabando; pero el
pueblo ya sabe lo que está pasando. A partir de la 11 o 12 de la noche quien
observe la ruta que va de la Guajira a Maicao ve pasar por los puestos
fronterizos, como Pedro por su casa, grandes camiones cargados de alimentos y
bienes subsidiados.
También es mucha la gente que observa
cómo los acaparadores de gasolina protegidos por sus cómplices del gobierno,
revenden la gasolina en los pueblos fronterizos porque a ellos no les aplican
los chips ni ningún otro control. Igualmente, ven pasar gandolas llenas de
gasolina con la finalidad de venderla al otro lado de la frontera. Es urgente
el cambio político.
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