Por Eddie Ramírez,
22/07/2014
Stakeholder no tiene
traducción, pero los expertos en gerencia definen el término como ¨los grupos
de interés cuyo apoyo o aprobación son necesarios para el éxito de una
empresa¨. Incluso, en algunos casos, sin el apoyo de los stakeholders
determinada actividad puede llegar a no ser viable. Tradicionalmente las
empresas solo consideraban como grupos de interés a sus accionistas, empleados,
suplidores y clientes. Hoy en día se le da creciente importancia a los grupos
externos que aunque no estén directamente relacionados con el negocio puedan
ser afectados o expresen interés y preocupación por las actividades que se
realizan, por lo que se toma en cuenta al público en general, comunidades,
activistas y medios de comunicación.
En el caso de las
empresas del Estado todos los ciudadanos somos stakeholders ya que sus
ineficiencias nos afectan, aunque es evidente que somos un tanto indiferentes
ante la quiebra de las mismas. En una empresa privada sus directivos deben
estar conscientes de que el activo mayor de la misma es su imagen, lo cual los
obliga a tomar en cuenta los deseos y expectativas de sus stakeholders.
Cualquiera tiene derecho a vender una compañía de su propiedad e igualmente
cualquiera puede adquirirla y cambiar su orientación. Teóricamente ninguna de
las partes está obligada a declarar el monto de la negociación, ni el nombre
del comprador, aunque esta información deberá en algún momento ser consignada
en un registro mercantil y ser accesible al público. Frecuentemente la
operación se realiza entre empresas que a su vez pueden ser accionistas de
otras, lo cual dificulta la identificación de los verdaderos propietarios.
En el caso de un medio de
comunicación privado el trámite anterior debería ser público desde el instante
de la compra-venta, ya que son muchos los stakeholders interesados en conocer
de dónde proviene el dinero de la negociación, quiénes son los nuevos dueños y
cuál será la orientación que le dará el nuevo propietario. Los casos de
Globovisión y de Últimas Noticias son ejemplos de irrespeto a sus stakeholders
y de presiones a algunos de los empleados profesionales, lo cual obligó a
varios de ellos a renunciar.
Ahora tenemos el caso
del prestigioso diario El Universal, al cual le estoy muy agradecido por
permitirme ser colaborador a través de artículos semanales y cuya Fundación
Andrés Mata publicó mi libro Ni un paso atrás. Confío en que mientras se mantenga el
plantel de excelentes comunicadores el periódico continúe con su información
seria y sus acertados estudios económicos, sociales y políticos. Sin embargo,
como stakeholder hubiese deseado que Andrés Mata informara a los venezolanos
quién es el verdadero comprador y que su nuevo propietario diera la cara. Si no
hay nada que ocultar resulta difícil de entender el secreto. Amanecerá y
veremos.
Como en botica: Pedro Mario Burelli demostró fehacientemente que los correos que
presentó el embustero Jorge Rodríguez con el aval de Maduro fueron forjados. La
alternativa democrática debe denunciar este hecho. Condenamos el enfrentamiento
en Lara entre propietarios e invasores con saldo lamentable. Igualmente los
asesinatos de funcionarios policiales en Caracas ¡No más prisioneros políticos,
ni exiliados!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico