Ángel Lombardi Boscán Jue Jul 24, 2014
@LOMBARDIBOSCAN
Hay textos anticipadores, valientes y
atrevidos en eso se mostrar la realidad que el poder encubre siempre a su
conveniencia. Son textos intempestivos como le gustaba producirlos a Nietzsche,
y quizás tengamos en “1984” de George Orwell, el más acabado de todos en
su denuncia de la distopía comunista representada por la URSS y sus satélites
luego de la II Guerra Mundial.
Un militante de izquierda francés, Marc Saint-Upéry, escribió en Le Monde, en octubre del 2012, las claves del fracaso chavista como modelo inviable que hoy ya transita el abismo sin apenas posibilidades de salvación.
“Presentar hoy la experiencia chavista como una inspiración para la izquierda es simplemente un fraude intelectual”. Así se inicia el texto y esto es aplastante, porque desnuda a muchos izquierdistas de buena fe atrapados en las telarañas de un “Socialismo de Siglo XXI” acrobático que no resiste ningún tipo de consistencia e integridad ideológica o filosófica. El “socialismo del siglo XXI”, concepto éste endilgado por Dieterich en 1996, sufre hasta del mismo rechazo de su creador. En realidad, lo que ha vivido Venezuela en estos últimos 15 años es una parodia: aprendices de brujos jugando a destruir a una nación y sus habitantes.
“Beneficiaria de la riqueza petrolera más abundante de su historia, Venezuela lanzó desde finales de 2003 una política de reducción de la pobreza meritoria pero muy problemática en sus métodos como en su sustancia. En los últimos 5 años, esta política se enfrenta a limitaciones inherentes mientras persisten o empeoran problemas agudos de inseguridad, de inflación, de escasez de vivienda y de subempleo”. Una ilusión de progreso que se disipa al pasearnos por nuestra alucinada realidad en donde lo precario se une al esperpento. No había que ser adivino para recoger las tempestades de hoy como resultado de la impericia y la irresponsabilidad de una oligarquía socialista en el poder ávida de asumir el control total de la sociedad sin contrapesos de ningún tipo.
“En cuanto a la marcha hacia al “socialismo”, señalemos simplemente que el peso del sector privado en el PIB venezolano ha aumentado bajo el mandato de Hugo Chávez”. Es una verdad de perogrullo que hay en el país una legión de nuevos “enchufados”, de una boliburguesía con conexiones en el alto poder que obtiene dólares preferenciales y luego los cambia en el paralelo. CADIVI fue desfalcado con 25.000 millones de $ y esto es apenas la punta del iceberg, de una corrupción desatada y sin freno en las mismas narices del PSUV y las instituciones del país. Es muy raro eso de construir la propiedad comunal desde la plutocracia y la injusticia social.
“Lo social, en Venezuela, son operaciones de comando extra-institucionales, sin horizonte sostenible definido, a veces militarizadas, cuando no son directamente manejadas por un Estado extranjero a cambio de regalos petroleros”. La preocupación por lo social es un ardid de una camarilla bajo la influencia del sector castrense que sólo busca perpetuarse alrededor de los privilegios que le confiere su actual posición cimera. No confundamos la retórica bien intencionada y simbólica con los hechos en sí.
“La brecha entre el discurso “socialista” de algunos actores gubernamentales y la práctica concreta del gobierno es ya inocultable, y la tensión que genera esa brecha creciente está alcanzando un punto crítico.” No hay nada que comentar porque lo estamos viviendo, y sufriendo como ciudadanía.
El Dr. Ángel Lombardi Boscán Es Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ
Tomado de: http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1044057
Un militante de izquierda francés, Marc Saint-Upéry, escribió en Le Monde, en octubre del 2012, las claves del fracaso chavista como modelo inviable que hoy ya transita el abismo sin apenas posibilidades de salvación.
“Presentar hoy la experiencia chavista como una inspiración para la izquierda es simplemente un fraude intelectual”. Así se inicia el texto y esto es aplastante, porque desnuda a muchos izquierdistas de buena fe atrapados en las telarañas de un “Socialismo de Siglo XXI” acrobático que no resiste ningún tipo de consistencia e integridad ideológica o filosófica. El “socialismo del siglo XXI”, concepto éste endilgado por Dieterich en 1996, sufre hasta del mismo rechazo de su creador. En realidad, lo que ha vivido Venezuela en estos últimos 15 años es una parodia: aprendices de brujos jugando a destruir a una nación y sus habitantes.
“Beneficiaria de la riqueza petrolera más abundante de su historia, Venezuela lanzó desde finales de 2003 una política de reducción de la pobreza meritoria pero muy problemática en sus métodos como en su sustancia. En los últimos 5 años, esta política se enfrenta a limitaciones inherentes mientras persisten o empeoran problemas agudos de inseguridad, de inflación, de escasez de vivienda y de subempleo”. Una ilusión de progreso que se disipa al pasearnos por nuestra alucinada realidad en donde lo precario se une al esperpento. No había que ser adivino para recoger las tempestades de hoy como resultado de la impericia y la irresponsabilidad de una oligarquía socialista en el poder ávida de asumir el control total de la sociedad sin contrapesos de ningún tipo.
“En cuanto a la marcha hacia al “socialismo”, señalemos simplemente que el peso del sector privado en el PIB venezolano ha aumentado bajo el mandato de Hugo Chávez”. Es una verdad de perogrullo que hay en el país una legión de nuevos “enchufados”, de una boliburguesía con conexiones en el alto poder que obtiene dólares preferenciales y luego los cambia en el paralelo. CADIVI fue desfalcado con 25.000 millones de $ y esto es apenas la punta del iceberg, de una corrupción desatada y sin freno en las mismas narices del PSUV y las instituciones del país. Es muy raro eso de construir la propiedad comunal desde la plutocracia y la injusticia social.
“Lo social, en Venezuela, son operaciones de comando extra-institucionales, sin horizonte sostenible definido, a veces militarizadas, cuando no son directamente manejadas por un Estado extranjero a cambio de regalos petroleros”. La preocupación por lo social es un ardid de una camarilla bajo la influencia del sector castrense que sólo busca perpetuarse alrededor de los privilegios que le confiere su actual posición cimera. No confundamos la retórica bien intencionada y simbólica con los hechos en sí.
“La brecha entre el discurso “socialista” de algunos actores gubernamentales y la práctica concreta del gobierno es ya inocultable, y la tensión que genera esa brecha creciente está alcanzando un punto crítico.” No hay nada que comentar porque lo estamos viviendo, y sufriendo como ciudadanía.
El Dr. Ángel Lombardi Boscán Es Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ
Tomado de: http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1044057
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