María
Denisse Fanianos de Capriles 25 de julio de 2014
@VzlaEntrelineas
En Venezuela estamos viviendo momentos
de una gran crisis política, económica y social. Pero sobre todo estamos
viviendo una gran crisis de valores.
El estado que nos gobierna, siguiendo
el modelo comunista cubano y chino, está controlando cada vez más todos los
medios de comunicación que existen en el país con la finalidad de silenciar las
denuncias contra la corrupción que está destrozando a Venezuela.
Esta semana viví en carne propia lo
que es cercenar la libertad de expresión. Desde hace casi 4 años escribía
semanalmente en uno de los diarios independientes más importantes de Venezuela:
El Universal. El diario fue vendido y se rumora que lo compró gente afín al
gobierno. Esta semana se me comunicó que el Consejo Consultivo de ese diario no
podía aceptar más mis artículos.
La solidaridad que recibí por mi
twitter @VzlaEntrelineas fue inmediata. La gente se mostraba indignada. Algunos
me preguntaban que por qué me sacaban de ese diario si mis artículos no tocaban
temas políticos. Y yo les respondía que mis artículos, al hablar de moral, del
Cielo, del infierno, al citar frases de Nuestro Señor Jesucristo y las palabras
que el Papa Francisco ha dicho sobre los corruptos, les podían resultar
sumamente incómodos a la conciencia de algunos.
Entonces se cerró una etapa de mi
trabajo en ese diario, donde pude escribir y defender la Fe “sin pelos en la
lengua”; donde pude defender con orgullo a mi santa iglesia católica a quien
este gobierno ha insultado y atacado. Defendí a mis obispos, a mis sacerdotes,
a todos quienes conformamos la Santa Iglesia de Dios. Escribí artículos donde
transmitía siempre Alegría y Esperanza para que, a pesar de los problemas,
siguiéramos adelante construyendo el reino de Dios. Escribí sobre la defensa de
la vida desde la concepción hasta la muerte, de la familia, del cuidado a los
ancianos, etc. Escribí sobre mis predilectos, los enfermos.
Pienso que puede haber molestado a los
corruptos de este país (que gracias a Dios son pocos) aquella serie sobre
corrupción que construí con frases durísimas del Papa Francisco como aquellas
que: “le llevan pan sucio a sus hijos”, “están hambrientos de dignidad”, “los
peores corruptos son los que ayudan a la iglesia con una mano y roban con la
otra”, “Jesucristo nunca habló de perdonar a los corruptos”, “hacen fiesta con
el dinero de los pobres”, “llamo a los cristianos a rezar por los corruptos
para que se conviertan porque si no los perros del infierno beberán su sangre”,
etc.
Impresiona como este maravilloso Papa
que Dios nos ha regalado en estos momentos de nuestra historia (donde el
desenfrenado consumismo, el derroche y la corrupción están en su máximo apogeo)
describe perfectamente cómo es la vida de esta gente y cómo dan mal ejemplo a
sus hijos. Desde que el Papa Francisco llegó a la sede de Pedro no ha dejado de
denunciarlos de forma clara, directa y muy valiente.
También ha hecho un llamado a los
católicos para que denunciemos la corrupción y las injusticias. Una persona que
se llama cristiana no puede ser cómplice de un régimen corrupto que ha
dilapidado las riquezas de una nación y que ha hecho que millones de
venezolanos vivan verdaderas tragedias ya sea por la altísima inseguridad, por
las interminables colas que deben hacer para conseguir alimentos, por no tener
acceso a medicamentos y servicios en hospitales, etc.
Hoy quiero agradecer inmensamente a
este reconocido portal Aciprensa por haberme ofrecido (apenas se enteraron de
mi expulsión en El Universal) un espacio en su maravillosa web. Desde aquí
seguiré escribiendo y defendiendo la Verdad que nuestro Señor Jesucristo vino a
traer a la Tierra y que nuestra Santa Iglesia Católica custodia con tanto celo.
Hoy se me abre una ventana inmensa,
por donde seguiré evangelizando (tal y como me lo pidió San Juan Pablo II en una
carta en el año 2003), y llevando la luz de Cristo a todos los rincones de la
Tierra.
Mil gracias a Alejandro y a todo el
equipo de Aciprensa. Mil gracias a todos quienes me han mostrado su apoyo en
estos días. Y mil gracias a Dios por haberme permitido vivir en un país como
Venezuela donde se están cometiendo inmensas injusticias que ahora nos toca,
como cristianos íntegros que somos, denunciarlas y ocuparnos de que se
resuelvan. Eso es lo que se nos enseña en la Doctrina Social de la Iglesia.
Algún día brillará la Libertad, la
Justicia y la Paz en nuestra amada Patria. Dios y la Santísima Virgen de
Coromoto están con nosotros y nos ayudarán.
Aprovecho de pedir a los lectores de
otros países sus oraciones por Venezuela y por tantos hermanos venezolanos que
están sufriendo las terribles consecuencias de la descarada corrupción de este
régimen totalitario.
Aquí me tendrán todas las semanas
anunciando el evangelio, difundiendo la verdad y denunciando las injusticias.
Tomado de: http://www.aciprensa.com/blog/se-cierra-una-puerta-y-se-abre-una-gran-ventana/#.U9OfluN5P74
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