OSWALDO BARRETO 15 de julio de 2014
Venezuela, de la noche a
la mañana pasó a ser en los primeros meses del año, uno de los ocho países más
pobres y de más acelerada ruina que hay en el mundo
Sé de la majestuosidad que cubre esta
palabra griega desde que el apóstol Juan la sacó de su tan sencillo sentido
primario, descubrir algo, para transmitir la revelación que el Señor le hiciera
de lo que serían los tiempos finales. Y sé que esa majestuosidad impone sumo
recato y hasta prohibición de usarla en asuntos que no sean ellos mismos
solemnes.
Pero, justamente, qué puede haber de
más solemne para nosotros los venezolanos que cuanto nos dicen sobre nuestro
futuro inmediato nuestros modernos apóstoles grey inmensa y variopinta de
clérigos de todas las iglesias y científicos de todas las humanidades,
político, politólogos y comunicadores de todas las estofas. Es más, la
incitación a profanar la solemnidad del término es tanto mayor que entre
nosotros ha aparecido la moda de referirnos a todo en términos apocalípticos.
ESTADÍSTICA Y CIBERNÉTICAS: AUXILIARES
DE LOS NUEVOS PROFETAS
Así, gracias a los grandes avances en la elaboración y procesamiento de los datos estadísticos y a la divina o infernal invención de la cibernética, nos es dado hablar de todo cuanto nos concierne en términos apocalípticos.
Cualquier persona, en efecto, con tal
aparente manejar idóneamente una computadora y tenga acceso, virtual o real, a
la información de numerosas publicaciones periódicas sobre las estadísticas
nacionales e internacionales, se siente autorizado (y así es reconocido) a
emitir su sentencia, no sólo sobre lo que habrá de suceder con el país entero,
sino sobre lo que ya ha sucedido o esta en camino de suceder (tengamos o no
conciencia de ello).
Así, en un artículo de cualquier
diario o revista, en un estudio publicado cualquier publicación científica, o
bien a través de un correo electrónico o de un tuit, de un breve discurso
pronunciado en un foro o en un programa de radio o televisión, se han elaborado
o contribuido a elaborar visiones apocalípticas de todo cuanto no concierne.
Venezuela, de la noche a la mañana
pasó a ser en los primeros meses del año, uno de los ocho países más pobres y
de más acelerada ruina que hay en el mundo. Este mismo país, que hasta hace
apenas una década sólo aparecía en el Guinness como el país de del mayor número
de reinas de belleza triunfadoras, de las mayores caídas de agua y uno de los
tres países con mayores reservas de petróleo, ahora sola está en la lista negra
o roja de los récords: entre lo países de mayor inseguridad, de más elevado
número de homicidios por cien mil habitantes, de mayor corrupción, del retorno
más acentuado y constante a enfermedades endémicas que se creían desaparecidas,
etc, etc.
Pero nadie hoy día ignora lo que por
siglos y siglos pudo permanecer oculto, esto es, que la lectura del hecho hace
al hecho mismo, y todos estamos en capacidad de acercarnos con cautela a esas
profecías sobre lo que vamos a ser o ya somos sin saberlo. Sucede entonces que
la gente del gobierno desconfía por principio de las profecías que vienen de
los predios de la oposición y, viceversa, la gente de la oposición duda de que
tal desconfianza sea honesta o sincera. La bipolaridad, en una palabra, se
opone a la existencia de estas lecturas apocalípticas de nuestro futuro.
Pero esto también es mera apariencia:
hay lecturas que aparecen como realidades para opositores y chavistas, sólo que
de los dos campos se presentan distintas formas de explicar las razones de que
tal fenómeno exista. No se niega el fenómeno (no se niega, por ejemplo, que
somos el país donde la seguridad de vida es más baja, o del más alto índice de
corrupción en el sector público), sino se discuten las causas sociales,
culturales e históricas de tal fenómeno incuestionablemente presente en la
actualidad.
Pero toda esta problemática desborda
considerablemente nuestro tradicional campo de análisis, el material que
solemos circunscribir en nuestras "Coordenadas" o llevar a los
platillos de nuestra "Balanza". Esta visión apocalíptica de las
cosas, que, como venimos diciendo, se presenta en todos los planos de nuestro
acontecer, es asunto de sociología o psicosociología profunda. Nosotros, en
cambio, movidos por lo que ahora podemos leer en diarios y revistas o escuchar
en la televisión
ola radio.
ola radio.
NEFASTOS AUGURIOS SOBRE LA UNIDAD Y LA
OPOSICIÓN
Sí, nos preocupan ahora temas tratados por analistas que nos son a todos familiares y en el estilo que les es habitual donde nos hablan del futuro de la oposición y de la mesa de la unidad asuntos que, nadie duda, atañen al futuro de todo el país y en todas sus dimensiones.
Hablaremos, así, en la segunda parte
de estas coordenadas, de lo que nos habla Alonso Moleiro en su artículo
"El Vacío" publicado en Talcual del 12 de este mes. Hablaremos, desde
la misma óptica, de lo que nos dice Carlos Blanco en su "Obertura 1814
2014", artículo publicado en su habitual columna en El Univer sal , del
pasado domingo 13. Y hablaremos, en correspondencia, de lo que otros analistas
han presentado como lecturas que enfrentan aquella lectura apocalíptica.
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