30 de julio de 2014
Compañeros
Dirigentes de los partidos de la
Mesa de la Unidad Democrática.
Presente.-
Muy estimados amigos,
En los últimos meses, una campaña
artera y sañuda se ha desarrollado contra la Unidad y su instrumento, la Mesa
de la Unidad Democrática, y se ha escogido a fin de golpearla, disparar contra
la credibilidad de su vocero y servidor. Empezó en los laboratorios del poder
arrogante, pero no se quedó allí, la insensatez lo acogió con lascivia. En la
fuente o en la desembocadura, playas unitarias han sido mojadas por esas aguas
contaminadas.
Las políticas están sometidas al
análisis y la crítica, por formación democrática y espíritu académico lo sé.
Otra cosa es la mentira calculadamente sembrada en una sociedad angustiada y
polarizada. Ni una sola de esas calumnias he respondido ni responderé. Figurar
entre los blancos predilectos de los extremismos, sencillamente, honra.
Pero no es mi papel ser el centro de
una polémica entre nosotros. El éxito de la tarea que pueda cumplir desde la
función encomendada, se basa en la confianza. No estoy aquí como obstáculo para
nadie. Mi trabajo no es ganar discusiones, sino ayudar a generar consensos. Y
la situación del país es tan grave que se nos exige máxima eficiencia en
aquello que se espera de nosotros. Así que precisamente por compromiso con la
Unidad, para cuidarla mejor como el logro que es, en las actuales
circunstancias, creo que lo procedente es hacerme a un lado. Sin romper, desde
luego, los lazos que a este proyecto me unen, porque son irrompibles.
No quiero que mi nombre y la polémica
que pueda suscitar, sigan siendo excusa para que se dispare por mampuesto a la
Unidad. No me voy de la Unidad, solamente cambio mi puesto de lucha. De la
Secretaria Ejecutiva que he ejercido estos cinco años y que hoy entrego, asumo
con la frente en alto la condición de militante de la Unidad.
Dejo de ser el primero y paso a ser el
último de la fila. Para servir a Venezuela, para ser útil a la Unidad, importa
lo que uno haga y no la posición que uno ocupe.
Libre del compromiso de la
coordinación, rescato mi derecho a la opinión y al aporte personales. Ofrezco
mi colaboración a todo aquel partido o compañero que la necesite para mejor
cumplir los fines comunes, y a la Unidad en su conjunto. Pueden contar conmigo.
Es mi modo de agradecerles.
Como ciudadano que defiende la
libertad, seguiré luchando porque no se olvide a nuestros presos y exilados.
Me concentraré principalmente en la
tarea de políticas públicas, de apoyo a las gestiones regionales, locales y
parlamentarias, a la difusión de los logros de la Unidad, y a la promoción del
diálogo entre venezolanos, porque el modelo basado en la imposición ha
colapsado, y el diálogo nos hace falta hoy, y más falta nos hará mañana.
Muchas gracias por todo. Amigo,
Ramon Guillermo Aveledo
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