Alberto Quirós Corradi 17 de julio de 2014
En una pequeña reunión de petroleros
de los de “antes”, Arnold Volkenborn nos hizo una presentación del futuro de la
industria petrolera venezolana que recoge información dispersa y la organiza de
manera tal que las premoniciones fatalistas que todos teníamos se convierten en
algo que se aproxima casi a una certeza, aunque el futuro tiene tantas
incertidumbres que, por lo general, nos equivocamos en las predicciones.
Para reforzar el concepto de la
incertidumbre del futuro, recordamos que hace 10 años los expertos
pronosticaban que nuestro continente (Norte, Centro y Suramérica) sería, por
siempre, importador neto de unos 6 millones de barriles diarios (b/d) de
hidrocarburos.
Desde entonces ha habido una
revolución tecnológica. 1) Se desarrolló la perforación horizontal que permite
acceder con un pozo vertical a horizontes de varias arenas de producción para
la cual se requería antes hasta de 24 pozos. 2) Se desarrolló una tecnología
que permite perforar “costa afuera” a grandes profundidades. 3) Se
desarrollaron tecnologías para “fraccionar” las lutitas y extraer gas y
petróleo en abundancia que hasta hace poco no podían producirse. Los resultados
han sido espectaculares. En Estados Unidos el petróleo de lutita es ya (2013)
2,7 millones (b/d) y 7,4 millones (b/d) de petróleo convencional. Para 2017 se
calcula que se producirán de lutita 5 millones (b/d) y 10,4 millones (b/d) de
petróleo convencional. Lo cual lo convertirá en el mayor productor del mundo y
en exportador neto.
Por su parte, Canadá producirá de sus
arenas bituminosas 5,8 (b/d) para el año 2030 (1,8 millones b/d en la
actualidad) Gran parte de esta producción estará interconectada a través de
oleoductos (muchos ya existentes) con Estados Unidos pero tendrá que buscar
también otros mercados. Mientras todo esto se desarrolla Venezuela redujo sus
exportaciones a su mercado natural (Estados Unidos) de 1,5 millones (b/d) a 700.000
(b/d). Brasil planifica producir entre 3 millones y 4 millones (b/d). México ha
abierto su industria al capital extranjero. Argentina ha incrementado su
producción de gas, natural y de lutita. Colombia posiblemente llegue a producir
1 millón (b/d). Perú exporta gas a Chile. Todo lo cual apunta a que América del
Sur no solo será autosuficiente a corto plazo, sino que tendrá capacidad de
exportación.
Los expertos apuntan a que en el mundo
podría haber, en el relativo corto plazo, una oferta mayor que la demanda, lo
cual plantea lo que haría, en ese caso, la OPEP; ya esta organización ha
reducido su expectativa de producción de 31.000 millones (b/d) a 30.000
millones (b/d) en 2020, lo cual visto desde la perspectiva de hoy parece
optimista.
No incluiremos cifras para el gas pero
las conclusiones son las mismas que para el petróleo. Habrá gas en abundancia y
ya Estados Unidos ha comenzado a exportarlo. El desarrollo atrasadísimo del gas
costa afuera en Venezuela ya no encontrará mercado si alguna vez se terminan
los proyectos actuales. (Estados Unidos está transformando los terminales para
recibir gas licuado en puertos para exportarlo).
Hay mucho pero mucho más. No hemos
mencionado las energías alternas que tarde o temprano reducirán la demanda por
hidrocarburos. Pero, lo expuesto es suficiente como para concluir que: 1) Será
difícil desarrollar la faja petrolífera del Orinoco para producir petróleo
crudo comerciable, para lo cual se necesita de mejoradores que, si empezamos
hoy a construirlos, tardarán por lo menos 6 años para que estén operativos. 2)
El gas costa afuera tendrá que utilizarse en Venezuela y será mucho más costoso
que el gas asociado que producimos actualmente y que ya no nos alcanza. 3)
Tenemos, todavía, petróleo liviano y mediano más fácil de comercializar que el
de la faja, pero no hay ni exploración ni recuperación de pozos abandonados. 4)
Venezuela perdió el prestigio que conservó por muchos años de suplidor “seguro
y confiable” y buen pagador por los servicios que recibía su industria
petrolera. 5) ¿Qué mercados tendrá Venezuela si nuestro continente no solo será
autosuficiente sino un exportador neto de energía? Nos queda China y la India,
¿podemos competir para esos mercados con el Medio Oriente y el norte de África,
cuando se cierre el mercado de Estados Unidos?
Este régimen nos destruyó el presente.
Parece que también nos confiscó el futuro.
PD: La próxima semana, ¿qué podremos
hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico