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domingo, 26 de julio de 2015

Esequibo es Venezuela por Andrea Tavares @tavares_andrea





Por Andrea Tavares

Recuerdo perfectamente mis estudios de primaria en la Escuela Municipal “Antonio R. Vaamonde”, extraordinarias maestras orientaron y forjaron nuestro perfil patriótico y nuestros valores y principios más sagrados, además de las primeras letras; las recuerdo con el afecto y agradecimiento eterno por haber recibido tanto de ellas, mis maestras Ana, Isabel, Cristina e Itala, mujeres extraordinarias y hermosas como todas nuestras maestras venezolanas, al igual que los maestros, quienes se empeñan en hacer de nosotros unos ciudadanos, a pesar de las circunstancias y del poco reconocimiento a su labor social y pedagógica.

Allí, en las aulas de mi escuela, estudié por vez primera nuestro mapa de Venezuela completico, con su territorio de la Guayana Esequiba, como debe ser, nos tocó dibujarlo innumerables veces y siempre las maestras atentas a que no se dejara por fuera esa parte tan legítima de nuestro territorio nacional como es el Esequibo. Sin embargo, generaba en mí y, posiblemente en mis compañeros de aula, una sensación de incomprensión, al ver aquellas líneas diagonales que lo diferenciaban del resto del mapa nacional, aquella información de que se trataba de una “Zona en Reclamación”, fue aceptada en primera instancia, pero con el transcurrir de los años, quedaba la expectativa de algo congelado, paralizado, sin solución. ¿Cómo era posible que pasaran los años y aquel pedazo del terruño nacional todavía estaba demarcado como “Zona en Reclamación”? Nos fuimos quedando con la certeza de que el reclamo se había abandonado, que era una causa perdida, o más bien, silenciada. Efectivamente, este período respondió a la firma del Protocolo de Puerto España, que acordó congelar la reclamación por 12 años, el cual se negó a renovar el presidente Luis Herrera Campins, a mediados de los años 80.



Cuando cursaba mis estudios de secundaria, pude observar que muchos compañeros ya dibujaban el mapa sin el Esequibo. Que al estudiar la cuencas hidrográficas de Venezuela, no se mencionaba el Río Esequibo y sus afluentes, que al estudiar nuestros recursos energéticos o nuestro potencial turístico, tampoco se mencionaba a nuestra Guayana Esequiba, habíamos estudiado nuestras manifestaciones folklóricas y culturales, en los distintos estados del país, pero no recuerdo que nos mencionaran algo sobre las tradiciones y las manifestaciones artísticas esequibanas. Así andábamos, hasta que de pronto el tema se hizo presente, se desempolvó e incluso nos encontrábamos entonando la canción del grupo Témpano “El Esequibo es Nuestro”, pero después vino nuevamente el silencio, los mapas incompletos o las “rayitas” para siempre.

Sin duda, reconocer la labor, la firmeza y el impecable uso de la diplomacia, ejercidos por aquellos venezolanos que no tuvieron duda en denunciar la aberración que se cometió con el Laudo Arbitral firmado en París en 1899 y lograr el Acuerdo de Ginebra de 1966, consecuentes con el legado del Libertador, quien no dudó en defender esta parte de nuestro territorio, exige que seamos solidarios con nuestros compatriotas esequibanos y nos declaremos en lucha permanente por los derechos y la soberanía de Venezuela sobre este territorio.

Y aún así, eso no es suficiente, pues la Patria es “una comunidad relacionada por lazos afectivos, culturales e históricos”, de manera que no basta con que los esequibanos se sientan venezolanos, es necesario que nosotros volvamos la mirada hacia nuestros compatriotas de esta región “congelada” que, a pesar de contar con un territorio privilegiado, con un gran potencial hidroeléctrico, de grandes reservas petroleras, de oro, bauxita, uranio, gas natural, bosques madereros, tierras aptas para la ganadería y la agricultura, viven en condiciones paupérrimas, desprovistos de servicios básicos, cuyo territorio ha sido devastado por los invasores, quienes han explotado y desangrado nuestra Patria, condenando a nuestros hermanos a la miseria y al abandono.

Es hora de comenzar a sustituir las “rayitas” de la Zona en Reclamación por personas de carne y hueso, son 280 mil seres humanos que habitan un territorio de 159 mil Km2, que han sido expoliados en nuestras narices, hombres, mujeres y niños que durante más de un siglo, han tenido que reconocerse en un mapa desprovistos de identidad, de historia, acosados por pretensiones imperiales e intereses económicos, invisibilizados como población. Que sepan que tienen historia, que su historia es la historia de Venezuela, que tienen unos próceres extraordinarios que lucharon por nuestra independencia contra esas pretensiones imperiales, que tienen un Libertador, un padre de la patria, que son hijos de Bolívar, que somos la nación surgida de la Capitanía General de Venezuela en 1810, con una historia común y gloriosa. Que tienen unos hermanos, compatriotas, que están dispuestos a defenderlos, a liberarlos, porque el irrespeto y la agresión contra un venezolano, es contra todos.

Pero también los Venezolanos de todo el territorio, incluyendo al Esequibo no podemos ni debemos permitir que se politice o partidice esta lucha y, mucho menos que se pretenda utilizar con fines electorales. Nos toca asumir esta defensa de la soberanía en medio de una de las peores crisis de nuestra historia, no sólo tenemos que conducir nuestro esfuerzo a restablecer los derechos violentados en el Esequibo contra sus ciudadanos y contra Venezuela, sino también a rescatar a Venezuela de este atolladero, de convertirnos en un territorio soberano en toda su extensión, recuperar la institucionalidad perdida, restablecer el estado de derecho y de justicia, desarrollar una economía productiva, adecentar la administración pública, combatir el crimen y la violencia, reorientar la política energética, refundarnos como una República de Ciudadanos, donde todos los venezolanos seamos capaces de vivir como hermanos, con tolerancia, con respeto, integrando esfuerzos para convertir a Venezuela en el país que nos merecemos.

Tal vez la necesidad de convocar a la Unidad de Todos los Venezolanos, para defender nuestra soberanía y los derechos de nuestros compatriotas Esequibanos, por encima de las posiciones políticas, sea el punto de partida para unificarnos como nación, y de esta manera, abordar y solucionar los grandes problemas del país, dejando atrás la polarización política que tanto nos ha degradado y condenado a ser una nación primitiva y subdesarrollada.

Saludamos la iniciativa propuesta por Alternativa 1 en el estado Carabobo, quienes han solicitado formalmente a la Universidad de este estado, la creación de una Cátedra Permanente de Estudios sobre el Esequibo, esto es válido para todas las universidades públicas y privadas, pero también es urgente retomar en nuestras aulas de la escuela primaria y del bachillerato el sentido de pertenencia con esta parte de nuestro territorio, que no le quede duda a ningún venezolano que debemos solidarizarnos con nuestros compatriotas porque el Esequibo es Venezuela.

Publicado en Tal Cual,

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