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miércoles, 29 de julio de 2015

Superando Expectativas, por @lmesculpi

Luis Manuel Esculpí 27 de julio de 2015

No es tan fácil como parece. Resulta sencillo exigir y proclamar su necesidad. La tardanza en adoptarla no se justifica, mas tiene explicación. Esos procesos tienden a ralentizarse. Cuesta a veces descubrir las coincidencias y los espacios comunes, sin negar las diferencias. Alzar la mirada más allá de la contingencia. Trascender lo electoral incluyéndolo. Imaginar los posibles desarrollos. Disponerse a superar las desconfianzas mutuas. Materializar los acuerdos es prácticamente una labor de orfebrería. Consolidar una alianza con sentido estratégico exige voluntad y convicción. Comprender que no se impone un punto de vista en particular, que se requiere la integración de criterios donde todos participan y aportan.

Este introito de oraciones breves esta referido, como es lógico, a los acuerdos alcanzados en la Mesa de la Unidad recientemente. A sus logros como alianza opositora. La selección de candidaturas unitarias para listas y circuitos está acompañada de una importante decisión como lo es el de la tarjeta única para las próximas elecciones parlamentarias, también tiene especial significación la integración del Comando único de campaña, y definición de una estrategia unitaria.

Cierta critica al comportamiento de las organizaciones políticas tiene fundamento y los partidos con algunas conductas se hacen merecedoras de ella, en esta oportunidad es justo reconocer, más allá de cualquier señalamiento pertinente, el esfuerzo realizado para lograr acordarse en torno a temas cruciales como los que han sido planteados.

Desde el oficialismo se apostaba al fracaso de esas gestiones que desde hace algún tiempo se venían adelantando en el campo de las fuerzas democráticas, incluso algunos de sus voceros públicamente anunciaron que las divergencias, por demás naturales en una alianza plural, impedirían su presentación unitaria.

Igualmente algunos -no todos- de los promotores de la supuesta tercera vía, confiaban su éxito en la imposibilidad de llevar a feliz término la unidad de las fuerzas opositoras.

Las previsiones en ambos casos les fallaron. Por el contrario, lo convenido supero los cálculos previstos inicialmente, aun por fervorosos partidarios de la política unitaria.

Se demostró que pese a sus carencias y limitaciones los partidos dieron una importante muestra de desprendimiento, madurez y comprensión del momento político. Cuando las principales organizaciones que eventualmente se pudieran beneficiar del respaldo electoral participando con sus símbolos y su tarjeta, se acogen a la formula unitaria están evidenciando que no lo hacen con el propósito de "evadir contarse" como en alguna oportunidad se argumentó; sino por la comprensión de una exigencia planteada por densos sectores de la sociedad que no hacen vida política en los partidos.

Es la primera vez en estos largos 16 años que las fuerzas alternativas perfilan una política que trasciende la fecha electoral, anunciado una ruta y orientaciones con un nítido sentido estratégico. Definiendo previamente el comportamiento de una sola fracción parlamentaria, que siendo mayoría, desde ese escenario daría aportes decisivos en la re institucionalización de la vida democrática del país, contrastando con la conducta de la actual mayoría de la Asamblea Nacional. En esa misma dirección apunta el criterio de renovación del CNE y el TSJ llenando las vacantes que se produzcan con estricto cumplimiento de lo establecido en la Constitución Nacional.

Los acuerdos que se irán anunciado, superan las expectativas previstas, lo de la tarjeta si bien constituye una figura emblemática de la unidad, las otras formulaciones poseen también especial relevancia. La Mesa de la Unidad democrática pareciera estar en tránsito de transformarse de alianza electoral - lo que hasta hoy ha sido fundamentalmente- en una verdadera Dirección política. No pretendemos hacer una exégesis detallada, aquí apenas hemos mencionado a título de ejemplo y de manera muy general unas pocas.

Por supuesto, que no todo ha sido un camino libreado o cubierto de rosas, hay imperfecciones, algunos descontentos y desacuerdos que siempre se suceden después de estos procesos, tendrán que superarse necesariamente. En todo caso son de tono menor frente al alcance de los logros.

La conformación de alianzas entre diversos que han protagonizado desencuentros, siempre es una labor difícil, pero cuando se conciertan sobre bases sólidas despejan el camino a la victoria.

En la lucha contra la dictadura de Pérez Jiménez dos de las organizaciones más activas enfrentadas al régimen (Acción Democrática y el Partido Comunistas) mantuvieron tácticas distintas durante cierto tiempo, fue en el año 57 cuando se conformó la Junta Patriótica y se unificaron participando junto a otros sectores para conducir las acciones que culminaron el 23 de enero de 1958.

En nuestros debates muy a menudo se apela a la experiencia chilena, las fuerzas que enfrentaron a Pinochet adelantaron políticas distintas durante un periodo importante, la Concertación se estructura después de superar las graves diferencias de dos sectores fundamentales: los demócratas cristianos y los socialistas; cuando se unifican para participar en el referéndum obtienen un triunfo contundente, En esa oportunidad hubo opositores que no participaron, aislándose de esa confrontación decisiva, con una compostura reluctante por no creer en la salida electoral y proponer otras formas de lucha.

En nuestro caso los anuncios hasta ahora han resultado muy aleccionadores, la recepción en la mayoría democrática ha sido altamente positiva. Ello debe servir de plataforma para proseguir y consolidar los avances, para despejar así la ruta que nos conducirá a la victoria y a la conquista del cambio político. A esa empresa vale la pena dedicarle toda nuestra capacidad y todo nuestro esfuerzo.

Luis Manuel Esculpí

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