Miguel Méndez Rodulfo 24 de julio de 2015
Aunque algo similar pudiera decirse de
los licoreros y a pesar del recule táctico del gobierno en cuanto a la medida
de re direccionamiento hacia la red pública del 100% de la producción nacional
de alimentos, el sector avícola particularmente se enfrenta a graves riesgos.
Para empezar hay que decir que la principal fuente de proteínas son las carnes
y entre ellas, la más económica y rendidora es la avícola; el punto es que
debido a las desafortunadas directrices del gobierno, más promotoras de
corrupción que de producción, eficiencia y comercialización, todas las empresas
productoras de alimentos balanceados para animales se han quedado sin
inventarios de materias primas. En la generalidad de los casos, existe maíz
para 15 días; hay existencias de harina de soya (principal fuente de proteínas
y aminoácidos) para 20 días; pero tampoco hay aminoácidos esenciales como
metionina ni lisina. Todo ello ocurre porque el gobierno no está entregando
licencias de importación y tampoco está liquidando divisas para las importaciones.
El gobierno se ha dedicado a importar
directamente, a través de CASA, pero lo hacen comprando con sobreprecio y sin
garantía de calidad. En el caso del maíz, ello se traduce en que venden “en
teoría” a Bs. 7 el kilo de este cereal importado, pero nadie lo consigue o
puede comprar a ese precio, puesto que algunos “revolucionarios” lo ofrecen a
Bs. 17 el kilo en el mercado negro de los bachaqueros. Por otra parte, el
gobierno obliga a los mataderos avícolas a que “vendan” el 30% de su producción
a la cadena de abastos pública: Bicentenario, Mercal y PDVAL; sin embargo,
estos no le pagan a los mataderos, pero venden y cobran a sus clientes al
contado. Hay que decir además, que los mataderos están restringidos a sólo
vender en los estados donde se encuentran ubicados y en Caracas.
Debido a que el gobierno no entrega
licencias de importación, no se están importando huevos fértiles, por lo que no
se están incubando huevos, motivo por lo cual no habrá pollitos y se acentuará
la escasez. Adicionalmente, aunque el gobierno ha comprobado que el costo de
producir un kilo de carne avícola sobrepasa los 40 bolívares, obliga a la
industria a que se venda a Bs. 17,50 el kilo de pollo. Además de la restricción
que existe sobre los mataderos avícolas, el gobierno impide que distribuyan por
sí mismos sus productos ya que esto lo hace ejecutiva, y arbitrariamente,
Sunagro, junto con la GNB y la Sundee, quienes determinan a que distribuidores
se van a llevar a la venta los pollos
beneficiados.
Los granjeros dedicados el engorde de
pollos ya no quieren comprar pollitos, pues no tienen con qué alimentarlos;
entonces, el gobierno obliga a las incubadoras a “venderles” pollitos a
granjeros asociados con el gobierno, y aunque esos animalitos se facturan,
flete incluido, nunca pueden ser cobrados, porque esté régimen forajido no
paga. Agrobueyca, es la granja en manos del gobierno más moderna del país, pero
no porque la haya construido o modernizado, sino, porque la “expropió” mediante
esa nueva forma de apropiación, sin resarcimiento. Esa planta funciona por
pequeños ciclos; sin embargo, “Puro Lomo” cuenta con abundantes inventarios y
siempre tiene permisos de importación y de liquidación de divisas, ahora se le
asignaron las granjas de reproductoras e incubadoras de avícola El Alba.
El 1º de agosto el sector avícola,
agobiado, dará vacaciones colectivas y en un mes podrían estar cerrando sus
puertas empresas con promedio de 50 años de existencia, que emplean miles de
trabajadores; entonces la escasez se acentuará. Si con mucha dificultad, se
consigue pollo una vez a la semana, se va a conseguir una vez al mes, porque se
dependerá de las importaciones y ya sabemos que no hay divisas. Pronóstico:
hambre.
Miguel Méndez Rodulfo
Caracas, 24/07/2015
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