Leonardo
Morales 24/07/15
Se dice que desde hace 15 años el país vive
tiempos nuevos, lo que no implica que estemos hablando de tiempos buenos.
Quienes auspiciaron estos nuevos tiempos lo hicieron fundamentados en que los
venezolanos vivirían momento inimaginables.
Al poco tiempo de iniciarse el siglo XXI
Venezuela comenzó a disfrutar de unos precios petroleros altos. Eran buenas
noticias y abonaban a favor de la esperanza prometida por los socialistas
de estos tiempos, pero con las ideas marxistas que posibilitaron la caída del
Imperio soviético y del Muro de Berlin.
Jamás David Ricardo, Adam Smith, Karl Marx,
Milton Friedman, independientemente de su posición ideológica,
hubieran podido predecir que en pleno siglo XXI y luego del fracaso
socialista en el mundo, aparecerían unos trasnochados líderes de un país
tropical como el venezolano impulsando políticas cuyo fracaso era previsible.
Los altos ingresos producto de la renta
petrolera del país no fueron suficientes para cumplir con la palabra empeñada:
el fracaso económico de un país empalagado, hasta hace muy poco, de montañas de
dólares alarman a la Venezuela productiva, esa que se ha mantenido en pie a
pesar de las zancadillas gubernamentales, y a la no productiva que o fue
quebrada por el mismísimo estado o aquel otro país que vive de una
redistribución que no genera riqueza y que tampoco fue capacitada para
incorporarse a la producción.
Lo único que va en descenso es el buhonerismo
que ha venido siendo sustituido por un tipo muy especial de emprendimiento.
Ahora las calles no se ven hacinadas de buhoneros que impiden el disfrute de
calles y aceras de los transeúntes sino que ahora un nuevo sector económico
llama la atención de muchos: los bachaqueros. Éstos han sustituido a los
buhoneros, son un tipo de sector económico que progresa a pasos agigantados, al
extremo que ofrecen productos alimenticios a precios que superan el precio
sugerido, el regulado o el justo; con ellos se establece un nuevo tipo de
precio: el precio real, el que paga el pueblo
Con la medida gubernamental de alzarse con
toda la producción privada para ser distribuida por la cadena comercializadora
del Estado lejos de beneficiarse a los consumidores se impulsa el bachaqueo y
se promueve la aparición del precio real que impone la especulación.
No pasará mucho tiempo para que la banca
pública ofrezca créditos para este nuevo tipo de emprendimiento.
Tomado de La Patilla
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