Carlos Raúl Hernández 20 de julio de 2015
Twitter revolucionó la vida social,
cultural y política, a tal velocidad que aún sus efectos no se procesan
plenamente, y hacen lucir lentos hasta e-mail yFacebook. Obama es el primer
presidente que dice haber llegado a la cima gracias a esta vía. Es la más
grande de las democratizaciones de la información en la Historia y algún sabio
del gobierno declaró que quería hablar “con los que tenían la franquicia en
Venezuela”, seguramente para chantajearlos y pegarlos contra la pared. Basta
imaginar qué estaría ocurriendo en este país sin ese recurso. El autoritarismo
quisiera callarlo inútilmente y en procesos electorales, como el de hoy, juega
papel crucial enseñarle al mundo las movidas del poder. Han comparado esta red
con una plaza muy concurrida, en la que cualquiera puede dirigirse al
auditorium y la gente aprende a actuar de manera que sus palabras adquieran
seguidores.
En el pasado quien quisiera decir algo
requería apoyo de un medio privado. Hoy Nelson Bocaranda o César Miguel Rondón
-y cualquier ciudadano en su propia escala- son en sí mismos medios de
comunicación. Twitter ha dado voz a quienes nunca la tuvieron y que de otra
manera no la tendrían, por lo que a veces la entonación puede ser ruda. Se
asemeja a los espacios públicos romanos en el siglo II, en los que predicaban
decenas de sectas judías, pero había una en particular que congregaba
masivamente y ganó. La que tenía como símbolo la Cruz y un mensaje de
tolerancia. La teoría siempre se demora para entender las cosas, pero en la
reflexión sobre las comunicaciones, el retraso llegó a la exageración. La
Sociedad de la Información es un salto basado en radio, cine, televisión,
satélites, informática, comunicación simultánea, microondas, Internet, y se dio
con la oposición de los pensadores que debían comprenderla.
La
máquina del Diablo
La teoría más bien estigmatizó esos
cambios llamándolos capitalistas, imperialistas, neoliberales, globalizadores,
alienantes, deshumanizadores. La amplia mayoría de los filósofos consideraba
casi que junto al SIDA, la televisión era uno de los peores males de la
humanidad, y un representante de la bellaquería cubana dijo en Venezuela que
“Internet era un invento del Diablo”. Más de cuatro décadas de inútiles
estudios sobre las comunicaciones solo dejaron un cementerio de libracos
desechables sobre el tema. Por eso el desarrollo de la información y luego de
la informática, quedó en manos de pensadores “molestos”, Toffler, Drucker,
Negroponte, Manuel Castells, Umberto Eco, y de creadores prácticos, Lucas,
Spielberg, Coppola, Rupert Murdoch, Ted Turner, Bill Gates. Eco analizaba que
la misma reacción virulenta se produjo cada vez que se inventó un medio que
democratiza la información.
Ocurrió en Egipto entre los sacerdotes
cuando se creó el abecedario, y en Europa a los comienzos de la modernidad con
la imprenta, según el clero “una máquina infernal, negra como el diablo, que
bufaba como bestia y escupía aceite”. Para curarse en salud, el primer libro de
Gutenberg es la Biblia. Según Eco, se debe a que los custodios del saber se
enardecen ante su democratización porque los medios rompen el monopolio de la
palabra y el conocimiento. Por eso tiene mal Eco que “twitter le dio voz a los
imbéciles”, como dijo el maestro. En twitter hoy están grandes figuras, desde
Lady Gaga (48.6 millones de seguidores), Justin Bieber (65.3 millones). Pero
las redes son escenario de interminables debates, un interesante laboratorio
para estudiar los mecanismos mentales de la antipolítica, la opinión política
de quienes no saben de política pero creen saber, que escriben con inusitada pasión
y llegan a tener peligrosa influencia.
Twitter
y la personalidad autoritaria
Al mismo tiempo es escuela de pluralismo
para personas y grupos en uso de su derecho a opinar. Si alguna vez Manuel
Castells dudó si las comunicaciones posmodernas servirían para el desarrollo de
la libertad o para lo contrario, está claro que son el factor más importante
para democratizar el poder. El mismo día que en China el gobierno creó un
organismo para censurar Internet, un jackerintervino la página represiva, y la llenó
de burlas, ante el desconcierto del gobierno dictatorial. En la curiosa
situación venezolana, en la que trata de entronizarse un anacronismo
protocomunista, las redes han impedido el silencio, una vez que las fuerzas
democráticas perdieron el acceso a medios más tradicionales. Twitter ha dado
voz a gente que no la tenía y jamás la hubiera tenido.
La personalidad fascista, de afectos al
gobierno o a la oposición, de izquierda o de derecha, tiene la tendencia a
insultar, vejar escondidos en el anonimato, a quienes critiquen sus acciones y
hagan ver sus debilidades, con lo que malgastan el acceso al medio y se ganan
spam, descrédito o indiferencia.Twitter es también una especie de sicoanálisis
donde muchos dan rienda suelta a su “verdadera” personalidad y aparece entonces
la vulgaridad, con lo que se comprueba que el célebre personaje defenestrado y
restituido en VTV no está solo. Cada twitt es un producto que se vende o no, y
se convierte en followerso unfolowers. Cada acto de corrupción, cada atropello contra
los derechos, cada violación electoral, será implacablemente registrada por
Fuenteovejuna electrónica.
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