Por Delia
Meneses
Unirse para definir estrategias que permitan garantizar
el trabajo que las casas hogares y los programas de protección a la infancia
realizan en beneficio de unos 5 mil niños en todo el país fue la conclusión de
la asamblea que se realizó ayer, en la que participaron voceros de 21 entidades
de atención. La actividad permitió crear una red de apoyo para lidiar con las
dificultades que enfrentan para adquirir alimentos, medicinas, repuestos,
útiles escolares.
En la asamblea, organizada por la Red de Derechos Humanos de Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) y por la Red de Casas Don Bosco, se planteó la necesidad de definir políticas públicas especializadas para garantizar la atención a esta población vulnerable. Prácticamente todas las instituciones presentes en la asamblea han planteado su problemática a los Ministerios de Alimentación, Salud o a la Defensoría del Pueblo pero la respuesta ha sido nula o insuficiente, refirió Leonardo Rodríguez, director de la Red de Casas Don Bosco.
De los niños y jóvenes que viven en casas hogares 85% son atendidos en instituciones del sector privado que comparten los mismos problemas. El personal de las entidades ha descuidado su labor pedagógica para dedicarse a conseguir insumos. Debido a la escasez, se ven obligados a acudir al mercado paralelo de alimentos lo que ha descuadrado sus presupuestos y "dificulta el trabajo contable y de rendición de cuentas por la ausencia de facturas", explicó Antonio Planelles, del Hogar Virgen de los Dolores.
La situación es más difícil para los que se dedican a poblaciones con condiciones especiales como la casa hogar María Madre Nuestra que atiende a madres adolescentes con discapacidad intelectual o la Fundación Casa de Ana que tiene niños con parálisis cerebral.
En la Casa Don Bosco de Mérida tuvieron que desistir del cuidado de un niño al no conseguir los anticonvulsivos que necesitaba. Ilvania Martins, de Aldeas SOS, precisó que el presupuesto de esta ONG se han incrementado en 200%.
"Ha disminuido la cantidad y la calidad de la comida", dijo Maritza Terán, de Bambi, situación que se repite en todas las casas hogares. Carlos Trapani, miembro de Cecodap y de la Redhnna, habló de fortalecer una red de solidaridad entre las entidades de atención y notificar a los Tribunales de infancia y a los Consejos Municipales de Derechos de los Niños las situaciones puntuales que están vulnerando los derechos de la población que atienden.
Los voceros de las casas hogares coincidieron en las secuelas que esta situación tiene en el estado emocional de niños y jóvenes, quienes son el motivo de su lucha y la razón por la que no desisten de su trabajo. Es la mística del personal la que mantiene en pie a estas ONG y la ayuda cada vez menor de los benefactores. Para unirse a la red de casas hogares que surgió ayer se creó el correo: asambleadeentidadesyprogramas@gmail.com.
26-02-16
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