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martes, 23 de febrero de 2016

El presidente Maduro, acorralado por @danilozanomadri


Por Daniel Lozano


"Imperios del mundo, este petróleo es de Venezuela y de nadie más. Será defendido con la propia vida del pueblo". Nicolás Maduro acudió el viernes a la Faja del Orinoco para continuar con su agenda económica tras la devaluación y la subida del precio de la gasolina más barata del mundo. Impartió doctrina bolivariana, clamó contra sus enemigos y repitió su arenga nacionalista favorita mientras en un recipiente de cristal vertía el oro negro que ya no llena como antes sus arcas presidenciales. Como si nada pasara.


Vestido con atuendo semimilitar, también portaba un casco rojo, sabedor de que se encuentra en el ojo del huracán político que sacude Venezuela. Opositores de la Unidad Democrática y chavistas radicales exigen su renuncia, incluso los primeros buscan fórmulas constitucionales para acortar su mandato. Aliados de toda la vida escriben metáforas sobre el Titanic y antiguos ministros de Chávez le apuntan como principal responsable de la terrible crisis social y económica que sufre el país de la "revolución bonita".

En Miami, donde se han pasado 20 años dando la primicia de la muerte de Fidel Castro, adelantan que el "hijo de Chávez" está negociando su salida del país, incluso con la intervención del Papa Francisco. En Bogotá, una colaboradora del expresidente Álvaro Uribe aseguró que Maduro había pedido asilo político al gobierno de Santos. La Cancillería colombiana lo desmintió horas después.

La tierra tiembla alrededor de Maduro. "Es un secreto a voces que los propios gobernadores militares, encabezados por Arias Cárdenas, están presionando para pedirle la renuncia. Y más de uno tiene aspiraciones presidenciales. Hay sectores militaristas que se creen llamados a gobernar", desveló Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, quien incluso les citó uno por uno. Por supuesto todos ellos han desmentido esta maniobra, pese a que el primer mandatario ha conseguido reducir el poder de los militares de cara a las elecciones regionales de fin de año y del trascendental Congreso del PSUV en abril, empezando por el propio Diosdado Cabello.

"Ni en Cuba se podrá esconder"

En términos parecidos se ha expresado el general retirado Antonio Rivero, quien dirigió con acierto Protección Civil en tiempos de Chávez y hoy se mantiene en la clandestinidad. Cuba apoyaría una junta cívico-militar en caso de un estallido social provocado por la escasez de alimentos y medicinas, asegura. La estrategia de este grupo, encabezado por el general Miguel Rodríguez Torres, es ganar tiempo y sostener temporalmente a Maduro. "Toda una patraña de los mismos cabecillas que han destruido y conducido Venezuela al desastre", argumenta Rivero.

"Lo cierto es que la decisión de renunciar sigue sobre la mesa, pero tanto Maduro como Cabello se juegan la vida al perder el poder. Ya ni en Cuba se podrán esconder", conjetura el analista Ángel Monagas.

Las malas noticias se acumulan sobre la misma mesa presidencial. La popularidad del primer mandatario roza el 20% tras la hecatombe electoral de diciembre, cuando la oposición aventajó al bloque revolucionario en más de dos millones de votos. Y ni siquiera la izquierda radical defiende sus medidas económicas, todo lo contrario. "Chávez tiembla de indignación en el Cuartel de la Montaña", escribieron Toby Valderrama y Antonio Aponte ante el "ajuste neoliberal" del mandatario.

"Yo voté por el presidente Maduro porque Chávez me lo pidió. No volvería a votarle. Hay que tener cuatro dedos de frente", enfatizó Nicmer Evans, uno de los líderes de Marea Socialista. "En el chavismo se están analizando varios escenarios, incluida la renuncia", sostuvo.

La misma ola de desencanto ha unido a los principales responsables del modelo económico chavista contra Maduro. Empezando por el exvicepresidente Jorge Giordani, gurú marxista de Chávez, y siguiendo por Felipe Pérez Martí, extitular de Planificación. "Yo a Maduro no le doy más de cinco meses. Los chavistas le ven como un lastre para su futuro político", declaró al diario Tal Cual el segundo.

Ante tamaño alboroto, los dirigentes oficialistas desmienten. "El PSUV no ha discutido ni discutirá tal posibilidad", asegura Daniel Aponte, jefe de gobierno de Caracas. "Tengo la plena seguridad de que el presidente no va a renunciar", insistió Héctor Rodríguez, jefe del grupo parlamentario bolivariano.
Entre huracanes y tormentas, el escritor Luis Britto García, siempre oficialista, ha sorprendido a la opinión pública imaginando a Maduro navegando en su propio Titanic directo al iceberg. Órdenes, reclama una y otra vez el timonel hasta que le llega la última: "Convoquemos la orquesta para que interprete melodías conmovedoras".

La ruta constitucional para acortar su mandato

La oposición discute cuál de las tres soluciones constitucionales (enmienda, revocatorio o asamblea constituyente) es la más viable para acortar el mandato de Maduro. Cualquiera de las tres supone un camino lleno de obstáculos y trampas. "Maduro será el primer presidente revocado de la historia de Venezuela", clamó el gobernador Henrique Capriles al iniciar su recorrido por el país para promover la figura del revocatorio, aunque también apoya que la enmienda siga su curso en la Asamblea. Con esta figura se pretende reducir el mandato presidencial de 6 a 4 años. Es la principal apuesta de 'La Causa R' y cuenta con el apoyo de Ramos Allup. En su contra está la seguridad de que el Supremo no permitirá que se aplique la retroactividad en esta legislatura. El camino del revocatorio también entraña un sinfín de dificultades: la confección de una ley de referendos, la recogida de cuatro millones de firmas, obtener casi ocho millones de votos y competir posteriormente en una contienda presidencial contra todo el aparato chavista. Voluntad Popular apuesta por la asamblea constituyente, pero sabe que el Supremo no permite que el Parlamento use su mayoría calificada de 2/3 partes para convocarla. Apoyará cualquier iniciativa con tal de acelerar el proceso.

21-02-16




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