Por Jesús Alexis
González, 22/02/2016
Haciendo uso de un
habitual cinismo, el oficialismo afirma que en Venezuela 2016 no existe crisis económica sino un desequilibrio
entre una escasez de oferta (insuficiencia
de recursos básicos para satisfacer las necesidades de la sociedad) y un exceso de demanda (el deseo de adquirir
un bien es superior a su oferta); como
si ello fuese conceptualmente de interés para una población que está
experimentando una creciente hambruna que
nos está empujando hacia una condición de pobre
(sin distinción de estrato social)al no disponer de lo que se considera
como indispensable para subsistir y vivir dignamente hasta desenvolvernos en un
ambiente permanente de penuria ante
la carencia; como antesala a una vivencia paupérrima
que de prolongarse en el tiempo nos conducirá a una pauperización, y en el ínterin, como bien expresan expertos
psicólogos, nos estamos neurotizandoal
experimentar un alto índice de ansiedad, estrés, angustia, y una previsión
negativa de lo que va a ocurrir en el día a día.
Mientras esta
calamidad se sucede, el Gobierno“revolucionario” en su acostumbrada externalidad
(¡Culpable es otro!)Intentapolar-izar con el sector privado
utilizando su “comodín”: guerra económica
de la oligarquía apoyada por los EEUU; como estrategia para desviar su
responsabilidad en la hambruna que
ha
venido generando desde
el año 2005 luego de aprobar la Ley de
Tierras (http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/search?q=cronolog%C3%ADa+de+una+hambruna+anunciada); hasta perfilar un contexto expropiador intervencionista del
tejido productivo privadocuyos resultados han sido desastrosos en el
desenvolvimiento de más del 90% de las empresas privadas que transitaron hacia
el modelo económico socialista venezolano, con palpable caída de la producción
nacional (en la parte que les corresponde) no compensable por el empresariado
privado a pesar del esfuerzo que ejerce para hacer frente a la guerra económica gubernamental (control
de cambio, ausencia de divisas, carencia de materia prima, control y
congelamiento de precios, inspecciones a granel, deuda en dólares, etc) que se
complementa con la práctica de no entregar directamente a las empresas (p.ej.el
Grupo Polar) las divisas requeridas y autorizadas para cancelar los compromisos
internacionales, siendo el Gobierno quien asume directamente la
“responsabilidad” del pago.
Tan nefasta guerra
gubernamental contra el sector privado, se profundiza para los 106 productos
básicos regulados luego de las recientes medidas económicas (¿?) del 17/02/16
anunciadas en total descontextualización
de una definida política económica coherente sostenible y de largo plazo,
aunado al Decreto de Emergencia Económica originalmente rechazado por la AN
pero “resucitado” por el tsj (minúscula intencional)que ha motivado en el
Ejecutivo el deseo, sin rubor ante la ineficiencia demostrada en la conducción
de las empresas expropiadas (¿confiscadas?) y teniendo como mensajero a un
Diputado, de “intervenir las empresas
del sector privado” quien complementó su sesgada propuesta con “tendríamos que
decir al Presidente de la Republica que con ese Decreto, intervenga la Polar y sincere la producción de harina de maíz en
Venezuela” (las negrillas son nuestras); siendo que en honor a la verdad
dicho Grupo produce en 3 de las 15 plantas procesadoras existentes casi
el 50% del consumo nacional mientras que el sector público con la mayoría
de las plantas a su disposición y mandato
contribuye con un monto marginal.
Es de resaltar, que no
tenemos ningún trato o comunicación con accionistas
de Empresas Polar (que de tenerlo no lo ocultaría) pero somos defensores a
ultranza de la participación del sector privado
en la conformación del PIB;
que en el caso específico de ese Grupo (acorde con datos del Reporte de
Alimentos 25/01/2016 al 07/02/2016 obtenidos vía Internet por http//empresaspolar.com) que ha recibido unas 2.777 inspecciones durante el lapso 2008-2015 y unas 38 entre el 25/01/16 y el
07/02/16, produce y distribuye46 de los
106 alimentos regulados con 1.941
camiones desde 12 sucursales (para abaratar costos) y atender 39.549 clientes en la línea de harina
de maíz, arroz, pastas, mayonesa, salsa de tomate,
margarinas, aceite, atún, jabón de panela, lavaplatos y detergentes hasta
alcanzar un monto de ¡2.560.000 Kg/día! y
en lo que se refiere a la harina de maíz precocida (primer lugar de consumo en la dieta del venezolano) produce
1.745.000 Kg/día; en un contexto donde el Gobierno controla la capacidad de
producción de hasta un 75% en ciertos tipos de productosal tiempo de contar con
un conglomerado de entes para la distribución de los alimentos (Pdval para
“importar” y Mercal y Abastos Bicentenario para el detal) , con un riguroso
control sobre la distribución al mayor por intermedio del Sistema Integral de Control Alimentario (SICA)que para el año 2013
le permitió al Gobierno señalar “conocer
con precisión el seguimiento diario de alimentos que se formulan en el país
como arroz, azúcar, café, harina, aceites; así como “saber perfectamente qué,
cuánto y quién tiene cada producto dentro del país. Y no vamos a aceptar ningún
esquema de desabastecimiento”, que como en muchas otras responsabilidades
asumidas por el Estado ha reflejado un accionar “bélico” ineficientebien sea
para intentar producir (Estado Productor) o bien para aspirar distribuir lo
producido por otros ( Estado Acaparador), al extremo que más del 60% de los
productos que se expenden en los 7.000 puntos de venta Estatales (5,8% del
total) provienen del sector privado que cuenta con unos 114.000 centros de
distribución (94,2% del total), aparte de tener el Ejecutivo pleno conocimiento
sobre el origen, destino y cantidad de alimentos enviada a cada región del país lo cual le
facilita, en teoría, enfrentar el acaparamiento, la escasez y la especulación
como, señalan, estrategias oligarcas
de guerra económica (¿?) (http://www.elmundo.com.ve/firmas/jesus-alexis-gonzalez--1-/-guerra-economica---o-burocratismo-ineficiente.aspx ). De igual modo, en marzo de 2015
el Gobierno informó sobre la aprobación de Bs
1.177 millones y de $ 16 millones para la ampliación y mejoramiento de los
34 establecimientos que conforman la Red de Abastos Bicentenario, las 4 plantas
de harina de maíz, la construcción de
2.400 nuevos PDMercalitos, 4 grandes PDMercal de 1.200 m2 c/u y para la
edificación de 30 Centros de Distribución Comunal; siendo que 11 meses después al momento del anuncio
de las medidas económicas (17/02/16) y cuando el 46,6% de los productos de la canasta alimentaria no se consiguen (28
de 60) se decidió acabar con todo el sistema de distribución para dar paso
a un único Centroen pro de una colectivización
en camino hacia mayor desabastecimiento, hambre, corrupción y pauperismo
(https://dolartoday.com/socialismo-del-siglo-xxi-colectivizacion-camino-hacia-el-hambre-y-la-muerte/)
Economista Jesús Alexis González
@jesusalexis2020
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