Por Brian Fincheltub
Comienzo haciéndoles una
pregunta: Si usted se gana la lotería hoy ¿Qué haría? 1).-Mete la plata en el
banco y vive de ella hasta que se acabe o 2).- La invierte y pone esos reales a
producir con la meta de duplicarlos. Personalmente, no tengo ninguna duda que
la mayoría de las personas que nos leen se decidiría por la opción dos y es que
no hay que ser un connotado economista para saber que la única forma de generar
riqueza es a través del trabajo productivo, que el dinero se acaba y que
entender eso es lo que nos permite tener una visión a largo plazo.
Cuando dije la mayoría,
lamentablemente era porque había excepciones y para pesar de todos los
venezolanos no es cualquier excepción. El gobierno actual aterrizando en
Miraflores se ganó la lotería y no cualquier lotería, un pote que asciende a
más de 2 mil millones de dólares, REPITO, 2 mil millones de dólares durante los
últimos 17 años. Para que tengan una idea de la barbaridad de plata que esto
representa, si se arma una torre de billetes de 100 dólares se puede alcanzar
la distancia que hay entre la tierra y la luna ocho veces.
Pero más sorprendente que la
cifra, es lo que hicieron con este realero. No solo NO lo invirtieron, tampoco
lo ahorraron, se fueron de rumba durante 17 años junto a los panas y les
dijeron “tranquilo, que yo pago la cuenta”. Además, prefirieron antes que
gastarse la plata en el país, gastarla afuera, no solo porque era más fácil que
producir, sino porque era más fácil robar.
Pero como dijimos al comienzo,
el dinero se acaba, más cuando llevan años sacando del pote sin meterle nada.
Los resultados están a la vista, ¿Cuál es el panorama ahora? tenemos una gran
factura, nos quedamos sin plata y qué creen ustedes… sin amigos.
Hoy la factura del gobierno la
pagamos todos: el sector productivo que fue desmantelado por una política de
importaciones y chanchullos cambiarios, pero fundamentalmente el venezolano de
a pie, ese que debe sufrir la inflación y la escasez en la calle. En resumen:
enchufados millonarios y un pueblo cada vez más pobre.
En los últimos 17 años hemos
escuchado sin descanso que en Venezuela no había existido un gobierno tan
nacionalista como el actual y que este proceso era “endógeno”. Seguramente en
Bolivia, Ecuador y Nicaragua pensarán eso, países que hoy muestran economías en
crecimiento, entre otras cosas gracias a la fiesta de los petrodólares
venezolanos. Pero para quienes en este momento no es posible producir por falta
de materia prima, para quien no consigue el producto que busca o tiene horas en
cola buscando un kilo de arroz que antes se producía aquí, no hay nada de
nacionalista en la actual administración.
Por el contrario, este es sin
lugar a dudas el gobierno más antivenezolano de nuestra historia.
Con la Ley de Producción
Nacional se busca que el arroz que se come no venga de Surinam, sino de
calabozo, para que las caraotas no las traigan de dominicana sino que se las
compren a nuestros pequeños productores, para que a nuestros ganaderos no se
les mueran las vacas mientras le compramos carne a Brasil.
Los que el pasado jueves se
sabotearon a través de bandas armadas este proyecto profundamente venezolanista
presentado por el diputado, Julio Borges, lo hacen porque en definitiva
no defienden al pequeño productor nacional y al venezolano de a pie, sino sus
negocios de importación a dólar preferencial.
Por un país donde lo que se
coma sea “HECHO EN VENEZUELA”, la Ley de Producción Nacional tiene el objetivo
firme de iniciar un proceso de activación de la producción de bienes y
servicios en Venezuela que ayude a solucionar los problemas de inflación y
escasez que afectan tan gravemente a los venezolanos. ¡PRIMERO VENEZUELA!
27-02-16
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