Freddy Paz 20 de febrero de 2016
@freddyspaz
Después de múltiples ensayos fallidos
con enroques en el gabinete económico y semanas de espera por unas medidas
económicas “salvadoras” que no terminaban de llegar, el pasado miércoles 17 de
febrero vimos al Presidente de la República en una larga y tediosa cadena de
radio y televisión, en la cual, no falto la acostumbrada sarta de improperios y
descalificaciones a diestra y a siniestra, anunciar un conjunto de medidas que
solo resumen un plan fiscalista, que tienen cómo única finalidad tratar de
conseguir más bolívares para aumentar los ingresos del gobierno nacional, y
mayor pobreza para el noble pueblo venezolano.
Maduro le anunció al País una nueva
devaluación de la moneda nacional, para conseguir más bolívares por dólar y
pasa de una tasa de cambio preferencial de 6,30 a 10,00 Bolívares por dólar,
elimina la tasa SIMADI y deja una tasa de cambio no preferencial “flotante”
fijada en 200,00 Bolívares por dólar pero mantiene el control de cambio,
propicio caldo de cultivo para la corrupción.
Los venezolanos en su inmensa mayoría
no tenemos acceso a ese dólar preferencial que adjudica el gobierno y que se consigue
con facilidad colocarlo en un mercado paralelo logrando exorbitantes ganancias,
para unos pocos enchufados.
Al final, el gobierno se ve obligado
a aumentar la gasolina, medida postergada durante años, lo hace en un momento,
donde la tasa de inflación es la más grande de la historia del país,
arrinconando a los venezolanos a vivir en medio de una profunda crisis
humanitaria. Cuyos resultados negativos ya comenzaran a profundizarse en el
bolsillo de los venezolanos, que no aguantamos más tantas improvisaciones.
Se nos anuncia con bombos y platillos
que a partir del primero de marzo entrará en vigencia un aumento al salario
mínimo de un 20% equivalente a unos 11.000 Bolívares al mes y un incremento del
bono alimenticio de unos 13.000 Bolívares mensuales, es decir un total de
ingresos mensuales mínimos de aproximadamente 24.000 Bolívares. Con una canasta
básica alimentaria, que sobrepasa los 100.000 Bolívares mensuales. Sin
aumentarle el salario al resto de los trabajadores venezolanos, profesionales y
técnicos que también sufren los embates de la crisis y que su ingreso mensual
está por debajo del salario mínimo. Por cierto un salario mínimo que a la tasa
“flotante” de 200 Bs/$ es equivalente a 124 dólares por mes, el más bajo de la
región y uno de los más bajos del mundo.
En ningún momento escuchamos al
Presidente de la República decir cómo van hacer para incentivar la producción
nacional, no dijo nada sobre la necesidad de otorgar créditos a los
agricultores venezolanos para producir alimentos, ni qué medidas van a tomar
para que aparezca la comida y las medicinas en los anaqueles, ni que acciones
van a poner en práctica para combatir la delincuencia, ni cómo van a dotar los
hospitales y ambulatorios del país.
A éste gobierno se le acabaron las
excusas, los culpables y las manipulaciones con las cuales han pretendido
seguir engañando a los venezolanos. El pueblo quiere soluciones.
@freddyspaz
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