Por Luis Pedro España
Así quedamos después de la cadena del pasado miércoles: 5 a 0. Son cinco tantos
a favor de los problemas del gobierno, contra cero para solucionar los
principales problemas del país.
El gobierno tardó casi tres
años para tomar algún conjunto de medidas que sirvieran para enderezar los
entuertos que se fueron acumulando desde el año 2009. Acumulación de
desequilibrios que, gracias a la preeminencia de lo político y de los cálculos
interesados del presidente Chávez, terminaron en la crisis económica más grande
que hemos tenido desde que somos un país petrolero.
Se necesitaron tres años
seguidos de recesión. Niveles de inflación que superan cualquiera que hayamos
padecido en el pasado. Desabastecimiento inimaginable. Escándalos de cúpulas
que se acogen a beneficios procesales en el extranjero para salvarse ellos y
empantanar a otros. Un proceso de desinstitucionalización que nos han
convertido en un país de la selva, junto al record de pobreza más grande de
nuestra histórico, al menos desde que se lleva la contabilidad de las
condiciones de vida de los venezolanos.
Todo eso fue necesario que se
acumulara para que el gobierno recibiera una aplastante derrota electoral, que
fue lo que finalmente los obligó ha tomar alguna decisión económica, ya que
para su desgracia, y en algún futuro (que ellos esperan que no sea muy
próximo), habrán más elecciones.
Los chismes sobre los autores
de las medidas muestran algunas cosas no muy revolucionarias, y algo contrarias
al tipo de criticas que recibían los “gobiernos entreguistas” del pasado.
El propio presidente Maduro,
en su increíble perorata de más de 4 horas, asomo a un tal “cristo”, quien para
los entendidos es el presidente o director del Centro Estratégico
Latinoamericano Geopolítico con sede en Quito, como uno de los principales
asesores del plan. Además, tiene en el tren ejecutivo a un empresario como
vicepresidente de economía, a lo que le cabría el viejo dicho ñangarosos de
“zamuro cuidando carne”.
Es conocido entonces que
fueron asesores extranjeros y empresarios ministros, quienes podrían ser los
autores de las medidas. Lo anterior, si bien lo reseñamos más por el morbo de
criticar las tontas posturas ideologizadas de quienes hoy gobiernan, que por su
impacto verdadero, si es cierto que todo programa económico exhibe a sus
autores y sus currículos como parte de los recaudos necesarios para que la
acciones del gobierno tengan credibilidad. Lo que a todas luces, no parece ser
el caso de nuestros noveles responsables de la arquitectura de las medidas.
Pero más allá de la morbosidad
de la autoría, lo que podemos sacar en claro es que desde el punto de vista
académico de políticas públicas, el gobierno tiene el mismo diagnostico
inservible del pasado, del cual emanan las mismas incompetentes decisiones del
presente.
En síntesis, el presidente
Maduro y su equipo sostiene que las respuestas dadas hasta ahora no están
equivocadas, la medicina es la adecuada, el problema ha sido la dosis. Al
parecer necesitamos más controles, más regulaciones, más insultos y amenazas a
los productores y menos libertad ¡Tronco e’ formula!
Plan formalización del gorgojo
El gobierno anunció 5 puntos.
Todos fueron a su favor. El primero combatir la propia corrupción que su lógica
económica estimula y desarrolla. Se decidió eliminar los grandes centros de
abastecimiento público. Descubrió, como quien hace la cola de Bicentenario por
primera vez, que una pate importante de sus usuarios no eran sino revendedores,
en vez de pueblo paciente y agradecido con el esfuerzos distributivo del
gobierno.
Como en muchas otras materias
no se percataron de la disociación entre fines y medios. Hasta que las empresas
informales de la reventa no terminaron por contactar a los supervisores y
gerentes de estos centros, para meterlos en el negocio, no se dieron cuenta lo
que habían creado.
La capacidad de anticipación
de los diseñadores de políticas públicas es realmente minúscula. El resultado,
consistió en oficializar lo que el mercado informal diseño por su cuenta. Estos
centros, los antiguos Bicentenarios y sus derivados, serán el acopio para el
abastecimiento de comerciantes pequeños y medianos. En definitiva es el mismo
modelo del PROAL (programa alimentario de la Agenda Venezuela), que a su vez
fue el padre de Mercal y, por ahora, sería el abuelo de este nuevo sistema sin
nombre.
La idea no es del todo mala,
pero en el contexto de desabastecimiento y crisis de oferta, nadie sabe como será
el control de precios que seguramente algún genio de la planificación
centralizada sostendrá que es necesario aplicar en lo que podrían llegar a ser
unos 20.000 centros de abastecimiento local, si la medida tiene éxito.
Al replicar lo que el mercado
adaptó, se supone que debería haber una mayor eficiencia distributiva, salvo un
problema: en esencia nuestro drama de abastecimiento antes que distributivo es
productivo. Un detallito, sin producción no hay que distribuir.
Se abrió el marcador 1 a 0.
Alto Mando de precios justos
Es la prueba de que el
gobierno cree que lo equivocado ha sido la timidez de sus convicciones. No se
ha implementado con mayor fuerza su error. En el diccionario del gobierno
profundizar significa militarizar. Por lo tanto la gran novedad del nuevo
Estado Mayor, es la entrada de los militares. Ahora si la discrecionalidad será
completa.
Por mas que se tengan noveles
instrumentos como las matrices insumo-productos o extensas bases de datos sobre
costos y márgenes, es imposible determinar los precios que están involucrados
en una economía moderna. Todo será suplantado por el juicio, seguramente justo,
de quienes saben de todo: los militares. Gol a favor de estos últimos.
El final de este punto está
claro. El lobby por el ajuste de precios, el cabildeo por el que pasará cada
sector será similar al de pasar una alcabala de camino o una mercancía sin
arancel ¡Comisiones Firr!
Devaluación
Es bastante simple. No se
trata de ningunas bandas, ni de dos sistemas que operan con lógicas diferentes.
Se trata de un control de cambio con dos tipos. Uno al ridículo precio de 10
bolívares y otro que terminará siendo el precio de la divisa controlada. A lo
largo de este 2016 los precios se irán ajustando a este último, lo que va a
significar que la inflación, una vez permisada por el alto mando del punto
anterior, será de padre y señor mío.
El problema central con el
régimen cambiario es uno sólo: no hay divisas. El gobierno le da vueltas a la
peregrina idea de crear incentivos financieros para atraer capitales de
venezolanos o inversiones extranjeras. Pero no en tendiente que cualquier
iniciativa, no importa cual sea, va a pasar por el mismo tamiz, el de la
confianza. Si no la hay pagaran una prima por su ausencia.
Mientras sigan mentándole la
madre a todo el mundo, sí siguen atacando el buque insignia del capital privado
en Venezuela, nadie, absolutamente nadie, va a traer un dólar, euro, yuan o yen
a la republica de las expropiaciones, las amenazas y la inconsistencia
política.
Vamos tres a cero.
Gasolina, salarios y plan de
empleo
En esta materia, como en las
anteriores, podemos hablar de poca originalidad y mucha ingenuidad. Comenzando
con la gasolina, y dejándole a los expertos la determinación de cual debió ser
el nivel de precio para que PDVSA dejara de perder, lo que si está
bastante claro es la ineficiencia del supuesto subsidio cruzado que se ha
tratado de implementar.
Lo que va a ocurrir es un
desplazamiento del consumo al octanaje 6 veces más barato. Va a importar bien
poco cual es el tipo de combustible sugerido por el fabricante. En momentos de
crisis todos correremos a aprovechar algún subsidio y éste, relativamente al
alcance de la mano, no va a ser la excepción.
Pero lo más importante es que
el supuesto efecto progresivo del subsidio no va a funcionar. Además, ya se
probó algo de eso en el pasado y se levantó por ineficiente y perjudicial para
la propia empresa petrolera, volviendo al esquema de sólo un pequeño
diferencial de precio entre los distintos tipos.
Si alguno de los asesores
pensaba que el octanaje más alto es para los carros más lujosos, pues no
termina de entender que como parte del ahorro y la eficiencia energética (que
bajo lógicas de mercado si aplican, porque se centra en los incentivos que
siempre serán más poderosos que los normativos y regulatorios de los sistemas
estatistas), la mayoría de los carros nuevos consumen un menor octanaje y son
los viejos los que requieren uno mayor.
De esta manera, la medida del
aumento de la gasolina inauguró una nueva cola: la de la brusquedad de gasolina
barata.
En cuanto al aumento salarial,
el gobierno para librarse de la ley que ellos mismos aprobaron y para saltarse
buena parte de los beneficios que están presentes en ella, decidieron (de
manera muy patronal) concentrar el aumento en bonos que no formarían parte del
paquete prestacional y de retiro. Por primera vez el bono de alimentación
supera en un 15% al salario mínimo.
Adicionalmente la medida es de
impacto limitado, porque sólo aplicaría para el 50% de la masa trabajadora.
También tiene el perjuicio de que no incentiva la productividad del trabajador,
achata la pirámide salarial igualando (por lo bajo) a las remuneraciones y
distorsiona la escala salarial tan importante para las empresas y los
trabajadores.
Por último, y en relación al
plan de empleo, aunque Wolfang Larrazábal se debe sentir bastante honrado con
su legado por aquel e inedito plan de emergencia después de la caída de la
dictadura Perezjimenista, luce acertado luego de que el sector construcción
cayó el año pasado nada más y nada menos que 23%.
A estas alturas digamos que
encajaron dos goles en las redes, pero el linier anulo el último, gracias al
plan de empleo. Vamos 4 a 0.
Los subsidios directos
Dejamos para lo último lo que
el gobierno también dejo para el final. Sin especificar como sería
implementado, en que locales se podrá utilizar y, lo más importante, cuanto
será el monto de las transferencias y su periodicidad; el gobierno sólo mostro
la tarjetica. Le enseño la zanahoria a un país cuyo gobierno vive chantajeando
y manipulando con beneficios y prebendas que no llegan o se dan a las personas
o los sectores equivocados.
Fue el cierre propagandístico,
el telón con el cual el gobierno se vuelve a disfrazar de solidario, pero sin
decir ni cuándo, ni cómo, ni donde. Ni siquiera los beneficiaros de los
“hogares e la patria” saben cuando, como y donde usaran la bonita tarjeta para
hacer un mercado.
Solo mostró la tarjetica. Un
“pórtense bien que aquí les tengo lo suyo”. Sera progresivo, piloto y acordado
con las estructuras desconcentradas (puede que alguna gobernación o alcaldía
amiga) para su implementación. En otras palabras esta en el limbo.. Hizo como
en los ajustes ortodoxos por delante las medidas económicas de recesión e
inflación y, por allá atrás, las de compensación social.
Fin del juego.
18-02-16
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