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lunes, 22 de febrero de 2016

Chúo Torrealba: Buena parte del capital político del chavismo no tiene nada que ver con el sueño totalitario, por @manuelfsierra



Manuel Felipe Sierra 19 de febrero de 2016

Es periodista y durante años su programa “El Radar de los Barrios” (en radio y televisión), ha sido reflejo de las denuncias y las protestas de los sectores populares. Tiene también una amplia experiencia política que lo llevó a ser un factor importante de la Coordinadora Democrática que en los años 2002, 2003 y 2004 condujo las luchas democráticas hacia el referéndum revocatorio presidencial. En los últimos meses se ha desempeñado como vocero de la MUD y analista del acontecer nacional. 


Estos han sido meses muy intensos, y condujeron a la extraordinaria victoria de los candidatos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, que incluso consolidaron una “mayoría calificada”, que en los sondeos de opinión más optimista no parecía factible. Ahora se trata de administrar un triunfo desde el poder legislativo que, junto con la Presidencia de la República, son las únicas instancias producto de la voluntad popular. En la práctica ello significa una especie de cogobierno. En la alternancia convencional de los partidos, podría ocurrir sin traumas, pero en el caso venezolano, se trata de una difícil convivencia entre un gobierno democrático y un modelo de naturaleza autocrática. ¿Cómo administrar esa “contradicción”?.

Sí, yo creo que en primer lugar hay que ubicar con precisión que esta es una victoria de todos, esta es una victoria en primer lugar de la gente que mucho antes de mi llegada a la secretaria ejecutiva de la MUD tuvo el coraje, tuvo el arrojo, tuvo la valentía de ser oposición y de ser unidad cuando el Gobierno tenía todo el dinero del mundo, cuando tenía el control de todas las instituciones, cuando tenía un liderazgo “galáctico”, cuando tenía la popularidad por la estratosfera, en esas condiciones, cuando no había perspectiva de triunfo de corto plazo, cuando había  que jugar con “cara de gol en contra” unos venezolanos por razones de principios decidieron correr el riesgo de ser oposición. Entonces a esos venezolanos que en el transcurso de los últimos años fueron cambiando de opinión, que se salieron de la órbita cultural y clientelar del oficialismo para incorporarse al campo democrático, se debe esta victoria.

Por cierto, cuando asumiste la secretaria ejecutiva de la MUD en septiembre del 2014, declaraste que el principal adversario para una victoria no era el gobierno, sino el escepticismo que se había apoderado de buena parte del país, incluyendo de los sectores opositores.

Claro, tienes razón, eso fue así. Ocurre que los mismos que hoy analizan la victoria del 6 de diciembre y dicen “que era inevitable” son las mismas personas que durante los últimos 14 meses, uno les decía “vamos a unir la oposición” y no lo creían; decíamos “vamos a hacer la primarias” y no lo creyeron; decíamos “vamos a tener tarjeta única” y no lo creyeron, y finalmente dijimos “vamos a ganar las elecciones” y dijeron “no chico, no las van a ganar y si las ganan se las van a robar”. Esas son mismas personas que hoy dicen “la victoria era inevitable”. No chico, no eran inevitable, a la victoria había que “echarle piernas”, había que trabajarla, había que construirla, teníamos que construir esa “maraca” de maquinaria de defensa del voto que estuvo hasta la última hora, hasta la madrugada del 7 de diciembre peleando acta por acta, eso había que hacerlo y lo hicimos.

PENSAR COMO GANADOR

En ese momento dijiste que había que pensar como ganadores en función de las inmensas y difíciles tareas que se avecinan.

He dicho “tenemos que aprender a pensar como ganadores”; porque nosotros, tanto la dirigencia política como el ciudadano de a pie tiene que aprender a pensar que esto es muy importante y que también es un proceso que no se da de la noche a la mañana. Teníamos 17 años administrando reveses ahora tenemos la responsabilidad de administrar una victoria; tenemos que aprender a pensar con la serena firmeza en quien se sabe mayoría, sin el miedo, sin la angustia de la víctima y desde esa posición abrirnos al análisis de esta muy dura circunstancia en la que nos toca actuar, porque ciertamente estamos administrando una victoria política pero en el marco de una crisis económica y social realmente pavorosa.

Insisto en que es necesario tomar en cuenta que se trata en una confrontación entre dos visiones, y que por ello se impone la creación de un clima, sino de acuerdo, al menos de coincidencias para imponer la “reinstitucionalización” del país. Existe la Constitución Bolivariana de 1999, pero también una estructura legal de facto, construida por Chávez después del rechazo a su Reforma Constitucional del 2007, que viabilizada por las leyes habilitantes, creó una estructura legal no necesariamente democrática, pero que le facilitó a Chávez imponer el “Socialismo del Siglo XXI”.

Si Manuel, yo estoy absolutamente de acuerdo con tu visual, pero yo sugeriría hacer una segunda lectura a la afirmación de que están en confrontación dos modelos, yo estoy de acuerdo, pero creo que sería ligero decir que esos dos modelos están simétricamente representados por la MUD en un caso y por el PSUV en otro. Creo que se debe ir un poco más hacia el fondo, yo creo que es prudente recordar lo que ocurría en este país, incluso estando vivo el presidente Chávez, que cuando hablaba de solidaridad con el débil social, de solidaridad con el pueblo, de amor por los pobres sus puntos subían mucho, pero cuando hablaba de “Socialismo del Siglo XXI”, cuando hablaba de que Cuba era el “mar de la felicidad”, cuando hablaba del proyecto autoritario, sus puntos bajaban automáticamente, eso ocurría, repito, con Chávez en vida.

¿Como se explica esta situación?

Se explica porque buena parte del capital político del oficialismo no tiene nada que ver con el sueño totalitario, sino que tiene que ver con objetivos que son comunes al campo democrático, como el tema de la solidaridad social, el tema del empoderamiento popular, el tema del combate a la corrupción, el tema de tener instituciones pero instituciones con pueblo, eso es común al planteamiento democrático, entonces yo sugeriría hacer un re-fraseo de esto y ubicarnos, no en la confrontación formal de los discursos políticos sino ver la confrontación real de los modelos. Hay un modelo autoritario que es protocubano, es nostálgico del socialismo real que es ese modelo que aquí se ha instrumentado a partir de las recetas colonialistas de los españoles de Podemos, pero ese modelo es rechazado por la sustancial mayoría del pueblo venezolano incluyendo a muchísimos chavistas.

Ello explicó, seguramente, la derrota de la Reforma Constitucional del 2007, estando Chávez en plenas condiciones, e incluso a pocos meses de haber sido reelecto para un nuevo mandato.

Así es, hay un hilo conductor entre la derrota de 2007 y la derrota del 2015. Hay un pueblo venezolano que más allá de la franela azul, amarilla o roja está ubicado en las coordenadas políticas y culturales de lo que podríamos llamar la socialdemocracia avanzada, la centro-izquierda moderna, entonces esa gente repudia de manera activa lo que es el discurso, y no me refiero a la expresión oral sino a la realidad existencial del madurismo como enfermedad terminal del oficialismo, ese discurso es un discurso autoritario. Recordemos que el único logro fundamental de toda la “quincalla verbal” del oficialismo en 1998, lo único que se podría rescatar es el tema de la democracia participativa y protagónica, porque es una búsqueda mundial, es una búsqueda planetaria de cómo acercar a los electores y a los elegidos, a los administradores y a los administrados, a los gobernantes y a los gobernados. En Venezuela esa búsqueda planetaria adquirió esa forma y esa etiqueta “democracia participativa y protagónica” ¿Quién ha sido el principal enemigo, el principal adversario de esta concepción democrática? No ha sido la oposición, no ha sido Fedecámaras, no ha sido el “imperio”, el principal enemigo de la democracia participativa y protagónica ha sido el militarismo del Gobierno, no lo militar que es una profesión digna y debe ser digna, pero el militarismo es una excrecencia, porque la verborrea militarista sabotea, interfiere y finalmente acaba con la democracia participativa, porque cuando se está en guerra, no hay participación, solo hay disciplina y quien se desmarque de la disciplina es traidor.

RETÓRICA DE LA GUERRA

Esa estrategia de la confrontación militarista que no es propiamente militar, es la que explica, seguramente, la prédica del oficialismo de que enfrentamos una “guerra económica”.

Desde luego, porque la retórica de la guerra permite “bypasear” al pueblo, la retórica de la guerra permite traicionar la oferta de la democracia participativa y protagónica. Pero el pueblo quiere democracia con apellido o sin él, quiere democracia y por eso el modelo que está confrontando al modelo heredado por Maduro es un modelo ampliamente mayoritario que reúne a toda la oposición y, también, a una parte sustancial del oficialismo.

Recientemente enviaste una carta a la Asamblea Nacional, donde planteas la necesidad de una “salida constitucional”, como requisito para crear las condiciones del diálogo y las coincidencias y reestablecer plenamente las instituciones democráticas en Venezuela.

Yo creo que es una urgencia Manuel Felipe, fíjate, si nosotros tuviéramos en el año 2016 el barril del petróleo a 30 dólares que no los tenemos, pero si tuviéramos barril del petróleo a 30 dólares durante todo el año terminaríamos el año con un ingreso de aproximadamente de 34.000 millones de dólares, pero si nosotros importáramos en el año 2016 apenas un tercio de lo que importamos en el año 2015 en materia de alimentos y medicinas terminaríamos con un gasto, este año, de 36.000 millones de dólares, es decir, a la luz de los hechos reales, de los números fríos, este año no tiene como terminar bien o sea, no se trata de una necesidad se trata de una urgencia de supervivencia, ahora ¿Cómo se enfrenta eso? ¿Con la receta soberbia de un “gobiernito” que como el de Maduro, a pesar que no tiene consenso ni de sus partidarios, intenta ponerle decretos a la Asamblea Nacional que es como decir imponérselos al país sin consultarlos previamente? No, ese no es el camino, el camino es convocar a todos los talentos, a todas las capacidades, a todos los actores sociales y económicos del país a unir esfuerzos para transformar la crisis en oportunidad y eso pasa por recuperar algo que está en la esencia del demócrata, que es la cultura del pacto. Acabamos de pasar el 23 de Enero, el 23 de Enero de 1958 hubo un pacto que dio lugar a la Junta Patriótica y que dio al traste con la dictadura de Pérez Jiménez, pero más allá de eso luego hubo otro pacto que le garantizó al país décadas de estabilidad y de prosperidad, hoy la única manera de enfrentar una crisis tan profunda y tan amplia como ésta, es construyendo un pacto por la Venezuela unida y ese pacto, propongo yo simplemente para que se abra el debate simplemente para que se inicie la discusión, pudiera tener cinco objetivos muy claros.

¿Cuáles?

Uno, el pan porque en este momento el enemigo fundamental es el hambre; dos, el trabajo porque el trabajo es la única manera sostenible y decente de alcanzar el pan; tres, la seguridad porque sin seguridad ciudadana para las personas sin seguridad jurídica para las empresas y sin seguridad del país el acceso a las medicinas no hay vida y sin vida no hay nada más; cuatro, democracia porque sin poderes autónomos que se regulen mutuamente los corruptos seguirán haciendo de las suyas como en estos 17 años y finalmente, libertad porque esa es la vocación histórica del pueblo venezolano, pan, trabajo, seguridad, democracia y libertad, pudieran ser los cinco puntos fundamentales de eso pacto por la Venezuela unida, ese pacto que sea capaz, no solamente de vencer la crisis sino, de transformarla en oportunidad.

La MUD resulto fortalecida, incluso anímicamente, después de la victoria del 6 de diciembre. Pero hay que entender que se trata de una alianza que funcionó frente a una coyuntura específica como fueron las elecciones. Pero que en su seno conviven propuestas y visiones diferentes, que lógicamente tienden a acentuarse dado al cuadro político, económico y social del país. ¿Hasta dónde está garantizada la unidad de le MUD? Se sabe, por ejemplo, que Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, tienen divergencias tácticas con el resto de los partidos, y también está presente la elección de gobernadores en diciembre del 2016 en las cuales la escogencia de candidatos, legítimamente, suele provocar enfrentamientos que en algunos casos derivan en fracturas y distanciamientos.

Yo en realidad no sé qué elecciones tendremos a final de año, pudieran ser de gobernadores y algo más. O pudiera haber otras elecciones a la luz de la profunda crisis económica y social que vivimos, para lo cual es necesario resolver el tema de la confianza, y para ello es indispensable promover un cambio político urgente. En relación al tema de la unidad, se está administrando con sobriedad una victoria que es muy importante, y las victorias suelen fortalecer la unidad. Pero también hay que decir con toda claridad que la MUD no se pertenece a sí misma, la unidad no se pertenece a los partidos que la componen, sino que es un logro del país y es una exigencia de este proceso histórico, por eso hemos tomado ya algunas medidas. Por ejemplo, tomamos decisiones acerca de que todas las posiciones de cargos electivos, ejecutivos y nominales sean escogidos por primarias en el futuro inmediato, es decir, se invierte aquella relación de que la norma era el consenso yse hacían primarias por defectos solamente allí donde no lograban ponerse de acuerdo los actores, ahora es al revés, ahora la norma es la primaria y habría consenso únicamente en circunstancias excepcionales.

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