Por Claudio Nazoa
Quienes me conocen saben que
soy fanático del optimismo pero con los pies en la tierra. Sin embargo, han
pasado y están pasando cosas tan graves en Venezuela, que hay que tener no sé
qué para tratar de que esta locura comunista fascista no nos toque. Me niego a
ser un monigote mudo, castrado y pateado por dementes que se empeñan en
destruir a los venezolanos y a nuestro país.
No hay forma de describir
las penurias y vejámenes por las que estamos atravesando. Pareciera que la
mente enferma de estos psicópatas no tuviera límite al idear maldades
elucubradas, seguramente, por la perversa mente del diablo. Son tantas y tan
seguidas, que no nos hemos recuperado de una cuando ya estamos recibiendo la
otra.
Este diciembre, el gobierno
ha sido pródigo en fechorías horribles y detestables: en el Hospital de los
Magallanes de Catia, el doctor Gonzalo Müller, ginecobstetra, fue vejado por
recibir un donativo de insumos médicos. Müller es un médico abnegado y
prestigioso, profesor jubilado de la UCV, con más de 40 años ejerciendo en el
hospital de Catia. Actualmente trabaja ad honorem en la misma sede, en donde
salva la vida de mujeres humildes.
La policía política del
régimen cometió la atrocidad de llevarse preso al heroico doctor Müller, quien
pasó tres días detenido con la misma bata con la que había operado de
emergencia a una paciente. El doctor, a pesar del peligro que representaba
salir de madrugada por culpa de la delincuencia, no dudó en atenderla. Con el
abnegado médico, por salir en su defensa, también fue detenido José Luis
Spitia, dirigente obrero.
¿Cómo es posible que frente
a tan abominable ignominia el país siga como si nada? El doctor Gonzalo Müller,
ante los ojos de muchos, se ha convertido en una especie de José Gregorio
Hernández arrollado no por un carro, sino por un gobierno nazi.
¿Qué está pasando? ¿Hasta
cuándo nos seguiremos calando esta vaina?
Hoy, por la locura de
recoger abruptamente, y en sólo tres días, el billete de máxima denominación
sin tener en circulación otro que lo sustituya, los venezolanos no tenemos
moneda de curso legal para pagar un café, comprar el periódico o echar
gasolina.
Amigos de la MUD, ¡los he
defendido que jode y seguiré haciéndolo!, pero hoy me siento totalmente
desguarnecido por ustedes. Declárense en emergencia.
¡Coño! ¡Hagan algo! La gente
está esperando una luz.
¿Qué más tiene que pasar?
Hagan lo que sea, ¡pero ya!, porque después de todo, ya no tenemos más nada que
perder.
19-12-16
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