Luis Manuel Esculpi 25 de abril de 2017
@lmesculpi
La
incertidumbre lo abruma, el desconcierto
es mayúsculo. Su amigos lo frecuentan cada vez menos, el círculo íntimo
se reduce. Desconfía de quienes hasta hace poco eran sus colaboradores más
próximos. Sabe de algunos que han sacado sus familias recientemente del país.
Cuando plantea temas álgidos evaden mirarlo a los ojos. La expresión
manifestada electoralmente en los sectores populares, ahora se transforma en
oposición activa y movilizada. Un cambio de calidad a destacar en las más
recientes movilizaciones.
Ya es
recurrente, no sólo en Villa Rosa, San Félix es muy significativo; la oposición
no había ganado nunca en ese sector plebeyo del municipio Caroní. En El Valle,
La Vega, Catia y Simón Rodríguez; el rechazo es masivo en esas zonas y en los sectores populares en general. Tiene que reorientar las giras, no sólo las
de él, al Acalde no le fue bien, al contrario le fue muy mal en el barrio San
Andrés y en la calle Cajigal, hasta el punto que rechazaron las cajas de los
CLAP en clara manifestación de repudio. La marcha por la intercomunal fue un
fracaso descomunal, verdaderamente escuálida.
Afirma
-no sin razón – que al escoger la militancia política no imaginó jamás ser
Presidente de la República. Tiene
conciencia de su debilidad. Apela a sus asesores. iAy sus asesores! Tanto que
le vendieron el español como un genio de la economía. Y en que lío lo ha
metido. Los de imagen y política
comunicacional le recomiendan demostrar fortaleza. Anunciar iniciativas. Ante
las formidables movilizaciones de estos días, le aconsejan subestimarlas
públicamente. Simular que todo está “excesivamente normal” como afirmara alguna
vez, uno de los consejeros que más escucha. Otros le recomiendan simular
ofensiva cuando se encuentre a la defensiva. Sigue sus instrucciones, aunque le
asaltan las dudas sobre la eficacia de los consejos. Las acusaciones de
golpistas y las conspiraciones lucen gastadas, pero siempre servirán para
explicar actuaciones posteriores.
La
fidelidad a la verdad poco importa, bien vale cualquier argucia para justificar
la pretensión de conservar el poder. Es así como sin el menor escrúpulo afirmó
que en la avenida Bolívar el 19 de abril concurrieron tres millones de
personas, mientras que la oposición en la autopista apenas movilizó quince mil.
Pareciera seguir la prédica del famoso propagandista nazi : “miente que algo
queda”…La afirmación mendaz es un componente rutinario del discurso, lo emplea
sin el menor empacho.
Ha
seguido las instrucciones al pie de la letra, frente al clima de conflictividad
tensión y represión habla de paz y amor. Trasmitir sensación de calma y
sosiego. Filmar vídeos con sus colaboradores más cercanos para proyectar esa
imagen. Después de conmemorar la batalla de San Félix, aparece manejando un
vehículo y entrando a un palacio solitario, apenas un portero. No fue
precisamente feliz la proyección.
Sin
embargo insistieron y en el video de El Paraíso ( la urbanización ) también
manejando una camioneta acompañado de Jaua y El Aissami se les fue el gazapo de
una pinta en la pared contra el mismo. Lo de jugar pelota con Winston y
Diosdado también resultó un fiasco por lo artificial de esa puesta en escena.
La
asesoría en ese aspecto pareciera estar como el asesorado, en medio del
desconcierto y la incertidumbre. El problema no es de la imagen a proyectar. El
problema es esencialmente político, el de facilitar el camino y desbrozar la
ruta para que la mayoría pueda pronunciarse efectivamente por el cambio
político, si habláramos de fútbol y no de béisbol, podríamos decir que el balón
está en su cancha y claramente tiene el juego perdido sin ninguna posibilidad de
recuperarlo. No basta con afirmarse como partidario del diálogo, insinuar
elecciones o constituyente.
Las
fuerzas democráticas han planteado en principio otras exigencias, junto al cronograma electoral, la restitución
plena de las facultades de la Asamblea Nacional, la libertad de los presos
políticos y la facilitación de los canales humanitarios. Ignorarlas o
evadirlas no lo conduce a salir del
atolladero en que se encuentra. Parafraseando una frase de un personaje muy
admirado por él : “La historia no lo absolverá”.
@lmesculpi
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