Por Xabier Coscojuela
La violencia se hizo presente
en toda la geografía nacional durante el pasado miércoles 19 de abril y todo
indica que se va a repetir hoy jueves, mientras escribimos este editorial. Esa
violencia y sus consecuencias son responsabilidad exclusiva de Nicolás Maduro y
el cogollo que lo rodea. De más nadie.
La decisión que ellos tomaron
de irrespetar la voluntad del pueblo venezolano expresada el pasado 6 de
diciembre de 2015, al desconocer a la Asamblea Nacional, se mantiene al también
impedir el referendo revocatorio que los sectores democráticos quisieron
realizar el pasado año, a lo que se agrega la decisión de no convocar a las
elecciones regionales que debieron realizarse en diciembre del año pasado.
Ayer Maduro, durante su
intervención en la avenida Bolívar, dijo que quería resolver la diferencia
política existente con elecciones y que las quería pronto. Esa es una de las
cuatro peticiones hechas por la Mesa de la Unidad Democrática desde hace varios
meses y que ha sido ignorada tanto por el Gobierno, como por las cuatro
militantes del PSUV que integran la directiva del CNE.
Aunque es difícil de creer,
Maduro también se definió como un hombre de diálogo, que cree en la palabra y
en el razonamiento. Ofreció, de nuevo, entablar conversaciones con la
dirigencia de los sectores democráticos del país, pero lamentablemente, su
palabra está más devaluada que el bolívar.
Nosotros siempre hemos creído
necesario el diálogo y el entendimiento. Seguimos creyendo que es el camino más
conveniente para los venezolanos, pero el gobierno de Maduro tiene que dar
demostraciones concretas de que esta vez es en serio. De que no quiere
reestablecer esas conversaciones para burlarse de quienes le adversan.
Las peticiones hechas por la
MUD son concretas. Ninguna de ellas está fuera de la Constitución. Las
elecciones regionales debieron celebrarse el año pasado y las municipales
tienen que llevarse a cabo este año. ¿Por qué Maduro no ordena a sus rectoras
que fijen el cronograma electoral? Una democracia que se precie de tal no puede
tener presos políticos.
Eso se lo dice a Maduro un
amigo suyo como lo es José Pepe Mujica.
Tiene que ser respetado lo
decidido por los venezolanos el 6D de 2015 cuando se eligió al Parlamento. No
basta con reconocer los resultados, hay que aceptar las consecuencias de esos
resultados.
Establecer el canal
humanitario es de una necesidad elemental. La vida de muchos está en peligro.
Para creerle a Maduro alguna de estas peticiones tiene que ser atendida ya,
pero la solución definitiva es restablecer el hilo constitucional y que el
pueblo hable con el voto.
22-04-17
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