Miguel Méndez Rodulfo 28 de abril de 2017
Esta y
no otra es la consigna que corea la gente en las multitudinarias marchas y
protestas que se producen a lo largo y ancho del país. Los venezolanos no están
pidiendo elecciones, ni ayudas humanitarias, ni que suelten a los presos
políticos, ni mucho menos diálogo, entienden perfectamente que ido este nefasto
gobierno, todo eso se cumpliría automáticamente, porque de este lado si habría
entendimiento cuando el chavismo entre en oposición. Los próximos 15 días serán
cruciales para incrementar la presión de la calle, articular una estrategia de
participación efectiva de los sectores populares y generar un estado de
conmoción social que nos permita salir definitivamente de esta banda de
facinerosos que hoy nos desgobiernan. No debemos cejar en la lucha ni un
momento, ni un milímetro, sino que hay que arreciar las protestas contra el
régimen, el cual se encuentra extremadamente débil, sostenido sólo por una
cúpula militar podrida. Así como es evidente que ya en los barrios hay instaurada
una rabia incontenible, un odio contra todo lo que tenga que ver con el
chavismo, igualmente en los sectores militares por debajo del generalato se
expresa la misma furia, de eso no hay duda.
Lo
ocurrido en El Valle es una muestra lamentable del rencor que embarga a los
sectores populares, que hay que canalizar; sin embargo, la respuesta
oportunista del gobierno al día siguiente, intentando crear la percepción de
que este es un gobierno del pueblo mediante la puesta en escena de una caravana
de la alegría de Mercal, se trastocó en una procesión fúnebre en retroceso,
dado el rechazo y la ira manifestada por la dignidad de los habitantes de esa
parroquia. Por primera vez se puso en evidencia que las trampas y ardides del
régimen para comprar a la gente, se estrellaron contra la determinación moral
de resistir el soborno. ¡Bravo por El Valle! Su ejemplo enaltece a la nación.
En el
orden de ideas que tienen que ver con la manipulación de la opinión pública,
las declaraciones de Maduro acerca de que todo está bien y nada enturbia la paz
social del país, efectuadas mientas se mostraba jugando pelota o bailando, no
dejan de ser unas maniobras burdas, que ofenden la inteligencia del venezolano,
además de revelar que la estrategia de influir sobre la gente para confundirla
y lograr que el gobierno se salga con la suya, ya no funciona. Al gobierno le
queda muy poco tiempo en el poder y las decisiones erráticas que está tomando,
evidencian su extrema debilidad y la pérdida de todo sentido de gobernar. Si el
sucesor del sabanetero tuviera un ápice de dignidad, renunciaría al constatar
el odio que los sectores populares sienten por él y su gobierno, ya no
solamente la clase media venezolana. Pero claro, esto es pedir peras al olmo
para quien se cree dueño de la voluntad del pueblo, y sobre todo, para el que
tendrá que rendir cuentas ante la justicia.
La
decisión de salirse de la OEA es otro trapo rojo que intenta amalgamar a
sectores del país contra un supuesto enemigo externo. Claro que esta es otra
maniobra que no surtirá efecto. Esperemos que antes que los países americanos
le apliquen la Carta Democrática a Venezuela, este embrollo se haya resuelto y
horizontes de libertad se vislumbren nuevamente en el país.
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Miguel
Méndez Rodulfo
Caracas,
28/04/2017
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