Aleteia 29 de abril de 2017
os
comienzos del cristianismo no fueron nada fáciles. Considerando que el propio
Cristo fue crucificado, y que los apóstoles fueron inmediatamente perseguidos
de forma brutal, por no hablar de los siglos de masacres en el Imperio romano,
es fácil imaginar que los primeros cristianos vivían su fe de forma
prácticamente clandestina.
En un
contexto de tanta crueldad, ¿cómo hacía un cristiano para saber si otra persona
era cristiana también, sin correr el riesgo de delatarse y acabar en la cárcel?
Además
de tomar las precauciones más evidentes, como informarse sobre los demás antes
de tratar con ellos si era posible, los primeros cristianos utilizaban “códigos
secretos” para confirmar si se encontraban ante una persona que compartía su
religión.
Uno de
estos códigos era el “Ichthys” o “Ichthus”, palabra que en griego antiguo (ἰχθύς)
significa “pez”.
La
hipótesis más acreditada es que un cristiano, cuando pensaba encontrarse ante
otro cristiano clandestino, dibujaba una curva o media luna en tierra. Si el
otro dibujaba otra media luna superpuesta a la primera, completando así la
figura de un pez, había una probabilidad muy elevada que se tratase
precisamente de un seguidor de Jesús que conocía el “código secreto” cristiano.
Pero
¿por qué la imagen de un pez?
Porque
las letras que forman la palabra “pez” en griego, cuando se escriben en
mayúscula (ΙΧΘΥΣ), forman un acrónimo con las iniciales de la expresión “Iēsous
Christos THeou Yios Sōtēr“, que significa “Jesucristo, Hijo de Dios,
Salvatodor” (en griego antiguo Ἰησοῦς Χριστός, Θεοῦ ͑Υιός, Σωτήρ).
Así,
el pez se convirtió en uno de los primeros símbolos cristianos, junto a la
imagen del Buen Pastor.
El
Ichthys se usaba también para señalar las catacumbas cristianas durante las
persecuciones contra la comunidad, de forma que sólo los cristianos sabían
dónde estaban enterrados sus mártires, para rezar allí.
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