Por Claudio Nazoa
Tarek, imagino que viste lo
indescriptible de la inmensa y maravillosa marcha del 19 de abril. No hay
palabras. Había que vivirlo.
Imagino también que estos
bichos malos, amigos tuyos, te contaron el terror que sintieron al ver las
imágenes que les enviaba el helicóptero de la policía. La autopista más grande
de Caracas, con diez canales arriba y abajo, estaba abarrotada de personas
gritando: ¡Basta! ¡No nos calamos más esta vaina!
Tarek, quienes manifestamos,
no queremos tumbar al gobierno. Queremos elecciones para cambiarlo.
Todos sabemos, tú también,
cuál fue la respuesta a esta marcha: una represión jamás vista en Venezuela. Yo
era uno de esos cientos de miles de venezolanos que corrimos en desbandada
huyendo de bombas, perdigones y colectivos armados quienes, al parecer y dado
tú silencio, a ti te gustan.
Tarek, yo vi, sé que tú
también, a compatriotas desesperados lanzarse al inmundo río Guaire.
Prefirieron arriesgar sus vidas antes que caer en manos de esos bichos que
reprimen y que son invisibles para ti. ¡Qué vaina, Tarek! No quisiera estar en
tu pellejo.
Son muchas las injusticias y
lo sabes. No disimules. No evadas. Habla claro. Clarito. Que todo el mundo
entienda que no estás de acuerdo con este sistema que veja los derechos
humanos. Se valiente. Sorpréndenos. Tú dices ser poeta, y los poetas siempre
están con la justicia y el amor. No hay poetas amigos del verdugo.
Tarek, ya no vale la pena
hacer llamados a funcionarios de este gobierno, quienes pasan horas y horas
escuchando y aplaudiendo cadenas inútiles e interminables. Disimulando la
vergüenza de tener que apoyar a un mandatario fuera de sí, que insulta y
amenaza.
Ya es hora de que durante una
cadena, alguien enfrente a Maduro. Que sin miedo diga la verdad. Que haga algo
parecido a lo que tímidamente hizo la fiscal general de la República. No
esperen salir del gabinete para decir que no sabían. ¡Sí saben, y al no hablar,
son cómplices!
Tarek, después que pase todo
esto, porque va a pasar, nadie los va a querer ni allá ni acá. Mira cómo le
pagó el diablo al valiente general Baduel.
Tarek, en la próxima marcha,
haz algo digno: ponte frente a la concentración de los venezolanos que por
derecho queremos llegar a la Defensoría del Pueblo. Y cuando en medio de
perdigonazos, bombas lacrimógenas y coñazos de los colectivos, logres entrar,
seguramente la gente te va a salvar y te sacará en hombros.
Tarek, piénsalo. A lo mejor,
sin querer, te conviertes en héroe.
24-04-17
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