Fernando Camino Peñalver 23 de septiembre de 2017
@fernandocaminop
Los
“nuevos” lineamientos del gobierno, con que pretenden dar solución a la
emergencia humanitaria que padecemos, no dicen nada distinto a lo que han
venido haciendo desde que se instalaron en el poder. De entrada enmarcan esas
“políticas” dentro del tristemente célebre Plan de la Patria, ya allí se le ven
las costuras y sabemos que es más de lo mismo.
Pretender
acordar precios de los productos por debajo de su costo, no es un acuerdo es
una imposición del gobierno y una condena al productor a trabajar a pérdida, el
resultado será la imposibilidad de producir y la generación de mayor escasez. A
mayor escasez, menor oferta y demanda insatisfecha, resultado: precios por las
nubes.
No sabemos
porque es tan difícil para los altos jerarcas del régimen, convencerse que para
que exista pleno abastecimiento, tiene que generarse la suficiente oferta de
productos que satisfagan la demanda. Para alcanzar y mantener una oferta acorde
con la demanda interna, es necesario aumentar la producción y la productividad.
En el caso de la producción de alimentos, es fundamental la seguridad jurídica
y el estímulo por parte del Estado a los sectores productivos.
El
nuevo gobierno, debe implementar un Plan Agroalimentario para el Pleno
Abastecimiento de alimentos, que garantice la “papa” a nuestra población. Para
eso hay que estimular al sector privado, para el logro de la plena producción
de los circuitos agroalimentarios de origen Agrícola Vegetal, como los cereales,
azúcar, oleaginosas, leguminosas, hortalizas y tubérculos. Así como, la
reactivación de los circuitos de la Producción Agrícola Animal, como la
ganadería de leche y de carne y también la actividad de la Pesca.
Con el
crecimiento de la oferta nacional de materia prima para la agroindustria y de
productos de consumo directo, podemos aumentar los niveles nutricionales de
nuestra población. Los problemas de escasez y de carestía de los alimentos han
creado una brecha enorme, entre el consumo actual de nuestra población y los
requerimientos establecidos por las organizaciones internacionales en materia
de nutrición.
Un
Plan Agroalimentario para el Pleno Abastecimiento de alimentos, debe plantearse
estimular todos los componentes de cada uno de los Circuitos Agroalimentarios,
para lograr el cumplimiento de su razón de ser: la producción de alimentos. En
ese sentido, el apoyo al sector agroindustrial, como a los demás sectores, es
fundamental en el tema de facilitar la adquisición de tecnología de punta para
la manufactura y la modernización de los canales de distribución, entre otros
problemas que hoy son de difícil solución.
Es
importante señalar que, cuando enfrentemos el problema de cómo lograr el pleno
abastecimiento de alimentos, lógicamente no pensamos en la autarquía, conocemos
nuestras limitaciones agrológicas y los
lapsos de tiempo que necesitamos para recuperar nuestra producción. La
Seguridad alimentaria depende de un mix de productos nacionales e importados.
La
nueva política agroalimentaria nacional debe tener como propósito, ofrecer al
consumidor alimentos con una oferta variada y que aporten todos los nutrientes,
suficientes para garantizar un
desarrollo humano, conforme a las normas internacionales. Pero la producción y
la oferta sin regulaciones, nos plantea una situación que tenemos que resolver
con un subsidio directo a nuestra población más vulnerable. La implementación
de este subsidio directo permitirá que las familias de bajos ingresos puedan
tener acceso a los alimentos de su preferencia, de forma suficiente y oportuna,
sin depender de las vergonzosas bolsas o cajas del CLAP.
Los
“nuevos” lineamientos del gobierno, con que pretenden dar solución a la
emergencia humanitaria que padecemos, no dicen nada distinto a lo que han
venido haciendo desde que se instalaron en el poder. De entrada enmarcan esas
“políticas” dentro del tristemente célebre Plan de la Patria, ya allí se le ven
las costuras y sabemos que es más de lo mismo.
Pretender
acordar precios de los productos por debajo de su costo, no es un acuerdo es
una imposición del gobierno y una condena al productor a trabajar a pérdida, el
resultado será la imposibilidad de producir y la generación de mayor escasez. A
mayor escasez, menor oferta y demanda insatisfecha, resultado: precios por las
nubes.
No
sabemos porque es tan difícil para los altos jerarcas del régimen, convencerse
que para que exista pleno abastecimiento, tiene que generarse la suficiente
oferta de productos que satisfagan la demanda. Para alcanzar y mantener una
oferta acorde con la demanda interna, es necesario aumentar la producción y la
productividad. En el caso de la producción de alimentos, es fundamental la
seguridad jurídica y el estímulo por parte del Estado a los sectores
productivos.
El
nuevo gobierno, debe implementar un Plan Agroalimentario para el Pleno
Abastecimiento de alimentos, que garantice la “papa” a nuestra población. Para
eso hay que estimular al sector privado, para el logro de la plena producción
de los circuitos agroalimentarios de origen Agrícola Vegetal, como los
cereales, azúcar, oleaginosas, leguminosas, hortalizas y tubérculos. Así como,
la reactivación de los circuitos de la Producción Agrícola Animal, como la
ganadería de leche y de carne y también la actividad de la Pesca.
Con el
crecimiento de la oferta nacional de materia prima para la agroindustria y de
productos de consumo directo, podemos aumentar los niveles nutricionales de
nuestra población. Los problemas de escasez y de carestía de los alimentos han
creado una brecha enorme, entre el consumo actual de nuestra población y los
requerimientos establecidos por las organizaciones internacionales en materia
de nutrición.
Un
Plan Agroalimentario para el Pleno Abastecimiento de alimentos, debe plantearse
estimular todos los componentes de cada uno de los Circuitos Agroalimentarios,
para lograr el cumplimiento de su razón de ser: la producción de alimentos. En
ese sentido, el apoyo al sector agroindustrial, como a los demás sectores, es
fundamental en el tema de facilitar la adquisición de tecnología de punta para
la manufactura y la modernización de los canales de distribución, entre otros
problemas que hoy son de difícil solución.
Es
importante señalar que, cuando enfrentemos el problema de cómo lograr el pleno
abastecimiento de alimentos, lógicamente no pensamos en la autarquía, conocemos
nuestras limitaciones agrológicas y los
lapsos de tiempo que necesitamos para recuperar nuestra producción. La
Seguridad alimentaria depende de un mix de productos nacionales e importados.
La
nueva política agroalimentaria nacional debe tener como propósito, ofrecer al
consumidor alimentos con una oferta variada y que aporten todos los nutrientes,
suficientes para garantizar un
desarrollo humano, conforme a las normas internacionales. Pero la producción y
la oferta sin regulaciones, nos plantea una situación que tenemos que resolver
con un subsidio directo a nuestra población más vulnerable. La implementación
de este subsidio directo permitirá que las familias de bajos ingresos puedan
tener acceso a los alimentos de su preferencia, de forma suficiente y oportuna,
sin depender de las vergonzosas bolsas o cajas del CLAP.
@fernandocaminop
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