Por Mabel Sarmiento
Caricuao, Mamera y Ruiz Pineda
(del Bloque del Oeste) son zonas críticas, donde el déficit de unidades llega a
80 %. Si falla el Metro, la gente se queda aislada por completo.
Los pasajeros dijeron que
pasan hasta media hora en las paradas esperando unidades para llegar a sus
destinos. En Chacaíto, La Vega, La Yaguara, El Valle, La Hoyada, Plaza
Venezuela, Los Chaguaramos, Hoyo de La Puerta, Antímano, Ruiz Pineda, incluso
en pleno centro de Caracas, el déficit de transporte público es una constante.
En la Gran Caracas había
65.400 unidades de transporte. Están rodando casi 23.000; es decir 64% menos.
El resto está en los talleres por falta de algún repuesto.
“No pasan las camionetas y las
que llegan van repletas. No me puedo ir guindando en la puerta. Ahora llego
tarde al trabajo por eso mismo. Primero espero el jeep para bajar del barrio
—vivo en el 70 en El Valle—. Ya a las 5:00 a. m. estoy en la cola y cuando
llego a la avenida es un lío agarrar carro para Chacaíto. Hay días en los que
espero más de media hora”, contó Rosaura Acosta, asistente administrativo.
La historia de Rosaura se
repite cuando tiene que regresar del trabajo a la casa. Trata de salir antes de
la 5:00 p. m., pero igual la atrapa el despelote en la parada ubicada por El
Rosal.
Los pasajeros dicen que están
a merced de los piratas.
“Las camionetas que van para
Coche no llevan gente en el techo porque no pueden. Van con la gente como
sardina en latas. Además, tardan en pasar. A pocas cuadras tengo el Metro, pero
es otra odisea, es titánico subir al vagón a esa hora. Cada día es más difícil
trasladarse, pague uno lo que pague”.
Rosaura hace cuatro viajes en
transporte público al día: dos en jeep y dos en camioneta. Para su bolsillo eso
representa un gasto de Bs. 1200 en condiciones normales. Si llueve o hay fallas
en el subterráneo, puede pagar hasta Bs. 500 y en la época de las marchas,
dijo, fue desproporcional lo que canceló para trasladarse, pues hasta tuvo que
usar taxis para que no la despidieran del trabajo.
Ella saca sus propias
conclusiones de esta situación: “Veo menos camionetas llegar a la parada.
Incluso en El Valle siempre se hacía cola hasta La Bandera y ahora la vía está
libre. Eso es porque no hay carros. En el barrio los ‘jeepseros’ comentan que
no tienen repuestos para los carros y que por eso no hay muchas unidades. Ahora
imagínate qué culpa tiene el pasajero. Uno la verdad que pasa mucha roncha. Ya
con el tema de los atracos en las unidades la zozobra era bastante, ahora hay
que salir más temprano para poder agarrar buseta”.
¿Cómo nos movemos?
En Caracas, más del 60 % de
los traslados se hacen en camionetas del transporte público, según datos
aportados por el Instituto
Metropolitano de Trasporte (IMT), de la Alcaldía
Metropolitana de Caracas.
La mayoría de los viajes se
hacen desde y hacia el centro de Caracas, Chacao, El Recreo, La Vega,
Propatria, Caricuao, San Pedro, El Valle, Santa Rosalía y Antímano.
Según el IMT en Caracas, sin
considerar los viajes generados por las personas que residen en las ciudades
satélites, se realizan casi 5 millones de viajes por día. Los cuales se hacían,
según Pedro Jiménez, presidente del bloque Suroeste, en más de 60.000 camionetas.
Hoy en día, de ese total,
cerca del 80 % está accidentado. “Y camioneta que se accidenta no sale más”,
dijo Rafael Fernández, fiscal de la línea Encarnación que cubre Caracas, Petare
y el eje Barloventeño, perteneciente al Bloque del Este, que agrupa a más de
200 líneas, para un aproximado de 12.000 carros.
Inseguridad a paso de
vencedores
Lo otro que está haciendo
desaparecer el servicio es la inseguridad y los
secuestros de unidades. Los tramos peligrosos son el eje
Barloventeño, la vía hacia Coche-El Valle (donde Jhon Escalona, del bloque
norte-sur, reportó que en un mes se robaron ocho unidades), Las Adjuntas, la
vía hacia El Junquito, Gramovén, la avenida Libertador, Puente Hierro, la
Rómulo Gallegos y la principal de La Urbina. Cuando se roban un carro completo,
según los choferes, piden 7 y 8 millones de bolívares por el rescate. “Por eso
muchos prefieren no trabajar luego de las 6:00 p. m. Si no podemos con los
costos de mantenimiento, mucho menos para pagar un rescate de este tipo”,
sostuvo Ángel Hernández, conductor del Bloque del Este, quien dijo que le ha
tocado incluso estar en presencia de intento de violaciones a pasajeras que se
niegan a un robo.
La situación para el este de
la capital es crítica. Los pasajeros se refieren a que cada día es
peor. “Es muy alarmante lo que está pasando. No hay busetas. Las que
cargan quitan los cascos y salen a piratear. Cobran Bs. 500 y no
cumplen con la ruta. Lo dejan a uno a mitad de camino. Ellos dicen que eso es
lo que hay y como uno quiere llegar a su casa, se ve en la obligación. Todo
esto es una anarquía”, comentó Carla Oropeza, usuaria del terminal Nuevo Circo.
En La California, por ejemplo,
hay terminales de rutas intermunicipales (cubren Chacao, Sucre y parte de
Miranda). Las colas ahí son de espanto y brinco. Después de las 5:00 p. m. la
gente puede pasar hasta una hora esperando.
“Luego sucede que llegan unos
choferes y cargan por fuera. Eso genera despelote. Uno entiende que el pasaje
es barato y que con Bs. 280 ellos no hacen nada, pero tampoco es para que
terminen afectando al usuario. ¿Ellos no tienen para reponer los cauchos y uno
se queda a pie? Los policías no hacen nada si uno se queja porque no están
cumpliendo las rutas. Los choferes dicen que entonces van a parar las
camionetas”, fue otro testimonio dado a Crónica.Uno en la cola que se
hace en Chacaíto, en la línea que va hacia Baruta-Santa Cruz del Este,
perteneciente al bloque del Sur Este, donde hay 770 camionetas disponibles,
precisamente por la falta de insumos y repuestos, según Gustavo Ceballos,
presidente.
Un viaje promedio en Caracas
dura 43 minutos. El más corto se realiza en 10 minutos y el más largo puede
llevarse tres horas —de la parroquia Sucre en Catia hasta Caucagüita en Petare.
Un alto porcentaje de los
caraqueños combina las camionetas con el sistema Metro de Caracas, donde
también se aprecia colapso a toda hora del día.
Los pasajeros que están en
Caricuao, Las Adjuntas y Mamera tienen que usar dos y hasta tres modalidades de
transporte (incluyen los mototaxis) para salir de esas zonas.
Ahí las rutas internas están
en vía de extinción, los autobuses Caricuao-Silencio desaparecieron hace seis
años con el quiebre de la compañía.
“Si el Metro no funciona, la
gente en esas zonas se queda aislada. De Caricuao ahora solo están saliendo
camionetas hacia El Paraíso. Eso es lo más cercano al centro que podemos llegar
en transporte público. Además. [Las camionetas] no funcionan durante todo el
día”, destacó Iris Salas.
De este a oeste se siente el
déficit de carros.
Por los lados de Gramovén, El
Junquito, la carretera vieja Caracas-La Guaria (en Catia), el panorama luce
menos alentador. En el caso de la carretera vieja, los vecinos dicen que hay
dos camionetas internas y las que salen de Plaza Sucre, que tardan más de una
hora.
“Mucha gente se ve en la
necesidad de ir guindando en los camiones que bajan por la carretera y en pick
up. Hay motos que llevan hasta cuatro personas. Los choferes dicen que no hay
cauchos y que por eso no hay carros. Tampoco el Gobierno envía unidades de las
que llaman ‘rojas rojitas’ y cuando uno tiene que llevar a los muchachos a la
escuela es un caos. No todos tenemos Bs. 2000 para pagar un taxi que lo suba a
uno hasta la avenida Sucre”, indicó Julia Díaz.
Los conductores manejan un
mismo discurso para todo el que se queja: “No hay repuestos”. Sin embargo, como
no hay quien ponga el cascabel al gato, la ley del más fuerte termina reinando.
“Si te quieres ir, esto es lo que hay”. A muchos les toca respirar profundo y
encomendarse a Dios y a todos sus ángeles.
“La crisis llegó y si no se
toman los correctivos se quedará y el transporte desaparecerá. Ya estamos en
más de 70 % de las unidades con paro técnico”, sentenció José Sánchez,
presidente (e) de la Federación Nacional del Transporte.
Fotos: Luis Miguel Cáceres
26-09-17
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