Por René Núñez, 26/09/2017
Niñez, adultez y madurez. Tres
etapas de vida biológica diferentes por donde ineludiblemente pasan los seres
humanos en el ciclo terrenal.
La infancia se caracteriza por la
inocencia, la juventud por la rebeldía y exigencia de cambios, la vejez por la
paciencia y madurez. Un recorrido exigente lleno de obstáculos. Unos lo hacen
por el camino del bien; otros por el camino del mal.
El éxito o el fracaso, la victoria o
la derrota, la crisis o conflicto forman parte de la naturaleza humana. El reto
de todo SER que se valore piadoso, es la de llegar a la vejez con un balance de
logros más positivos que negativos en lo espiritual y material.
La evolución social de la humanidad,
nos ha demostrado y lo sigue haciendo, que más allá de la condición de pobreza
de donde muchos venimos, el desafío de la vida cristiana es la de crecer y
morir rodeado de riqueza espiritual. Entendiendo por ésta, la plenitud del goce
de haber vivido en paz con la conciencia, nuestro SER interior; además la
alegría de haber dejado un legado de amor, caridad y fidelidad, bajo la guía
del Dios Todopoderoso, el iluminador del vía crucis de nuestras vidas con
humanidad y misericordia.
La sabiduría espiritual es una
fortaleza generosa que te protege del daño, al saber que puedes superarlo. Te
da un nivel de comprensión de la existencia completamente diferente. Lo bueno o
malo, no es más que un estado de inconsciencia, personas muy separadas o
cercanas a Dios.
La abundancia no es exclusiva de
nadie, está disponible para todo el que la desee encontrar, utilizando el
momento que lo quiera hacer. La clave es conquistarla con equilibrio y
alimentando la mente, el cuerpo y el alma de fe, amor y bondad. Un estado de
vida con menos preocupaciones y con más tiempo para cultivar la felicidad, que puede
llevarte de manera sencilla y sana a las cosas materiales.
Hay que estar muy claro en esto, no
se puede buscar la riqueza espiritual con el interés de conseguir las
cosas materiales porque puede tardar más, aunque encontrar la riqueza
espiritual nos conduce también a la riqueza material eso es más que seguro y probado.
El dilema que se plantea es cómo
alcanzar esa prosperidad, ¿Cuál primero? ¿la material o la espiritual? ¿O
combinando las dos búsquedas de manera organizada, disciplinada y con
certeza a ver cuál llega a nuestra vida antes?
Negar que la riqueza material no dé
felicidad seria desconocer la realidad humana. El dinero no es malo ni
bueno, simplemente es un medio para conseguir cosas materiales Lo que ha pasado
es que personas con dinero han hecho cosas malas y aviesas; muchas religiones,
en especial, la católica, atribuyen la maldad a la inconsciencia de los
humanos, alejados de ese Dios en ellos en su SER.
Esta reflexión la traigo a colación,
para de alguna manera desnudar propósitos e intenciones de quienes en nuestro
país viven sembrando codicia, aversiones, divisiones y odios entre
venezolanos para el dominio e imposición de ideas ignominiosas y arbitrarias.
Sus prédicas, amenazas y ejecutorias han logrado en la población una confusión
de espíritus y de valores provocando la desunión y enemistades en las
familias. Incluyendo las iglesias. Vemos como curas católicos y pastores
evangélicos, en el adiestramiento del autoritarismo, han asumido posturas
contradictorias invocando la palabra de Dios.
El Papa Francisco decía en febrero
pasado en una homilía dominical “Sí eres un cristiano que lleva una doble vida
o te dedicas a explotar a otras personas o tienes un negocio “sucio” no
deberías identificarte como “creyente”. “Tantos católicos son así. “Cuántas
veces hemos oído, todos nosotros, en el barrio y en otras partes, ‘pero, para
ser católico como aquel, es mejor ser ateo”
@renenunez51 http://elportachueloderene.blogspot.com
(edición 1417). Los Miércoles de 7 a 8
pm, pueden oírnos y vernos en “3 Visiones, 1 Objetivo País” por News105.3fm (http://www.news1053fm.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico