Por Alberto Lovera
A Alfredo Cilento
Quiso el azar de la naturaleza
que un evento de análisis sobre los 50 años del terremoto de Caracas de 1967 se
realizara un día después de un evento sísmico en México, sucedido a 32 años
exactos del que impactó la capital mexicana.
Hasta ahora el conocimiento no
nos permite predecir cuándo se producirá un sismo. Solo sabemos que cada cierto
tiempo se hará presente sin que se anuncie previamente. Lo grave es estar
desprotegidos ante estos eventos naturales que no podemos evitar, pero
podríamos prepararnos para minimizar sus impactos.
Lo que nos transmitieron los
especialistas que han analizado los efectos de la historia sismológica
venezolana es que hay muchas cosas que podemos hacer para moderar sus impactos,
pero lo grave es que no se están haciendo.
Lo alarmante es que si
analizamos todas las fuentes de vulnerabilidad: sociales, económicas (82% de la
población en pobreza, en primer lugar), ambientales, de accesibilidad, de
preparación ciudadana, de fortalecimiento institucional, nos encontramos en una
situación más precaria que hace 50 años.
La sociedad venezolana como un
todo tiene que prepararse para mitigar los impactos de las catástrofes naturales
que no avisan. Es por eso que se habla de eventos socio-naturales. No los
podemos evitar, pero sí aminorar sus efectos.
La vulnerabilidad mayor está
localizada en los barrios populares que en un porcentaje importante está
ubicado en zonas de alto riesgo. El arquitecto Alfredo Cilento ha estimado que
al menos 40.000 viviendas caraqueñas ubicadas en los barrios deben ser
reubicadas. Propone un plan urgente al respecto, dado que se perdió la
oportunidad al no haberse ejecutado el buen plan de habilitación de los barrios
que se formuló en 1999, que no contó con la voluntad política del gobierno para
llevarlo a cabo.
Las condiciones de nuestro
país, tras casi dos décadas de destrucción de las fuerzas productivas, están en
una situación de enorme debilidad ante diferentes eventos naturales, no sólo
los sismos.
Tenemos el conocimiento
necesario para orientar las acciones. Un importante libro ha sido publicado por
la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, que se puede bajar como PDF desde
el portal de la ANIH: “El terremoto de Caracas. Cincuenta años después”. Falta
la voluntad política para emprender las iniciativas que reduzcan nuestra
vulnerabilidad, que supone el trabajo conjunto de gobiernos nacionales,
regionales y locales, empresas privadas, comunidades y organizaciones de la
sociedad civil. No se puede esperar, es de inmediato que hay que actuar para
empezar a reducir la vulnerabilidad, a riesgo en contrario de poner en peligro
vidas humanas y el patrimonio construido.
Ojalá se escuchen las advertencias
de los conocedores y se actúe en consecuencia para prepararnos ante eventos
naturales que no avisan y nos ponen en enorme riesgo.
22-09-17
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